12. Accidente

1.7K 118 7
                                    

No me gustan las fiestas. Bueno, si me gustan. Pero no me gusta cuando la fiesta está llena de gente desconocida que no conozco de nada.

Poco a poco empecé a soltarme un poco, empezaba a relajarme debido al alcohol que estaba entrando en mi sistema.

Baile un buen rato con Boggi, riéndonos y juntando nuestros cuerpos. Después de bailar varias canciones, Boggi se ofreció a ir por unos vasos de agua.

—Vale, yo voy al baño.— me dio un beso en los labios y me sonrió.

Me hice paso entre las personas como pude. La fiesta estaba a reventar, podías escuchar a gente riendo, gritando, cantando, incluso llorando. Era todo un caos.

Después de caminar un rato encontré lo que parecía ser el baño y entre, era algo amplio y para mi suerte estaba vacío.

Me estaba lavando las manos cuando escuché que alguien trataba de entrar. —¡Ocupado!— estaba acostumbrada a que esto pasara en las fiestas.

A veces la gente solo está demasiado borracha y entra a los baños sin importar quien esté adentro. Como lo predije, unos segundos después alguien entró por la puerta, al menos yo ya iba de salida.

Volteé para ver quien era y me sorprendí al encontrarme con Emilio. Al instante sentí como un nudo se formaba en mi estomago, tragué saliva, tratando de relajar mis respiraciones.

—Emilio...— Emilio entró y cerró la puerta con seguro detrás de él.

—¿Por qué...lo elegiste...a él?— Sabía a que se refería. No me gustaba verlo así, además hablaba raro, arrastraba las palabras.

—Estas tomado Emilio.— le dije con cuidado. Emilio rodó los ojos y se acercó a mi.

—Maria yo...soy...mejor que el.— Estaba muy tomado. Me empezaba a poner nerviosa, no me gusta para nada a dónde esto yendo esto.

—Mira Emilio qué tal si vamos afuera y platicamos ¿Si?— Me aleje de él tratando de e rodearlo para así salir del baño pero este me jalo del brazo.

Me miraba profundamente a los ojos, le sostuve la mirada, sentía como mi corazón latía en mis oídos, podía ver el dolor en sus ojos, la desesperación.

—Venga...— Emilio me susurraba al oído, causándome escalofríos en la espalda.

—E-emilio no...esto no está bien.— No me hizo caso, antes de que pudiera hacer nada, me cargó y me sentó en el lavabo.

—Maria déjalo.— Me miraba intensamente a los ojos. Se colocó entre mis piernas, con sus manos sujetándome de la cintura.

—Déjalo.— repitió. ¿Dejarlo? ¿A Boggi? No podía hacer eso. El sabía que no podía hacer eso.

Negué con la cabeza. —Emilio, Boggi es tu mejor amigo...yo-

Emilio comenzó a besarme, eran besos desesperados. Me regañe mentalmente por el poco autocontrol que tenía. Me dejé llevar y le seguí el beso. Con sus manos me pegó más a él. Era demasiado fuerte.

Era un beso intenso, mi corazón se aceleró. No podía parar. Tal vez en el fondo no quería parar.  Con su mano acariciaba mi cuello y mis caderas, arriba y abajo. Cerré los ojos con fuerza mientras jadeaba.

Entonces Boggi apareció en mi mente, con sus hermosos ojos verdes y su sonrisa. No, esto estaba mal. Esto está muy muy mal. Me separé de él antes de que hiciéramos alguna tontería.

—E-Emilio espera para, para.— Lo detuve y me aleje de él. Respirando con dificultad. Emilio acercó su rostro al mío.

—Maria...pode-podemos...—negué con la cabeza.

—Sabes que esto está mal Emilio. No podemos hacerle esto a Boggi. Es tu mejor amigo.— Emilio agachó la cabeza.

—Bog es un chico afortunado.— Sonreí tímida, no es verdad. Yo soy la afortunada.

Me baje del lavabo y separé de él. Me acerqué a la puerta y la abrí. No podíamos hacer esto. Al instante el ruido de la música nos inundó.

Le tendí la mano. —Ven vámonos de aquí.

Emilio bajo la cabeza, avergonzado por lo que había hecho y me tomó la mano. Estaba demasiado tomado como para caminar bien sin la ayuda de alguien.

Salimos del baño y camine hasta encontrar a Iván. Tampoco tenía buena cara para ser sinceros.

—Joder, ¿A este que le pasó?—Miraba a Emilio despreocupado, con una ceja enarcada. Iván estaba actuando raro pero decidí dejarlo pasar.

—¿Iván podemos irnos?— dije ignorando la pregunta. Iván me volteó a ver. —Si claro, no tome tanto. Yo conduzco.

Emilio e Iván salieron. Empecé a buscar a Boggi con la mirada. De repente sentí unas manos en mi cintura. —Hola mexicana.— sentí un beso en mi pelo.

Sonreí. —Boggi. Ya nos vamos.— Me volteó a ver confundido pero asintió. Me agarro la mano. —Vámonos.

Llegamos al carro y nos sentamos en la parte de atrás. La ida de vuelta estuvo muy silenciosa. Nadie decía nada. Boggi de repente jugaba con mis dedos o me agarraba la mano.

Yo no decía nada. No podía dejar de pensar en el beso con Emilio, me había dejado un sabor amargo en la boca. Era la culpa.

'Maria le tienes que decir.' Volteé a ver a Boggi, me miró y se recostó en mi hombro con una sonrisa. Me mordí mi labio inferior. Si, si le diría a Boggi, pero no ahorita.

Llegamos a la casa de los gemelos. Iván ayudó a Emilio a subir a su habitación. Estaba sola con Boggi en la sala. Me volteó a ver y se pasó una mano por la nuca.

—Te quieres...¿Te quieres quedar? Puedes dormir conmigo...o-o en la habitación de invitados como quieras.— Boggi nervioso me daba tanta ternura, tenía un leve tono rosado impregnado en sus mejillas.

Me reí un poco. —Está bien vamos, pero me tienes que prestar ropa ¿eh?— Boggi sonrió.

—Vale vamos.— Lo seguí a su habitación y después de darme una playera suya que me quedaba enorme me acosté en su cama.

Boggi se acosto a lado mío. —Oye estaba pensando y me di cuenta que no tengo tu número.— Hize una mueca. La verdad que no uso mucho el celular.

—Está bien. Te lo paso ¿Va? Aunque te advierto, casi nunca lo uso.— Boggi se rio de mi.

Después de intercambiar números y platicar un rato, mis ojos me empezaron a pesar. Me estaba quedando dormida, Boggi se dio cuenta.

—Buenas noches linda, descansa.

Sentí como Boggi me daba un beso en la frente antes de dormirme por completo.

Amor desde España | JustboggiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora