02. Sonrisa

3.3K 191 42
                                    

—¿Perdona? No así estoy bien gracias.— Dije desconcertada. Lo más probable es que es alguien que trabaja en la cafetería. La verdad que no lo había escuchado bien y no tenía ni idea de que hacía este chico hablándome.

Dejó escapar una leve risa. —No, no trabajo aquí, te preguntaba que si este sitio esta ocupado.— dijo haciendo una seña apuntando al asiento enfrente mío. Rápidamente vi de reojo que había otros sitios vacíos, ¿Por qué se quería sentar conmigo?

—No, no está ocupado.— Le sonreí levemente, no quería ser grosera.

Se sentó enfrente mío y tome un segundo para observarlo. Era un chico alto, parecía ser de mi edad, con pelo castaño con un toque rubio, lo traía peinado como en forma de cortina, se veía mono, se cargaba unos ojos verdes/grises y piel clara, para que mentir, era muy guapo.

Nos quedamos viendo, ninguno decía nada, el solo me observaba con una sonrisa mientras se tomaba su café. No era incómodo, pero si que era raro.

—Bueno...¿que haces aquí?— No quería ser grosera así que le regale una pequeña sonrisa, no se me ocurría como sacarle plática.

—Oh bueno te vi y parecía que estabas algo triste así que quería asegurarme de que estabas bien.— dijo el desconocido con un pequeño acento español. Rápidamente sentí como el calor llegaba a mis mejillas.

¿Así son todos los españoles? ¿Chicos guapos que llegan de la nada y se preocupan por ti nada más conocerte dos minutos antes?

—Gracias pero estoy bien, no tenías porque preocuparte.— dije tímida dándole un sorbo a mi café.

—¿Quieres que me vaya?.— Me miraba con algo de preocupación en sus ojos, se veía muy lindo.

Lo pensé, si, es un extraño. No lo conozco de nada pero estoy sola y la verdad me gusta tener compañía.

—Esta bien, te puedes quedar.— Sonrió.

'Este chico nunca para de sonreír de verdad.'

—¿Haces esto seguido?— le pregunte alzando una ceja algo intrigada, no se me hace normal que haya llegado de la nada, y no sabía si podía confiar en el.

Pude ver como se ruborizaba. Se rascó la parte trasera de su cuello algo nervioso. —Ehm..no, no lo hago seguido.— me dedico una tímida sonrisa y una pequeña parte de mi no pude evitar pensar en lo mono que se veía.

—¿Entonces?— dije con una pizca de frustración en mi voz. No fue hasta ahí que me di cuenta que estaba siendo algo brusca con el. No tengo el mejor carácter la verdad, pero no era su culpa, lo único que el pobre chico estaba haciendo era hacerme compañía.

—Perdón, no estoy acostumbrada a este..tipo de situaciones.— dije apuntándolo con mi dedo y luego apuntándome a mi. Por suerte, el chico de enfrente no parecía estar nada molesto conmigo, se rió un poco.

—No pasa nada, ni yo.— después de unos segundos en silencio, volvió a hablar. —¿Qué me cuentas?— preguntó. Me hablaba con toda la confianza del mundo, como si fuéramos amigos de toda la vida y no extraños que se acababan de conocer hace un minuto. Que raros son los españoles.

—Pues nada, me acabo de mudar, soy nueva aquí en España.— dije encogiéndome de hombros.

—Oh genial! ¿Y qué te parece?— me preguntó animado.

—Pues me está gustando, todo es muy bonito. Aunque extraño México la verdad.

— Ah, ¿con que mexicana eh?— Me sonrió divertido, alzando una ceja y eso si me saco una risa.

—Si, mexicana.— Le di un sorbo a mi café. '¿Qué se trae este entre manos?'.

¿Y qué te trae por aquí mexicana?— Mi rostro cambió, mi sonrisa se debilitó y me puse seria. Claro que el lo noto porque se le quitó esa linda sonrisa que traía desde que se sentó —¿Mala pregunta?

—Mmm algo así. Es un tema complicado.— dije tratando de quitarle importancia.

—Entiendo, ¿No quieres hablar de eso?— Parecía interesado de verdad, al menos preocupado supongo.

Dude un segundo en si decirle o no. Pero se me adelantó —Cambiamos de tema, no te preocupes.

Le sonreí levemente y regrese mi vista a la ventana sin decir nada. Por el rabillo del ojo vi que no me quitaba la vista de encima. Volvía a tener esa sonrisa suya.

—¿Y bien...viajas sola?— Otra mala pregunta, pero que manía este chico de verdad.

—Eres pésimo haciendo preguntas ¿sabías?— Regresé mi mirada hacia el, se sonrojó y volvió a sonreír apenado.

—Lo siento.

—No pasa nada, si, viajo sola.— No quería sonar grosera de verdad así que solo le sonreí, tratando de restarle importancia a su pregunta.

—Bien mejor tú preguntas.— ¿Que le podía yo preguntar a él? No se me ocurría nada. Pero decidí que sería mi amigo, no me vendría mal.

—Bien, españolito. ¿Vienes aquí seguido?— Le sonreí divertida.

Sonrió más de lo normal al escuchar el apodo que le acababa de poner. —Bueno mexicana dos cosas, no soy español soy ruso.

¿Ruso? Alce una ceja. Esto que si que se ponía interesante. —Y si, es mi cafetería favorita, vengo prácticamente todos los días.— y con eso me dedico otra de sus sonrisas.

—Ah ruso tenías que ser.— Le saque una carcajada, su risa era algo contagiosa así que enseguida me encontré riéndome con el.

En eso sonó su celular, alguien le estaba mandando mensajes. El ruso volteó a ver los mensajes y enseguida se dirigió a mi otra vez.

—Bueno mexicana, fue un gusto conocerte. Pero me tengo que ir.— No pude evitar sentirme algo decepcionada. Me había caído bien.

Se levantó del asiento y me tendió la mano, le devolví el gesto y se la estreche mientras le sonreía. Ese simple contacto se sentía agradable supongo.

—Encantada ruso. Ten un buen día.

Asintió con la cabeza y por una fracción de segundo, parecía que me iba a decir algo. Pero solo se volteó y se dirigió a la salida.

El ruso iba por la puerta cuando me di cuenta. 'Nunca me dijo su nombre.'

Voltee a ver si lo encontraba pero fue muy tarde. Ya se había ido.

Amor desde España | JustboggiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora