94. Paquete

719 75 17
                                    

—Estoy aburrida.— digo tratando de llamar la atención de los chicos.

Olivia y Jimena salieron a hacer unas cosas temprano pero me quedé dormida así que al final no fui con ellas.

—Tierra llamando a los idiotas, repito, tierra llamando a lo-

—¿Qué pasó Mar?— Aarón me volteo a ver con una sonrisa mientras dejaba el martillo en el suelo.

—¿Cuánto tiempo más van a jugar a Bob el constructor?— pregunté con un toque de flojera. Los chicos estaban en el garage, armando cosas y remodelando el lugar.

Había herramientas por todas partes, pintura y otras cosas que no sabría decir que son, aunque parecen ser objetos de tortura.

Los latinos, como los llamo, Aarón y Leandro se rieron al escucharme, claramente identificando la caricatura de Bob el constructor, sin embargo los gemelos y Boggi fruncieron el ceño.

—Estamos trabajando comita.— Al instante fulmine con la mirada a Emilio quien se empezó a reír mientras regresaba a su trabajo.

—Hey...— salió en mi defensa Boggi, ninguno de los dos somos fans del apodo que me puso Emilio.

—Gracias.— dije parándome a su lado. —Entonces, ¿cuánto falta?— volví a preguntar. La paciencia no es una de mis características.

—María como te explico que no llevamos ni la mitad...— empezó a decir Leandro dejando escapar una risa.

—Te pediríamos ayuda enana...pero pues..— Alce una ceja al escuchar a Iván. ¿Pero pues qué?

—Para que sepas, soy perfectamente capaz de usar un martillo.— dije poniendo los ojos en blanco. El chico solo rió y se encogió de hombros.

—¿Entonces nos hechas una mano?— preguntó retándome. Trague saliva. Es decir, si se un poco de herramientas pero tampoco quería volarle una extremidad a alguien.

—Estoy bien así gracias.— dije rápidamente poniéndome detrás de Boggi, dándole un abrazo.

Iván soltó una risa igual que Boggi, quien se dio la vuelta para verme de frente. —Vamos a estar aquí un rato, ¿no quieres hacer otra cosa?

Me encogí de hombros. —No es como que pueda hacer mucho la verdad.— dije volteando a ver la habitación. —Mejor me quedo, además, mira que buena vista tengo.

Solté una risa divertida, Boggi traía una camisa negra de tirantes, que resaltaba mucho su figura mientras trabajaba. No me molestaba en lo absoluto sentarme a mirar.

Boggi chasqueó la lengua y me dio un beso en la frente. Me encamine hacia las diferentes cajas que había en el suelo y me senté a lado de ellas.

Herramientas, herramientas y más cosas.

Estuve un buen rato ayudando a los chicos pasándoles cosas que necesitaban, o si querían sujetar o cargar algo también participaba, hacía lo que podía, solo trababa de no estorbarles.

—Bueno como son unos aburridos, me voy.— dije después de un tiempo con una sonrisa. Supongo que también es bueno que pasen tiempo solos.

Me dirigí a la cocina y me serví un vaso de agua fría. Estábamos empezando Mayo, y la temperatura se elevaba apenas un poco más de lo normal.

Al principio puse la televisión, pero no vi nada que me interesara así que la dejé como ruido de fondo y me puse a ver mi celular. Hable con algunas amigas, vi Tiktoks, y básicamente, hice tiempo.

Entonces empezó a sonar mi teléfono. Era una llamada de Mateo. No tarde mucho en contestarla y llevarme el celular a la oreja.

—¡Mateo, hola!

Amor desde España | JustboggiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora