panqueques y chocolate [KaGr] [HIATUS]

d e r t i g

ꈍ◡ꈍ

Keef pasó por la puerta principal, suspirando por el cansancio de haber dormido poco la noche anterior y del cansancio que le provocó ese día de trabajo. Se quitó la chaqueta que tenía puesta, cerrando la puerta tras suyo y dejando las llaves en el mesón de la cocina; si Gir no estaba en la sala entonces debía estar en su pieza.

Con eso en mente a penas llegó y dejó las llaves de su departamento avanzó un poco más hasta llegar a la puerta de su dormitorio, deteniendose al escuchar leves quejidos, con sus mejillas empezando a arder: unos pequeños gemidos ahogados

Tragó saliva, y con bastante nerviosismo apretó el pomo de la puerta, sin tener idea de qué debería hacer. ¿Devolverse? ¿Entrar de todos modos? ¿Avisarle?
Sabía perfectamente qué podría pasar si decidía abrir esa puerta, y estando medianamente conforme a aquello, sin pensar mucho terminó abriendo la puerta, arrepintiéndose a penas entró a la habitación por una gran vergüenza cuando los ojos de ambos se conectaron.

Se quedaron mirando un rato, hasta que Gir reaccionó y con un tono bastante rosa en sus mejillas se cubrió, avergonzandose más de lo que ya estaba cuando Keef lo empezó a inspeccionar con la mirada.

── Te podrías enfermar si solo te quedas con eso.── Apartando la mirada se dirigió al armario para guardar la chaqueta, siendo perseguido por la confusa mirada de Gir ante la tan simple actitud que tomó, preguntándole si no iba a decirle nada u hacer algo más aparte de eso.── No estoy muy seguro de qué decir, o hacer. ¿Acaso quieres qué haga algo?── Elevando los hombros preguntó cuando ya se le había acercado, sin prestarle mucha atención a la sonrisa del contrario.

── Podrías ayudarme.── Agarró la sudadera de Keef, riendo cuando sus mejillas se tiñeron bastante rápido a la vez que intentaba soltar algunas excusas que solo chocaban una detrás de la otra.── No tenemos que llegar tan lejos si no quieres, solo sería esto, y ya.

Keef después de pensarlo durante unos segundos decidió aceptar, notando como Gir se sorprendía ante su respuesta. Quitándose los zapatos y sentándose en la cama, mantuvo una pequeña charla con él azabache, sonriendole con pena después de eso; sintiendo como le besaba los labios, acercándose más para sentarse en su entrepierna.

Alejándose un poco, comenzó a besar el cuello de Gir, tocando su cintura para comenzar a subir sus manos, volviendo a bajarlas, provocando que el suéter amarillo que tenía puesto el menor también lo hiciera. Tanteando sus dedos en el elástico del boxer de Gir, bájandolo de a poco para molestarlo, sonriendo contra sus labios cuando sacó su miembro y lo tocó levemente, escuchando un jadeo bastante bajo.

Abrazando con su brazo izquierdo la espalda del menor se inclinó un poco, sacando del cajón el lubricante.

── Es- espera, dijiste que no iba a pasar eso.── Empujando un poco su cuerpo del contrario, miraba avergonzado al pelirrojo, escuchando una pequeña risita de su parte. Ahora él era el inseguro y Keef quien tenía una extraña seguridad en pie.

── El lubricante no se usa solo para eso, Gir.── Besando su nariz continuó en donde se había quedado, terminando de poner lubricante sobre su mano, ahuecandola y poniéndola sobre el glande, haciendo movimientos circulares.

Dando un chillido apretó los hombros del mayor, abriendo la boca para comenzar a dar gemidos desafinados en el oído de Keef cuando este apoyó su cabeza en su hombro. Ocupando ahora tres dedos comenzó a subir y bajar su mano en el falo de Gir, deteniedose momentáneamente.

Keef volvió a besarlo, empujando suavemente a Gir hacía atrás, cayendo sobre la cama; su respiración estaba algo agitada, su flequillo se había ido hacía atrás, y ahora tenía a Keef encima suyo. Quitándole la ropa interior antes de ponerse sobre él.