80. Desayuno

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Boggi me dio un  beso rápido cuando me acerqué a él, me sonrojé y escondí mi cabeza en su pecho, su mamá estaba detrás de nosotros.

Maya río y cargó a Lucía. —Vale cariño, supongo que deben de estar muy cansados.— Me di la vuelta recargando mi espalda en el pecho de Boggi para así verla de frente.

—Solo algo.— dije, un bostezo escapó de mis labios. No tenía mucho sueño, la emoción de por fin estar aquí me lo había ahuyentado.

—¡Yo no tengo sueño!— exclamó Lucía, retorciéndose en los brazos de su mamá. —Pero tú tienes que dormir, ya es tarde Lucía.— dijo Maya con un poco de firmeza.

Lucía hizo un puchero y volteo a ver a Boggi. —¡Yo quiero jugar con Bo!— Boggi sonrió y abrió los brazos, su mamá resopló con una sonrisa y le dio a Lucía.

—Lulú mañana podemos jugar todo lo que quieras, pero mamá tiene razón. Ya es tarde, deberías estar durmiendo.— Lucía puso una cara triste y asintió.

—Ok. ¿Me llevas?— Boggi asintió y me volteo a ver como diciéndome "Ahorita regreso hermosa." Sonreí y lo vi desaparecer con Lucía en brazos.

Maya tomó una de las maletas que había dejado Boggi en el suelo, y yo rápidamente me acerqué y tomé la otra. —Sígueme, por aquí está el cuarto de Boggi.

La seguí mientras subíamos las escaleras y vi como el pasillo se abría a la izquierda y a la derecha. Dóblamos a la derecha y me guío a una puerta blanca al fondo del pasillo.

Abrió la puerta y me asombre al ver el cuarto. Boggi tenía razón, era muy diferente al que tenía en casa de los gemelos, era muy obvio que era el cuarto de un muchacho de 16 años y Boggi ya había crecido mucho.

Era algo pequeño, las paredes eran amarillas, y azules, había una cama en una esquina y un pequeño escritorio en otra. Habían muchos peluches en una pequeño sofá y una guitarra en otra esquina.

Había una ventana con cortinas azules y una lámpara que envolvía al cuarto en una luz amarilla clara acogedora. Maya me sonrió levemente. —Se que no es mucho, pero creo que estarán cómodos.

Negué con la cabeza. —Es perfecto, muchas gracias.— Seguí observando el cuarto mientras tomaba las dos maletas y las colocaba sobre la cama.

—Podríamos traer el colchón inflable si quieres, no se si los dos entren en la cama.— dijo Maya soltando una risa. Algo de razón si tenia, la cama era un poco más grande que una individual, si cabríamos, pero algo apretados.

Aún así no quería molestar. —No hay problema, podemos intentar una noche así, y ya vemos mañana qué onda.— Maya asintió.

—Vale, descansa linda.— Sonreí, era demasiado amable conmigo. —Buenas noches Maya.

La mamá de Boggi salió de la habitación y me senté en la cama. Abrí mi maleta y saqué una pijama, me metí al baño y me dispuse a cambiarme. Cuando salí del baño, Boggi ya estaba acostado en la cama.

Alzo la vista al escucharme salir y me hizo una seña para que me acercara. —¿Cómo lo hice?— pregunté contenta mientras le daba un beso.

—Mi mamá te adora.— sonreí y me encogí de hombros. —¿Qué te había dicho?— dije orgullosa riéndome un poco.

Baje las maletas de la cama, Boggi se limitó a quitarse la camisa y los pantalones que traía, siempre duerme así y a pesar de eso, siempre reacciono de la misma manera, como si fuera la primera vez que lo hace.

Sonreí y me mordí mi labio inferior nerviosa. Boggi se dio cuenta y sonrió pícaro, me acerqué a él, acostándome a su lado, ambos enfrente el uno del otro y le di un beso.

Amor desde España | JustboggiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora