1º Capítulo

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Hacía mucho tiempo que deseaba salir del infierno llamado Beauxbatons. Era genial poder estudiar magia; desde pequeña había crecido en un hogar con ella, mis padres son sangre limpia, pero no me gustaba mi colegio. Por suerte o por desgracia, mi familia decidió mudarse de Francia a Inglaterra, y eso significaba que me trasladarían de escuela para mi tercer año de estudios.

Me desperté por la mañana temprano, más pronto de lo normal; es lo malo de ser una chica que no le gusta dormir. Pero ese día tenía un motivo especial, por fin era uno de Septiembre y eso significaba que a las once cogería el tren camino a Hogwarts, por lo que me levanté, me aseé, y me vestí rápido. Al fijarme en la hora  me di cuenta de que faltaban todavía tres horas para salir de mi casa, por lo que regresé a mi cuarto.

Al mirarme en el espejo noté que no me gustaba la ropa que había escogido, y decidí buscar otro conjunto. Saqué varias prendas del armario y comencé a combinarlas, tratando de decidir cuál era la mejor opción, pero nada me convencía del todo. Los nervios me estaban jugando una mala pasada, y empecé a sentir algo de miedo. 

Mis padres eran unos magos famosos; los dos pertenecían a Ravenclaw, y yo asumí que acabaría ahí también, a pesar de no identificarme con sus valores. Me gustaba leer, pero las personas que he llegado a conocer pertenecientes a la misma, me resultaban muy aburridas. No sabía si estaba más asustada por que el sombrero me colocase allí, o no.

Entre todos esos pensamientos y la búsqueda de un conjunto que me convenciese, llegó el momento en el que debía salir de casa. Mi abuela me acompañó al tren, ya que mis padres estaban en el trabajo, y antes de subir se despidió de mí. No me afectó mucho que solo me acompañase ella, después de todo tanto mi padre como mi madre se pasaban la vida trabajando, y no los veía mucho.

Al entrar en el tren me senté en una cabina vacía que encontré en los últimos vagones. Pensaba que nadie iría por allí, pero pronto la puerta se abrió, dejando ver a un chico bastante guapo. Este me sonrió y se acercó a mí.

—¡Hola! —dijo con entusiasmo—. ¿Está ocupado este asiento? —Negué con la cabeza ante su pregunta. Se sentó frente a mí, y se presentó—. Encantado, soy Cedric Diggory, miembro de Hufflepuff.

—April —contesté tras unos segundos, me había quedado embobada mirando sus ojos.

—Tranquila, no muerdo. Eres nueva, ¿verdad?-

Antes de que pudiese contestar, unos chicos que parecían tener la misma edad que él llegaron, y le dijeron que fuese con ellos a otra cabina. Noté que se levantaba inseguro, y se despidió con una sonrisa antes de seguirlos.

Decidí entretenerme con mi cuaderno de dibujo, hasta que un jaleo en el exterior interrumpió la paz que tenía. Traté de ignorarlo al principio pero cada vez parecía haber más bullicio, y acabé por levantarme para ver qué estaba ocurriendo. Al asomar mi cabeza pude ver a un chico, con cabello rubio platino, y unos ojos grises que me dejaron sin aliento.

—¡¿Acaso tengo algo en la cara?! —dijo gritando. Eso me hizo entornar los ojos, y tras cerrar la puerta de mi cabina volví a mis dibujos, esperando que el tiempo pasara rápido para llegar ya a Hogwarts.

Draco y tú (+18) [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora