86. Darte el sí

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—Sabía que tenía un jacuzzi.— le dije triunfante mientras nos sentábamos en la mesa del pequeño restaurante del hotel.

Un chico se nos acercó para darnos los menús y después de pensarlo un rato, ambos decidimos pedir pasta y una pequeña pizza y así estuvimos platicando sobre cualquier cosa que se nos venía a la mente un buen rato hasta que llegó la comida.

—¿Qué quieres hacer?— me preguntó. Todavía no era tan tarde, si queríamos, podíamos sacarle provecho al resto del día.

—¿Solo pasear? ¡Oh! Podríamos ir al centro o algo así y conocer un poco la zona..— empecé a pensar, ambos estábamos algo cansados por todo el viaje, así que podríamos dejar las cosas pesadas más chidas para después.

Terminamos de comer y salimos del restaurante agarrados de la mano. Caminamos por el lugar, viendo las tiendas, los parques y todo lo que la ciudad ofrecía.

Hacia un clima perfecto, no hacía calor, pero tampoco frió. Estaba fresco así que no era una tortura caminar a la intemperie.

Hay que decir que me emocioné un poco y empecé a jalar a Boggi a todos lados. Además,
lo convertí en mi fotógrafo personal, básicamente, le pedía fotos con cualquier cosa que me encontraba.

—María tienes más fotos con objetos random que conmigo.— bufó mientras checaba las fotos que me había tomado toda la tarde. Me reí de él y le di un beso en la mejilla.

—Ya pues, a ver.— le quite mi celular y abrí instagram. Alce mi mano y sonreí, Boggi me rodeo el cuello con sus brazos posando para la foto y yo le pique al botón.

—Me gusta, mándamela.— me dijo mientras veía la foto contento y me plantaba un beso en la mejilla.

Caminamos un rato más, viendo diferentes cosas antes de que ambos coincidiéramos en que ya estábamos muy cansados, así que regresamos al hotel.

Nada más entrar a la habitación me dirigí a la cama y me tumbé en ella, cerrando los ojos con fuerza al sentir la suavidad de esta.

—Oh por dios...juro que amo esta cama con mi vida..— gemí mientras me acomodaba en ella.

Boggi no tardó en tumbarse a lado mío, sin duda alguna, la cama era lo mejor de la habitación, aunque el jacuzzi no se quedaba atrás.

Estuvimos un rato tumbados en la cama hasta que decidimos cambiarnos y ambos nos pusimos pijama, en mi caso, una camisa de él que me encanta y Boggi unos simples shorts.

—Entonces estaba pensando en algo.— dijo de repente Boggi sentándose en la cama mientras se recargaba en la pared.

Le hice una seña con mi cabeza preguntándole a qué se refería mientras que lentamente me sentaba encima de él para darle un beso.

Boggi sonrió un poco y alzó una ceja, claramente disfrutando de la posición en la que me encontraba. —Casi nunca usamos condón, ¿te has dado cuenta?

Al instante sentí como me atragantaba con la nada, abrí mucho los ojos y empecé a toser un poco. —¡Boggi!— Sentí como me ponía roja por la forma tan casual en la que hablaba del tema.

El solo me sonrió divertido pero aún así podía ver que estaba serio. Así que decidí aclararle su duda. —Boggi...mira tomo anticonceptivos, no te tienes que preocupar.— dije soltando una risita mientras trazaba círculos con mis dedos en su abdomen.

—No va a llegar un baby Boggi pronto.— dije esperando que se tranquilizara. Vi como se relajaba pero aún así una sonrisa divertida asomaba en su lindo rostro.

—¿No quieres uno?— susurró chasqueando la lengua e irguiéndose un poco para llegar a la altura de mis labios. Me reí y abrí la boca con sorpresa, sabía que estaba bromeando pero aún así la idea se plantó en mi cabeza.

—Estas loco.— le dije mientras bajaba mi mirada a sus labios.

—Si, loco por ti cariño.— Moví la cabeza con diversión al escucharlo y regresé mi atención a sus ojos. Le di un beso rápido antes de hablar.

—Menso, primero pídeme matrimonio y luego háblame de bebés.— dije siguiéndole el juego mientras le mostraba mi dedo anular, mostrándole que en efecto, no había anillo.

Boggi se volvió a recargar en la pared y alzó las cejas mientras se relamía los labios. —¿Quieres que te pida matrimonio?— me preguntó coqueto mientras que acariciaba mis piernas con sus manos.

Rodé los ojos con diversión. —Si Bogdan, tenemos 18, llevamos seis meses de relación y tú vas a ir a la universidad pronto, claro que quiero casarme contigo.— le dije alzando las cejas.

Boggi sonrió y se acercó a mi otra vez. —Podríamos escaparnos a un pueblito lejano, sin tantas personas y solamente...casarnos.— me dijo con emoción en un susurro.

Me le quedé viendo, ¿es una broma no? Me reí. —Solamente...¿casarnos?

Boggi asintió varias veces emocionado. —¿Aceptas o miedo?— me preguntó con una sonrisa traviesa mientras subía sus manos de mis caderas a mi cintura.

Abrí mi boca y me lleve las manos a mi rostro. —Gnatovich...dime por favor que no me acabas de proponer matrimonio de esta manera.— dije volteándolo a ver a punto de reírme.

Boggi huyó mi mirada fingiendo estar dolido. —Déjame. Te abro mi corazón y mira como me respondes.— podía ver la diversión en su rostro así que negué con la cabeza, también divertida por la situación.

Mi mente de repente empezó a maquinar muchísimas cosas, con mi mano en su barbilla hice que me volteara a ver.

—Vale escúchame.— Boggi regresó su atención a mi. Suspiré y le regale una sonrisa.

—Bogdan Gnatovich. Ignoremos que me acabas de pedir matrimonio con esa frase por favor.— Boggi se rió junto conmigo y me dejó continuar.

Me empecé a preguntar si en verdad me estaba volviendo loca.

—Vale mira, yo te puedo asegurar dos cosas. La primera, que te amo muchísimo. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida y no veo un futuro en el cual no estés a mi lado.

La sonrisa en el rostro de Boggi solo se volvía cada vez más grande al escucharme, casi podía ver como su pecho se hinchaba de orgullo y satisfacción.

—¿Cual es la segunda?— me preguntó ladeando su cabeza hacia un lado, mirándome con ternura y acariciando suavemente mi cintura con sus pulgares.

Dejé escapar una risa. La verdad ni yo se en que momento todo esto pasó de ser un juego a una cosa seria pero no me molestaba. Era la verdad y además, vida solo hay una ¿no?

—Si te soy sincera, si me veo contigo llegando hasta viejitos. Así que si, en unos meses, años, cuando tú quieras y sientas que estamos listos, estoy dispuesta a darte el si en el momento en el que me lo pidas.— dije encogiéndome de hombros con ternura mientras jugaba con mis dedos.

Y de hecho, creo que nunca había visto a Boggi tan feliz en mi vida. Sonreía como un loco enamorado, sus ojos precian brillar y parecía que me comía con la mirada. Se veía precioso.

Se acercó a mi y me dio un beso el cual correspondí, llevando mis brazos a su cuello para acercarlo más a mi. Entre besos Boggi se impulsó hacia un lado, de forma que rodamos en la cama y ahora el estaba encima mío.

Boggi se separó un poquito de mi, sonriéndome. —Te amo cariño.

Dejé escapar una risita. —Yo también te amo.— dije contenta al sentir como me llenaba de besos.

Amor desde España | JustboggiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora