Mi amor por ti~ | Taemin y Tú

Capítulo 74

Como era de esperarse nuestra "desvelada estudiando" no duró más que unas pocas y cortas horas antes de caer rendidos sobre nuestras camas. Teníamos merecido tal descanso, así que a la mañana siguiente ninguno de nosotros se sintió culpable por ello.

Reunieron sus pertenencias y luego de desayunar cada uno volvió a su casa tras estar una semana completa (podría decir que cerca de dos) en la mía.
Mi padre se había acostumbrado tanto a la presencia de ellos que al llegar de la empresa su sonrisa desapareció al ver que la casa estaba nuevamente vacía, exceptuando mi presencia.

Desde pequeños han pasado días y días en mi casa o yo en las de ellos, pero jamás una semana completa porque íbamos rotando de casa en casa para evitar ser una molestia al estar tanto tiempo en la misma, pero como mi querido padre estaba tan poco en ella por su trabajo que demandaba tanto tiempo y dedicación, solía repetirse desde hace varios años que prácticamente vivieran de vez en cuando conmigo.
La diferencia de ésta vez es que salió en varias ocasiones al mediodía o tarde, encontrándose con un completo desastre provocado por nosotros o simplemente en mitad de una ajetreada partida de UNO o videojuegos. Aún así en lugar de molestarle parecía encantrarle llegar a casa y ser recibido de esta manera. Supongo que al igual que yo, se ha sentido solo en varias ocasiones y por mucho tiempo... después de todo desde la pérdida de mamá se aisló y se dedicó únicamente a su trabajo y a mi crianza. Hasta que fui adolescente al menos, desde ahí comencé a cuidar de mí misma y ser más independiente por su falta de tiempo, la cual era cada vez más notoria.

Dejando esos pensamientos de lado, los cuales sólo logran entristecerme y reducir mi estabilidad emocional de gran manera.
No he podido dejar de pensar en nuestra celebración por los 100 días y no se me ocurre qué rayos regalarle a Taemin.
Preguntarle a los chicos no sería de mucha ayuda, son pésimos para cosas cursis, sobre todo si se trata de otras personas. Porque perfectamente al momento de regalar algo a uno de nosotros, saben ser unos excelentes detallistas.

Estaba sola por mi cuenta ahora.

Tras buscar por todo internet infinidades de ideas decidí hacer algo con mis propias manos, ¿qué mejor que algo hecho con sudor, amor y dedicación, que simplemente ir y comprar algo?

Con una bufanda envuelta al rededor de mi cuello para abrigarlo lo suficientemente bien, un gran saco marrón puesto para evitar cualquier tipo de entrada del frío y agregando la suma motivación, energía y alegría que tenía por decidirme luego de dos días de auto calvario pensando y buscando qué hacer o comprar, comencé mi caminata al centro de la ciudad. Allí encontraría varias papelerías y tiendas en donde podría comprar mis materiales sin tener que rebuscar por doquier.
Aproveché dicha ocasión para tener un momento para mí misma, ha pasado mucho desde que he salido por mi cuenta a disfrutar de únicamente mi propia compañía. La última vez que estuve sin los chicos no fue en buenos tiempos y sólo me la pasé deprimida.

Mis pies comenzaban a molestar, al parecer no fue una muy buena idea llevar aquel par de botas, y al parecer tampoco estaban hechas específicamente para caminar tanto.
Afortunadamente ya me encontraba en el centro de la ciudad, ahora sólo debía encontrar las tiendas que necesitaba y listo, luego podría ir tranquila por un café a disfrutar de mi... o mejor dicho, a descansar mis pies de una maldita vez.

Estaba maravillada por completo con la gran variedad que había en aquel lugar, papeles, lapicez, colores, absolutamente todo lo necesario de la forma y color que fuera que necesitaras. Tenías desde diseños formales y elegantes, los cuales solían ser usados para incitaciones a bodas y celebraciones similares, a unas más simples, como tarjetas para fiestas infantiles, escolares, amistad, amor, lo que sea. No sé por qué no había visto aquel lugar antes... no es como si me gustara mucho hacer manualidades, pero algo así al alcance nunca estaba de más.