Mi amor por ti~ | Taemin y Tú

Capítulo 56

Mirando el techo desde hace ya un largo período de tiempo, no paraba de pensar en Taemin. La perfección de nuestro primer beso fue exactamente la misma que en el segundo a pesar de ser en tan diferentes situaciones y escenarios.

¿Es que todos serán así de perfectos?

Eso creo, sólo porque se trata de él.

《Buenas noches~》

Texteé al pelinegro y tratando de dejar mi mente en blanco me dispuse a dormir.

A la mañana siguiente aquel mensaje fue respondido con lo mismo pero se sumaba un cálido "Buen dia" de su parte por aquella mañana, y por supuesto que no podía faltar su recordatorio de que hoy nos iríamos juntos otra vez.

Mis ánimos estaban por los cielos y todo el mundo lo notaba, incluso mi querido amigo tailandés que a pesar de únicamente recibir mensajes de texto de mi parte lo sabía a la perfección y obviamente estaba al tanto de todo lo que ocurría con este chico, aunque ahora pensándolo bien le he contado todo excepto cuál es su nombre, tampoco lo ha preguntado. No es algo muy relevante así que da igual.

Ten y yo hemos hablado cada vez menos. Con grandes períodos de tiempo entre conversación y conversación. Sus prácticas lo traían bastante ocupados y lo menos que quería hacer era molestarlo por lo que algunas veces esperaba a que él fuera quien me enviara el primer mensaje.

Y hablando de prácticas recordé que Taemin no me contó su "larga historia" sobre ellas y cuándo comenzó.

Hice mi rutina mañanera con dichoso humor y cuando Taemin por fin me envió un mensaje anunciando su llegada, salí disparada a su encuentro.

-¡Buenos días! -Dijimos al unísono y reímos por eso.

Hay que destacar que se notaba en ambos algo de vergüenza por nuestra despedida de anoche. Pero ignorando eso por completo y enfocándonos más en la compañía y presencia del otro, comenzamos a caminar rumbo al colegio haciendo las típicas preguntas "¿Como pasaste la noche? "¿Has logrado dormir bien?" y"¿Cómo estás hoy?" hasta que por segunda vez en la mañana recordé las prácticas.

-No me has contado tu historia. -Lo miré con suma curiosidad en mis ojos.

-¿Qué historia? -Dijo confundido.

-Sobre las prácticas.

Rió.

-Cierto. No es nada realmente, solo he empezado a practicar para audicionar en cuanto terminemos la secundaria y así poder acceder a una buena universidad o al menos tener la oportunidad en alguna academia o empresa de entretenimiento pequeña. -Explicó rápidamente.

-Entiendo. -Dije luego de asentir a medida que explicaba.

-Espero tener suerte y que todo salga bien. -Noté su nerviosismo.

-No la necesitarás. -Dije con confianza.

Rió.

-Gracias, ____. Me halagas, ojalá pudiera tener esa confianza.

-Da igual, si no la tienes tú, la tendré yo por ti. -Soné firme a mis palabras y lo miré segura de las mismas.

Se sorprendió y pude notar un leve rubor en sus mejillas, acto seguido apartó su rostro. Quizá quería evitar que viera su sonrojo.

-Gracias, eres muy linda... de todas las formas posibles. -Volvió a mirarme y sonreír de esa forma tan peculiar que tenía de hacerlo al decir algo así. Al parecer disfrutaba ponerme a mi en esa situación, pero no estar él en ella.

Parecía que disfrutaba dejarme a mi sonrojada o avergonzada.

Maldito.

-Y-y... ¿q-qué haces en las p-prácticas? -Cambié de tema tartamudeando un poco por la presión y mirando el camino frente a nosotros.

Sonrió y también miró al frente.

-Un poco de todo. Algo de piano, canto y baile. Debo prepararme en varias ramas para tener siquiera oportunidad de participar en las audiciones futuras... -Suspiró.

-Ha de ser agotador...

-Lo es. -Rió amargamente.

-Pero tendrá sus frutos, debes estar seguro de eso. -Sonreí y le di un suave empujón con mi hombro haciendo que también sonriera.

Al llegar a la institución pudimos ver a nuestro, para nada pequeño, cúmulo de amigos frente a la entrada principal del mismo esperando por nosotros.

-¿Qué hacen aquí? No han ido por mi. -Reproché fingiendo indignación a pocos metros de llegar a ellos.

-Sabíamos que vendrían juntos así que les dimos algo de privacidad. -Chanyeol nos dio un guiño a ambos y automáticamente nos sonrojamos.

-Gracias por eso... -Dije en voz baja al estar en medio de todos lista para saludar a cada uno de los chicos.

Algunas horas después de un largo y tedioso período de clases por fin salimos al receso donde como siempre compramos algunas cosas y comenzamos a devorarlas por aquella hora que teníamos.

-Los chicos me han contando lo que ocurrió ayer. -Habló Suho.

Hice una mueca y escuché a Taemin suspirar con molestia.

-Pueden vivir su historia de amor como dos personas normales, sin que nadie así interfiera otra vez. -Bromeó Chanyeol.

Nuevamente ambos nos avergonzamos.

Admito que era divertido y a la misma vez lindo ver a Taemin de aquella manera.
Al estar solos raramente ocurría, por el contrario era yo quien terminaba de esta forma por él y su manía de ser tan directo y cursi. Los chicos eran igual que él y no parecía gustarle jugar a su propio juego.

-¿A qué te refieres? -Pregunté olvidando por completo mi estado.

-He hablado con mi padre y se encargó de hablar con el de YooA. La han cambiado de colegio, mejor dicho, de ciudad.

-¿¡Qué!?

Vaya que Taemin y yo estábamos conectados a veces.

Suho asintió para confirmar nuevamente sus palabras.

-Bueno, a decir verdad, es una buena noticia. -Admitió el peli negro.- Gracias...

-No hay porqué agradecer. No podía creer que a esta edad aún haya alguien que actúe así y con lo que nos has contado, no es algo reciente sino que viene desde hace meses. Y eso, mi amigo, es acoso.

-Lo es.

-Las ventajas de tener un amigo con familia poderosa, puede mandarte a volar. -Alardeó Chanyeol.

-Ojalá el siguiente seas tú. -Escupió Sehun y los presentes carcajeamos por tan repentino comentario.

Chanyeol lo miró indignado pero ni siquiera se molestó en responder a su ataque.

No sé si lo que hicieron estuvo bien, pero de que traería mucha paz para Taemin no había duda alguna y me alegraba por él. Realmente estaba preocupado por la situación y no necesitaba más estrés y problemas de los que ya tiene por sus tan exigentes prácticas.

Afortunadamente el ciclo escolar terminó pronto y tal como hicieron aquella mañana, volvieron a dejarnos a solas para volver de clase.

-¿Algún día puedo ir a tus prácticas? -Pregunté insegura durante el trayecto.

Sorprendido por mi pregunta volteó a verme y en cuestión de segundos una sonrisa enorme se formó en su rostro.

-¡Por supuesto! Me encantaría... -Exclamó con alegría.- He pensado en decírtelo en varias ocasiones pero no sabía si te interesaría, lo menos que quería era que te sintieras obligada a asistir...

Reí.

-No digas tonterías, realmente me gustaría. Así que, cuando quieras, sólo dilo.

-Es una cita. -Sonrió con el mismo ánimo.

-E-Es una cita... -Repetí.