24. Jimena

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Estuvimos un rato más en el aeropuerto esperando a que nos llamaran.

Decidí pasear un poco por el lugar. Compre algunos dulces y unas revistas para el vuelo.

Fruncí el ceño al acordarme del viaje. Habían sido 11 horas de vuelo, la ultima vez había acabado muerta.

Ya tiene casi 1 mes que estoy en España. Aunque en realidad apenas parece una semana.

De repente vi una farmacia a lo lejos. 'Maria puedes hacerlo ahora, no hay nadie cerca.'

Este pensamiento seguía en mi cabeza desde hace unos días. Camine hacia la farmacia y me puse a buscar entre los estantes.

Encontré lo que estaba buscando.

Las pruebas de embarazo.

Agarre una. Pero después me acordé que decían que a veces una no funcionaba así que tome otra.

Rápidamente las pague y las escondí en mi bolsa. Me dirigí a un baño. No se en que momento me pasó esto. Nunca había tenido sexo en mi vida, de hecho ni planeaba hacerlo y ahora me encuentro entrando a un baño, dispuesta a hacerme una prueba de embarazo.

Dios. La vida.

Me encerré en un cubículo y leí las instrucciones. Ok. No se veía difícil.

Después de todo el proceso espere los 20 segundos que decía la caja y voltee a ver la prueba.

Una raya.

Era negativa.

Suspire aliviada y me relaje. Bueno, al menos ese no es un problema. Tire la caja con la prueba al bote de basura y salí del baño.

Vi a los chicos a lo lejos. Parecía que me estaban buscando.

—¡Hey!— Llame su atención y los salude con la mano. Me vieron y se me acercaron.

—Maria te estábamos buscando. Ya nos toca.— me dijo Iván incapaz de contener su emoción.

Voltee a ver a Boggi. —Bueno, ¡pues vamos!

Boggi sonrió. Contento de ya verme mejor. La prueba de embarazo saliendo negativa me subió los ánimos como no tienen idea.

Entrelace mi mano con la suya. Caminamos y llegamos con una señorita que nos pidió nuestros boletos antes de subir al avión.

Me senté junto a Boggi a lado de la ventana. Voltee unos asientos atrás hacia donde estaban Ivan y Emilio.

Iván me hizo una cara chistosa y me sonrió. Emilio traía sus Air Pods y volteaba hacia la ventana.

—No puedo creer que ya vamos a México.— me dijo Boggi con emoción en su voz.

—Si, no puedo creer que vaya de regreso.

Boggi me volteó a ver y puso su mano en mi brazo. Apretándolo un poco en señal de comfortamiento.

—¿Cómo te sientes?

Le sonreí. —Mejor, mucho mejor.— Boggi me devolvió la sonrisa y yo me acurruqué en su hombro.

~~~~~~~~

Llegamos a México. Después de 11 exhaustivas horas de viaje, no podía esperar para bajarme del avión.

Iván nos dijo que ya había pedido un uber para que nos llevara al hotel y que Jimena nos iba a estar esperando allá.

La verdad era raro. No sabía que opinar al respecto. Boggi me había contado que Jimena y Emilio se la habían pasado haciendo llamadas y hablando todo el tiempo los días que no estuve en la casa.

El pensar que podría estar a punto de conocer a la "novia" de Emilio me molestaba. No lo sé.

Llegó el Uber y nos llevó al hotel. Era un hotel muy bonito. Nunca había estado aquí antes.

Estábamos en la recepción cuando escuchamos un grito. Me asuste y voltee en dirección del ruido.

—¡Paella!— Todos volteamos para ver quien era la que gritaba.

Una chica bajita, morena, de pelo castaño ondulado corría hacia nosotros. Bueno, corría hacia Emilio.

Jimena abrazo a Emilio y este la levantó y le dio vueltas. —¡Tequila!

Se veían muy felices juntos. Fruncí el ceño haciendo una mueca y voltee hacia otro lado.

Jimena se volteó para saludarnos a los demás. Abrazo a Iván y a Boggi con una sonrisa, se le veía muy muy contenta. Como si acabara de ganar la lotería o algo.

—Hola chica, ¿Y tú eres?— Me sonreía emocionada mientras me abrazaba.

—Me llamo Maria.— Boggi pasó un brazo por mi cintura causando que Jimena alzara una ceja divertida.

—Soy la novia de Boggi.— Jimena sonrió. —Se ven muy lindos juntos.— Estaba siendo muy amable conmigo. Tal vez, demasiado amable para mi gusto.

—Gracias.— Le sonreí levemente. Boggi sonrió encantado y me dio un beso en mi cabeza.

Emilio no paraba de mirarla, no le quitaba los ojos de encima, como si solo estuviera ella en la habitación. Jimena le sonreía de vez en cuando claramente encantada con toda la atención que Emilio le daba.

—Bueno me alegran que ya estén aquí en México. ¡Les encantará!— dijo alzando un poco la voz. Parecía que eso era todo lo que hacía, gritar.

Iván me volteó a ver a mi. —De hecho, María es de aquí, de México.— asentí con la cabeza haciendo una seña.

Jimena me volteó a ver sorprendida. —Bueno, ¡mejor aún! ¡Les mostraremos todo!— Jimena se recargó de mi brazo, entrelazando sus manos en este.

Mientras los chicos hacían el check-in Jimena me jalo un poco lejos de ellos para que no escucharan nuestra conversación.

—¿Sabes? Mi mejor amiga se llama Maria. Cómo tu.— dijo divertida. La miré curiosa alzando una ceja.

—Ay, vaya que coincidencia.— dije sin saber que más decir. Jimena se rio.

—Ya se verdad. Pero bueno, me alegro de que haya otra chica en el grupo. No se que haría si estuviera sola con los tres. No me imagino todo lo que tuviste que soportar.— Jimena veía a los chicos.

Entendí a lo que se refería. Iván y Emilio estaban "jugando" con Boggi. Lo empujaban y le pegaban de broma y Boggi se las regresaba.

No pude evitar reírme. —Ni te imaginas.

—Emilio es muy guapo ¿No?— dijo de la nada. Abrí la boca pero no pude decir nada.

Me había tomado por sorpresa.

—Eh...si, si es guapo.— Voltee a ver hacia otro lado, tratando de no verme demasiado sospechosa. Los chicos ya venían de regreso.

—¿Y ustedes de que hablan?— Ivan nos preguntaba intrigado.

—Cosas de chicas.— Jimena se rio y le saco la lengua.

—Bueno Jimena, reservaste tres habitaciones.— empezó Emilio.

Jimena asintió. —Yo pido compartir cuarto con Maria.— dijo volteándome a ver contenta.

Sonreí por educación. No quería compartir cuarto con ella. No quiero ser grosera pero no me cae tan bien. Podía llegar a ser pesada.

Boggi salió a mi rescate. —De hecho Jimena, yo quiero compartir cuarto con mi chica.— Boggi me abrazo por atrás. Plantándome un beso en la mejilla.

Jimena bufó pero sonrió pícara. —Ayy está bien. Entonces nos toca juntos guapo.— Le sonrió a Emilio.

Emilio asintió. Encantado. Iván alzó los brazos.

—¡Genial! Olvidaos de mi, no se preocupen.

Nos empezamos a reír y todos nos dirigimos a las habitaciones, demasiado cansados por el viaje como para pensar en salir a pasear.

Todos los cuartos estaban en el mismo piso. Pero algo separadas las unas de las otras.

Estábamos tan cansados por el viaje, que de solo tocar la cama nos quedamos profundamente dormidos.

Amor desde España | JustboggiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora