52. Atrevida

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Llegamos al centro comercial. Vi como Jimena y Emilio salieron de su auto. Iván y Mateo salieron y se acercaron a ellos. Se encaminaron a la plaza.

Boggi apagó el coche y me volteo a ver, se acercó un poquito a mi. —¿Cómo te la estás pasando?— le sonreí.

—Muy bien señorito, gracias.— Boggi no dijo nada. Sonrió y con su mano me acarició la mejilla.

Me sonrojé. Me gusta que me vea así. Me hace sentir especial. —¿Qué haces?— le pregunté dejando escapar una pequeña risa nerviosa.

—Nada, veo lo preciosa que eres.— pude sentir como me sonrojaba todavía más y lo volteé a ver a los ojos.

Esos ojos verdes que me fascinan.

—Que bonitos ojos tienes. ¿Alguna vez te lo he dicho?— le dije en broma. Claro que se lo he dicho. Muchísimas veces.

Boggi se hizo el que pensaba. —Mmm...creeeo que no.— me sonrió travieso mientras se acercaba un poquito más.

—Tiene usted unos ojos muy bonitos joven Gnatovich.— me acerque todavía más. Seguíamos viéndonos a los ojos.

—Mmm ya veo...graciass...— sus ojos se desviaron a mis labios. Instintivamente abrí la boca un poco. Boggi bajó muy lentamente su mano hacia mi cuello.

Boggi abrió su boca, nuestros labios a centímetros de distancia, pero no me besaba. Puso su otra mano libre en mi muslo, y la empezó a subir muy despacio, causándome escalofríos.

Me esta torturando a propósito. Nop. Esto no se va a quedar así. De reojo vi que las ventanas del coche son oscuras. Nadie me vería....

Le sonreí mientras me mordía el labio y en un movimiento rápido dirigí mi brazo hacia la palanca en el asiento de Boggi. La jale y el asiento se deslizó hacia atrás, dándome más espacio.

Boggi se sorprendió un poco porque sabía que ahora yo tenía el control.

Me reí ante su reacción y con una sonrisa traviesa me senté encima de él. Boggi sonrió, encantado con la situación. Puse mis manos en su cuello, mientras el bajaba las suyas por mi cintura y mis caderas.

Me moví un poquito, Boggi abrió la boca mientras cerraba los ojos. ¿Ahora quien jugaba con quién?

Me acerqué a él, nuestros labios rozándose, pero no le besaba. Boggi desvió su mirada a mis labios.

—Solo hazlo de una vez...— su voz agitada, se escuchaba algo ya exitada. Desvíe mis labios a su oído.

—Me encanta escucharte así...— mi voz lenta, suave... Boggi dejó escapar un pequeño jadeo. Le sonreí traviesa y con mis mano en su cuello lo guié hacia mi.

Nuestros labios se encontraron y se sintió maravilloso. Uno de esos besos que simple y sencillamente no se comparan. Especiales porque son perfectos. Sin más.

Nos separamos y le sonreí, encantada. Casi podía ver como sus ojos brillaban. Le di otro pequeño beso y entonces mi celular empezó a sonar. Rompiendo todo el ambiente que habíamos creado.

Volteamos a ver y era Mateo. Seguro nos están esperando los demás.

—Creo que ya hay que salir.— Boggi asintió al escucharme.

—Lamentablemente no podemos quedarnos en el carro todo el día.— le quite el cinturón y le di un pequeño beso.

—Anda vamos.

Salimos del auto y caminamos hacia la entrada del centro comercial tomados de las manos. Ahí estaban todos esperándonos.

—Wey podían tardarse más digo...

Amor desde España | JustboggiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora