92. Madre

727 69 17
                                    

Han pasado ya varios días desde que nos hemos reunido, básicamente hacíamos de todo en grupo. Cuando no íbamos a la playa, íbamos a algún parque o a veces al cine, hace unos días, ¡los gemelos nos llevaron a esquiar!

Justo ahorita estamos en el centro comercial, entrando a tiendas y de repente comprando una que otra cosa.

—Creo que te verías muy bien en este vestido.— dijo Jimena mientras colocaba un vestido blanco encima mío para simular que lo traía puesto.

Olivia alzó una ceja. —Me gusta más este.— Tendió otro vestido encima mío solo que esta vez de color azul claro. Ambas chicas me voltearon a ver expectantes.

Trague saliva. —No gracias, saben que no soy de vestidos.— dije mientras apartaba los vestidos hacia un lado. Olivia puso los ojos en blanco y Jimena se rió mientras me pasaba un brazo por los hombros.

—Tu eres de las mías, mejor vamos a la sección de hombres.— Me reí de su ocurrencia y jalamos a Olivia fuera de la tienda, antes de que se comprara toda la ropa que había en ella.

—Venga, ¿donde están los tontos estos?— Seguimos caminando, esperando encontrarlos por algún lado. Doblamos en una esquina y al instante reconocí a Mateo a lo lejos.

—Se desaparecieron.— dijo este cuando nos acercamos a él. Jimena lo miro coqueta y le guiño un ojo. —¿Nos extrañaste?

Le di un golpe en la parte trasera de su cabeza. —¡Hey! ¡Hermano!— exclamé haciendo una mueca de asco.

Mateo sonrió y negó con la cabeza. —Apuesto a que el gemelo 1 si que te extrañó.— contraatacó. "Gemelo 1" haciendo referencia a Emilio aparentemente.

Jimena solo le rueda los ojos y se sonroja un poco tallándose la cabeza mientras me fulmina con la mirada. Los demás chicos aparecieron a los pocos segundos detrás de él.

—Vamos a comer.— dice Iván. —Se me antoja comida Italiana.— Siento como mis ojos brillan, amo la comida Italiana. Asentí y me puse del lado de Iván.

—Anda si, comida italiana.— Debatimos un poco sobre qué íbamos a comer pero al final Iván y yo logramos convencerlos.

Comida italiana será.

Nos dirigíamos hacia el restaurante cuando sentí como Mateo me separaba un poco de los demás. A veces sucede eso sin que nos demos cuenta. —¿Qué me cuentas?

Mateo se encogió de hombros. —Aria, de hecho, si necesito contarte algo.— Lo voltee a ver intrigada, se le veía serio. —¿Pasó algo?

Durante unos segundos, Mateo no dijo nada. Parecía que tenía una discusión interna sobre si contarme o no, pero para su mala suerte, ya no lo iba a dejar ir hasta que me lo dijera.

—Anda tonto. Ya dime.— dije tratando de disipar la tensión. De verdad parecía que era un tema serio.

—Tiene que ver con tu madre.

Me detuve en seco. Podía sentir como mi sistema nervioso se disparaba, por unos segundos el mundo se detuvo. "¡Aria!" escuché que alguien gritó a lo lejos.

Parpadeé varias veces y regresé a la realidad. Mi vista hacia Mateo, quien me veía preocupado. —Estoy bien.— logré decir, aunque confieso que mi voz salió un poco más débil de lo que esperaba.

El chico sonrió sarcástico. —Si claro. No lo parece.— Más enfrente note como el grupo se empezaba a detener, apenas conscientes de que Mateo y yo nos habíamos quedado atrás.

La mirada de Boggi se cruzó con la mía, se le veía preocupado. Retome el paso, no podía quedarme quieta o pensarían que algo raro estaba pasando.

Amor desde España | JustboggiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora