03. Nuevo Look

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Pov Boggi

—Encantada ruso. Ten un buen día.— Asentí con una sonrisa en la cara. Era una chica muy guapa, desde que entré a la cafeteria y la vi sentada junto a la ventana me di cuenta de ello.

No podría decir con exactitud si era alta o bajita, pero era delgada, tenia piel clara, cabello castaño largo algo ondulado y unos ojos verdes preciosos.

No pude evitar preguntarme si tendría novio. Una chica como ella seguro si lo tenía. Mi intento fallido de preguntar si viajaba sola acabo siendo una pregunta incómoda, pero por suerte, no se lo tomo personal.

Mientras me levantaba del asiento dude en preguntarle si querría venir conmigo. Decidí no hacerlo, suficientes preguntas incómodas le había hecho ya y seguro se le hace raro que un extraño la invite a su casa.

Di media vuelta y salí de la cafetería. Iván me había mandado mensajes diciéndome que tenía que regresar a la casa ahora mismo. Que era una urgencia y que no podía esperar.

'Más le vale que sea algo realmente importante.' Vaya momento eligió para interrumpir. Me quedé pensando en la linda mexicana. Hace bastante tiempo que no pensaba en chicas, creo que podría empezar a cambiar eso.

Hay que admitir que tenía miedo de acercarme. Pensar que me vería y se volvería loca, que me pediría un abrazo, fotos o que grabáramos un tiktok me daba miedo. Amo a las fans, no me molesta en absoluto hacerlas felices, solo no se, me gustaría conocer a una chica que no me conozca solo por eso.

La sorpresa que me lleve al ver que en efecto, la mexicana no tenía ni idea de quién era, eso o es muy buena mintiendo, solo hizo que me llamara más la atención. Ahora me gustaría conocerla, ser su amigo, sacarla a pasear...

Hice una mueca. ¿Bogdan quién eres? Yo no soy así. Siempre me he considerado alguien frío, hace mucho tiempo que no se me pasaban estas cosas por la cabeza.

Iba en el coche de camino a casa cuando me di cuenta. 'Joder tío, serás gilipollas, no le preguntaste como se llamaba.' Prueba definitiva de que estoy oxidado en esto de las chicas.

Ahí se fue mi oportunidad, no tenía su nombre, número, dirección, nada. Es como si nunca la hubiera conocido. Resople claramente frustrado.

Dude un segundo en si regresar o no, todavía no era demasiado tarde. El sonido de un mensaje en mi celular hizo que regresara a la tierra. No, no puedo ya. Tengo que ir a donde Iván.

Llegué a la casa, me estacioné a fuera y cuando entré al principio no vi a nadie.

—¡Hey tontos! ¡Ya llegué!— me dirigí a la sala esperando a que los gemelos bajaran. Escuché ruidos provenientes de las escaleras, eran ellos.

Se me acercaron y cuando los vi, mis cejas se dispararon hacia arriba por la sorpresa.

Enfrente mío tenía a un Iván y a un Emilio con el pelo pintado. —¡¡Sorpresa!!— Los gemelos se reían como locos.

Me acerqué a ellos. Se veían diferentes y no era solo el pelo. —¿Pero qué ha pasado?— Tenían algo raro, sus caras... se veían más jóvenes.

—Queríamos un cambio de look, ¿Qué ves?— Pregunto Iván haciendo una pose de diva que nos sacó una carcajada a todos.

—Anda Bog ¿No ves algo raro?— preguntó Emilio.

—¡Claro que veo algo raro! Se pintaron el cabello, ¡otra vez!— Y no mentía, Iván se lo había teñido de un castaño más oscuro que el mío y con luces claras, mientras que Emilio se lo tiño negro igual pero con un toque de verde, a este paso juro que van a acabar calvos. 

—Aja ¿Algo más?— En eso caí en la cuenta, mis ojos se abrieron como platos y los gemelos se empezaron a reír.

—Pero tío, ¡Sus cejas! ¡¿Se pintaron las cejas?! Estáis locos de verdad se los digo yo.

—Creíamos que la habíamos liado.— Emilio hizo una mueca pero aún así estaba contento.

—Nah se les ve bien pa que os miento.— Era la verdad, se veían más jóvenes. Parecía que tenían 17 otra vez.

En eso me acordé de la mexicana de la cafetería y me moleste un poco. —¿En serio esto era todo? ¿No me podían haber mandado una foto?— Camine hacía la cocina por un vaso de agua.

—La verdad no, queríamos ver tu reacción en persona.— dijo Iván. Los gemelos me siguieron a la cocina.

—Pues me interrumpieron, me deben una.— Emilio me miraba confundido. Se sentó en el banco de la barra de la cocina.

—¿Te interrumpimos? ¿No que ibas por tu café y volvías?

Vacile un poco, si les contaba de la mexicana, capaz se ponían de pesados y me molestaban. Me encogí de hombros, que más da, después de todo, son mis mejores amigos.

—Pues si me interrumpieron. Les cuento.— me senté en la barra enfrente de Emilio.

—Cuando llegue a la cafetería, vi a una chica sentada en una esquina, se le veía triste, y no lo sé...sentí la necesidad de acercarme, así que lo hice y le pregunté que si estaba bien y empecé a charlar con ella. De no ser por Iván que me manda mensaje capaz le pido su número o su nombre. Me fui tan rápido que se me olvidó.— Iván se empezó a reír de mi.

—Uuh tío que pasada. Será para la próxima Bog.— El gemelo se reía y me dio unas palmadas en la espalda, yo solo lo fulminé con la mirada.

—No te preocupes Bog seguro te la encuentras algún otro día en la cafetería. —Sonreí al pensar en lo que Emilio decía, me encantaría volver a hablar con ella.

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Me desperté como a las 09:00 de la mañana.

No había dejado de pensar en la mexicana en todo el día. Pensé en ella mientras grababa tiktoks, pensé en ella cuando vi una película con los gemelos y pensé en ella antes de irme a dormir.

Me duché, me arreglé y baje a desayunar. Los gemelos seguían dormidos. Siempre se levantan tardísimo. Tome las llaves del carro de Iván. No le importará.

Me encaminé hacia la cafetería. Dispuesto a encontrarla. Las posibilidades de que este ahí otra vez son pocas. Pero valía la pena intentarlo, al menos quiero su nombre o algo.

Camine por la plaza viendo una que otra tienda cuando vi la cafetería a lo lejos. Estaba nervioso, no se que es esto que me causa esta chica pero me gusta, se siente bien.

Ding Ding

Sonó la campanilla al entrar. La busque con la mirada, el local estaba algo vacío. No fue difícil dar con ella. Sonreí cuando la vi sentada en el mismo sitio, viendo hacia la ventana, como la primera vez que la vi.

Solo que se veía aún más hermosa que ayer.

Amor desde España | JustboggiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora