85. La habitación

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—¿Qué vamos a hacer primero?— pregunté emocionada mientras tiraba de la mano de Boggi para que caminara más rápido.

—Supongo que ir al hotel, podemos ir a comer después o comer ahí, ¿tienes hambre?— preguntó. Asentía mientras lo escuchaba y estaba a punto de contestarle cuando vi que puso los ojos en blanco.

—Oh cierto, tu sieeempre tienes hambre.— dijo con una risa. Me reí junto con el y me encogí de hombros. —Sip, siempre.

Rentamos un carro en un local que estaba afuera de la estación y Boggi manejó hasta llegar al hotel. Por lo que me había contado, el ya había reservado la habitación y ya se había encargado de todo.

Al llegar, fuimos a la recepción para que nos dieran las llaves del cuarto. Era la habitación J15 y estaba en los pisos de hasta arriba. Fruncí el ceño, no me convencía lo que estaba pensando.

Subimos y con cada paso que daba podía ver que era un hotel precioso. A donde quiera que miraras, simplemente se veía...importante...y caro. Limpio, bien decorado...negué con la cabeza. —Boggi...

No me dejó hablar. —Ya se lo que vas a decir y no quiero que lo digas.— dijo con dulzura. Llegamos a la altura de la puerta de nuestra habitación y dejo las maletas a un lado de esta.

Se acercó a mi y puso sus manos en mis hombros. Lentamente empezó a bajarlas hasta llegar a mis manos para así entrelazarlas con las suyas. —Quiero...lo mejor para ti. Eso es todo. No te mereces menos. Quiero...que sean los mejores cuatro días de tu vida.

Me reí un poquito y ladeé mi cabeza hacia un lado. —No tenias que...pero gracias. Por todo esto.— Empecé a trazar pequeños círculos con mi dedo en su pecho. Boggi sonrió satisfecho y se acercó a mi.

—Que bueno que no te enojaste porque cuando veas la habitación te vas a volver loca.— dijo incapaz de contener su emoción, de repente, parecía un niño pequeño.

—Bogdan...— Boggi me alzó las cejas divertido y abrió la puerta. Parpadeé y mi boca se abrió por la sorpresa. Boggi me empujó levemente hacia adentro y desde atrás me abrazó, juntando mi espalda con su pecho.

—Me la ri-fe. ¿A qué si?— dijo chasqueando la lengua con un toque de superioridad.

¿Qué estoy viendo? Estoy viendo un cuarto gigantesco, precioso. Una cocina de un lado, con una barra y enfrente una sala con varios sillones y una mesa de centro.

Una pared que no tenía puerta separaba esto de un cuarto donde había una cama enorme, incluso con solo verla ya sabía que dormir ahí era tocar el cielo.

Aparte tenía unos ventanales que daban a una vista hermosa. Sin darme cuenta, avance hasta la ventana y me puse a ver la ciudad. La famosa torre Eiffel de fondo, y las miles de personitas caminando por las calles...todo se veía genial.

—Oh dios...si te volviste loca.— escuché que alguien decía detrás mío. Regrese en mi y me voltee para verlo. No pude evitarlo y corrí hacia el, envolviéndolo con mis brazos.

—Dios mío Boggi...gracias. Gracias, gracias, es perfecto.— Pude sentir como me correspondía el abrazo y me pegaba más a él. —Sabía que te gustaría. ¡Mira el decorado! Me acorde de lo que te gusta...

Me reí y me separé un poco de él. —Eres un romántico.— le dije con ternura. Boggi se sonrojó y sonriéndome se acercó a mi, dándome un largo beso.

Al instante, coloqué mis brazos al rededor de su cuello, acariciando pequeños mechones de su pelo. Boggi reaccionó y sus manos recorrieron mi espalda, bajando a mi cintura y a mis caderas, pegándome más a él.

Cerré mis ojos con mas fuerza al sentir sus fuertes manos tocar mi piel. Sus manos haciendo magia al igual que sus labios, los cuales parecen encajar perfectamente con los míos.

Sus manos empezaron a jugar con mi pantalón, bajo sus manos a mi trasero y se separó un poco de mi, solo lo suficiente para poder respirar. Una sonrisa traviesa estaba empezando a aparecer en su rostro.

—Creo que ya se como podemos estrenar la cama...— me dijo con su voz un poco más grave de lo normal. Alce una ceja divertida, y trate de contener una risa.

—Teníamos un plan...— empecé a decir para molestarlo. Boggi hizo una mueca y con una de sus manos en mi mejilla hizo que levantara la vista para verlo mejor.

—El plan se puede ir a tomar por culo.— Me reí y me acerqué a él. Sus ojos aún esperando una respuesta de mi parte, preguntándome algo.

—Si...creo que tienes razón.— Y fue así como al instante, me regalo una sonrisa pícara y me cargó hasta la cama.

Con cuidado me colocó en ella y en un movimiento rápido se quito la camisa, no me sorprendería nada que mis pupilas estuvieran dilatadas. Tiene un cuerpo maravilloso.

—¿Te gusta lo que ves?— Me preguntó coqueto mientras se colocaba encima mío. Arrugué mi nariz y rodé los ojos mientras acariciaba sus abdominales con mi mano.

No me dio tiempo a responder pues antes de que me diera cuenta, Boggi ya estaba besándome con deseo, sus manos viajando por debajo de mi blusa jugando con mi sostén.

Gemí en sus labios, ya ansiosa por sentirlo más. Boggi no tardó en reaccionar y rápidamente, dejó de tocarme para quitarse la poca ropa que aún traía puesta.

Sin quedarme atrás, yo también me quite la ropa que traía. Podía sentir la mirada de Boggi en mi cuerpo y eso me gustaba.

—Joder...eres perfecta.— dijo contra mi oído haciéndome estremecer al sentir su mano recorrer mi cuerpo desde mi pierna hasta mi cintura.

Con cuidado, coloque mis labios sobre los suyos. Las risas y bromas quedando de lado, los besos volviéndose cada vez más profundos, era diferente, y de hecho, se sentía diferente, esto no era solo sexo. Voltee a ver a Boggi a los ojos y lo comprendí.

Estábamos haciendo el amor.

Y se sentía maravilloso.

Con cada movimiento nos decíamos todo. Le decía que le amaba, que nunca lo dejaría, que lo quería conmigo, siempre. Cerca de mi, en todos los sentidos.

Y el me respondía. Entregándose a mi, y yo entregándome a él. Y es que la cosa está, en que nos pertenecíamos el uno al otro, y eso ya no cambiaría.

Porque a pesar de todo, yo era suya, y lo era desde hace mucho tiempo.

Y el era mío.

Terminamos exhaustos, ambos acurrucados en la cama, Boggi envolviéndome con sus brazos y yo recargada en su pecho. —Te amo María.

Sonreí con ternura. —Yo te amo más Boggi.

Alce mi vista para encontrarme con esos ojos verdes que tanto me gustan y acerqué su rostro al mío, dándole un pequeño beso.

—Cariño, ¿me acompañas a la ducha?— me pregunto alzando una ceja. Me reí al ver su expresión.

—Apuesto a que el baño es precioso.— dije volteando a ver la puerta que se encontraba a pocos metros de distancia.

—Apuesto a que tiene una bañera.— dijo Boggi entrecerrando los ojos.

—Pues yo apuesto a que tiene un jacuzzi.— dije abriendo mis ojos con emoción.

Boggi y yo nos volteamos a ver unos segundos, ambos mirándonos con miradas cómplices.

Me quedé quieta un momento al igual que el, y después, de tirón, ambos nos levantamos corriendo en dirección al baño.

Amor desde España | JustboggiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora