91. Starbucks

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Como rara vez, me desperté primero que Boggi. Me levanté con la ayuda de mis codos y me senté en la cama mientras me estiraba. De hecho, no tenía sueño, había descansado bastante.

El chico a mi lado gruñó y busco mi cintura con su brazo. —No espera, no te vayas....quédate.

Dejé escapar una risa y me acerqué a él para darle un pequeño beso. Volteé a ver el reloj de mesa y vi que iban a dar las nueve. —Ya es algo tarde tonto.

Boggi suspiró y giró sobre si mismo para quedar boca arriba. Me levanté de la cama y busqué mis zapatos pero a falta de ellos me puse unas pequeñas calcetas. Iba a salir del cuarto pero la voz de Boggi me detuvo.

—Me gusta como se te ve esa camisa.— Sonreí y dirigí mi mirada hacia abajo. Traía puesta una camisa holgada de Boggi, definitivamente su ropa es mucho más cómoda que la mía.

—Si...creo que me la quedaré.— dije regalándole una sonrisa mientras me encogía de hombros. Boggi se recostó sobre sus codos y me sonrió divertido. —A este paso me quedaré sin ropa cariño.

—¡Ni modos!— Reí, y salí de la habitación. Podía ya escuchar un leve murmullo que venía de la cocina.

Jimena, Iván y Aarón estaban ahí, y de hecho, parecía que Iván se estaba quejando de algo. —Buenos días.— dije al llegar a su altura.

Iván negó con la cabeza. —Ni tan buenos.— refunfuñó. Voltee a ver a Jimena y a Aarón y estos dos solo se rieron un poco.

—Vaya ánimos wey, ¿qué te pasó?— pregunté mientras buscaba un vaso para servirme agua. Iván se sentó a regañadientes en el pequeño banco de la barra de la cocina y se volteó en mi dirección.

—Emilio pasó. No me deja dormir, primero, se mueve y para acabarla ronca.— Me lleve una mano a la boca tratando de evitar escupir el agua. —¿De que te ríes? ¡No da risa!

Trague el agua y sonreí divertida. —Si da algo de risa Ivi.— Jimena y Aarón me hicieron coro para molestarlo y al final Iván decidió cambiar de tema.

—¿Qué vamos a hacer hoy?— preguntó Aarón emocionado. Supongo que es su primera vez en España, se le veía lo contento que estaba a kilómetros.

Jimena se encogió de hombros. —¡Lo que ustedes quieran! Podemos ir al Starbucks.

—¡Jalo! Así me gusta, empezar el día con un buen café.— Moví mi cabeza divertida, ese era Boggi. Giré en su dirección para ver a Boggi bajando las escaleras y entrando a la cocina.

De hecho, parecía que todos estaban de acuerdo con la idea así que decidimos que eso íbamos a hacer primero.

Jimena me jalo a su habitación, que era la de Iván, y al llegar me tumbé en la cama. —No puedo creer que ya estemos todos juntos.

Jimena asintió, estaba abriendo su maleta para ver que ponerse. —Si, ¡ya era hora! ¿Esta o...esta?— Me mostró dos camisas, ladeé mi cabeza hacia un lado. Las dos me gustaban.

—Ponte una y encima la otra.— dije divertida. Jimena me vio como si estuviera loca. —¡Es que las dos me gustan!— exclamé. Jimena puso los ojos en blanco.

—Está será.— dijo sacándome la lengua. Ambas reímos y nos pusimos a chismear mientras Jimena se arreglaba.

Cuando Jimena estaba casi lista unos gritos en la habitación de al lado nos sobresaltaron. Asomamos la cabeza por la puerta y rápidamente escuchamos como los gritos se transformaban en carcajadas.

Me lleve la mano a la boca con sorpresa y Jimena se empezó a reír. —¡Que son gilipollas!— Emilio gritaba. Estaba empapado. Le habían tirado una cubeta de agua mientras dormía.

Amor desde España | JustboggiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora