23. Aereopuerto

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Pov Boggi

Iba de camino a recoger a Maria a su apartamento.

Desde que se fue hace dos días no habíamos vuelto a hablar. Solo uno que otro mensaje o alguna llamada que no duraba más de 10 minutos.

Me estacioné en la plaza, les dije a Iván y a Emilio que esperaran en el carro y camine hacia su apartamento.

Toque la puerta. Después de unos segundos, Maria apareció enfrente mío.

—Buenos días.— Me acerqué a ella. Se veía cansada. Parecía que no había estado durmiendo bien estos últimos días.

—Buenos días.— Se hizo a un lado para que pudiera entrar.

Caminamos hacía la cocina. Había dos maletas no tan grandes colocadas en el suelo. —¿Lista?

Maria estaba sirviéndose un vaso de agua. Parecía como hipnotizada pensando en algo. No me escuchaba.

—¿Mar?— Vi cómo regresaba. —¿Eh?—me dijo volviendo a la realidad.

—¿Estas bien?

—Si si...estoy bien.— No me volteaba a ver cuando lo decía.

Me acerqué a ella y ladeé mi cabeza hacia un lado, sonriéndole un poco. —Hey...voltéame a ver a los ojos y dime que estás bien.

Me volteó a ver lentamente. —Ah si, estoy bien.

Me decía que estaba bien pero sus ojos me decían otra cosa. No quería incomodarla o hacerla sentir peor así que solo asentí, nada convencido de su respuesta.

—Bueno. ¿Vamos?— Asintió. La ayude cargando sus maletas y salimos.

Caminamos por la plaza en silencio. Maria estaba...distante. Cuando llegamos al coche me pareció ver que se ponía nerviosa.

Puse sus maletas junto con las nuestras en la cajuela y le abrí la puerta del copiloto.

—¡Hey enana! ¡Nos vamos a México!— Me reí un poco. Iván estaba muy emocionado por el viaje.

Maria se limitó a sonreír, sin decir nada. Supongo que esto de su familia la tiene algo preocupada, es la única razón que encuentro para que se sienta así, si no es eso, no tengo idea de que es.

Puse una mano en su pierna. —Hey, todo va a estar bien.— Maria me sonrió y asintió. Noté que casi no me miraba a los ojos, desvió su mirada a la ventana y recargó su cabeza en el asiento.

Pov Maria

Boggi conducía hacia el aeropuerto. Me había costado bastante pero había logrado controlarme para no estallar en lágrimas otra vez.

Se veía tan lindo y tan feliz cuando llegó a mi apartamento.

Voltee a ver a Emilio por el retrovisor y vi como este me estaba viendo. Sentí como lentamente se formaba un nudo en mi garganta. Rápidamente voltee a ver la ventana de nuevo.

No había hablado con el. No lo había visto desde entonces, empezaba a pensar que si debí haber fingido que estaba enferma y no haber venido a este viaje.

Llegamos al aeropuerto. Tendríamos que esperar unas horas antes de nuestro vuelo.

Nos sentamos en unas sillas y los chicos se pusieron a platicar. Bueno, Boggi e Iván se pusieron a platicar.

Emilio escuchaba pero no participaba mucho. Yo por otro lado, no estaba escuchando nada. Estaba demasiado nerviosa, con los sentimientos a flor de piel, mi cabeza estaba hecha un lío e iba para largo.

Vi como Emilio me miraba por el rabillo del ojo. Di un respingo. La garganta se me secó.

—¿Mar? ¿Estás bien?— Boggi me saco de mis pensamientos.

Lo voltee a ver. Sus preciosos ojos verdes me miraban con preocupación. No pude evitarlo. Mis ojos se empezaron a cristalizar.

—Yo-yo...ahorita vuelvo.— Las palabras no salían de mi boca, ni siquiera estoy segura de que me hayan escuchado por lo débil que había sonado. Me levante y huí de ahí. No podía estar aquí.

No cuando las miradas que Boggi me regalaba emanaban un amor y un afecto precioso.

Soy un asco de persona.

Pov Boggi

Maria se levantó y se fue. Me quedé viendo como se alejaba, confundido.

Voltee a ver a los chicos. —¿Saben si tiene algo?

Iván sacudió la cabeza. Me dirigí hacia Emilio.

—Emilio ya se que tú y ella casi no se llevan mucho pero...¿Alguna idea?

—No...no se me ocurre nada.— Emilio volteo hacia otro lado.

—Iré a buscarla.— Me pare y me fui en la dirección que ella había tomado.

Me la encontré llorando en una esquina del aeropuerto. Sentía como mi corazón se arrugaba al verla en ese estado. Me acerqué a ella.

—¿Maria qué tienes?— vi como se asustaba al verme ahí y como trataba de limpiar las lágrimas que caían en sus mejillas ligeramente ruborizadas.

—Hey...hermosa, me duele verte así. ¿Qué pasó? ¿No quieres regresar a México?— dije tratando de entender que estaba sucediendo.

Maria solo sacudió su cabeza, tratando de e controlar su respiración. —Boggi...¿Tu-tu confías en mi?— La miré confundido.

—Si Maria, por supuesto que confío en ti. Dime, ¿Es por tu familia?

La abrasé, rodeándola con mis brazos. Negó con su cabeza, escondiendo su cabeza en mi pecho. —No...no es eso...—La consolé, ¿Si no era su familia, que era entonces? —Boggi...hize algo horrible.— podía escuchar como lloraba.

—Mar, ninguna cosa que hagas va a hacer que pierda la confianza que te tengo. Me puedes contar lo que sea.—No dude ni un instante en decirle.—Yo...yo te amo.

Maria se separo un poco de mi, lo suficiente para que sus ojos se encontraran con los míos. Vi como lentas lagrimas caían sobre sus mejillas.

Tome su cara entre mis manos y con mi pulgar le limpie sus lágrimas. Me destrozaba verla así.

—Yo...yo también te amo.— sentí como mi corazón se hinchaba en mi pecho.

Le sonreí. Ahora era yo el que quería llorar. Pero era ella la que necesitaba mi ayuda.

—Hey...¿Me quieres contar?— le dije con cuidado.

—Tal vez aquí no sea un buen momento ¿Sabes?—Asentí. Comprendiéndola. Había mucha gente en el aeropuerto y había mucho ruido. Quizás quería un sitio más tranquilo.

—Está bien. Cuando lo necesites, aquí estoy.

Maria me abrazó. Hundió su cara en mi cuello. Le di un suave beso en su pelo mientras le acariciaba la espalda.

—Todo va a estar bien hermosa.

Y nos quedamos así un rato, hasta que se tranquilizó.

Amor desde España | JustboggiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora