98. Epílogo II

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Bogdan Gnatovich

Hoy es el día. Si hace unos años alguien me hubiera dicho que me estaría casando a los 25 años con la mejor mujer del mundo me reiría en su cara.

Y sin embargo aquí estoy, despertando con los nervios de punta porque hoy es probablemente el día más importante de mi vida.

De hecho, no tengo miedo, no puedo esperar para poder al fin decir que Maria es mi esposa. No podría estar más orgulloso de ella y de nosotros, hemos superado muchas cosas y no nos hemos rendido, eso solo me hace pensar que de verdad estamos hechos el uno para el otro.

—¿No puedo verla?— estoy tocando la puerta de nuestra habitación, puedo escuchar el ruido de las personas moviéndose por todos lados.

Nos obligaron a dormir separados.

—Bogdan es de mala suerte. No puedes verla.— Fruncí el ceño al escuchar a Karla, la organizadora que nos ha estado apoyando con todo.

—Pero yo solo quiero- — la puerta abriéndose me detuvo. Creí que iba a ser más difícil.

Karla asomó su cabeza por la puerta, trate de asomarme pero me paró en seco. —Bombón, no puedes verla.

—¡Karla! ¡Ese es mi prometido!— Sonreí al instante al escucharla.

—Karla yo-

Cerró la puerta en mi cara sin escucharme y yo meneé la cabeza. Karla es un amor pero se toma todo esto muy enserio a veces.

—¡Iván está esperándote afuera! ¡Te ves muy guapo así pero necesitamos que te vistas de traje!— Voltee a verme al escuchar a Karla tratando de reprimir una sonrisa. Estaba sin camisa y solo traía unos pantalones de franela.

—¡Auch! ¿Por qué me pegas?— Solté una risa al escuchar a las chicas discutir en el interior.

—Ya te dije que es mi hombre.— protestaba Maria.

—Me gustan las mujeres estúpida. Ya lo sabes.

—Solo me aseguraba. Te amo.— Solté una mueca.

—¡Hey! ¿Yo qué?— reclame detrás de la puerta. Unos pasos se escucharon detrás de esta.

—Te amo Boggi, buenos días.— coloque mi frente en la puerta. Lo que me gustaría poder besarla.

—Te amo Mar, buenos días. Nos vamos casar.

La oí suspirar y aún sin verla se que tiene una sonrisa en su rostro. —Nos vamos a casar. Apúrate y hazle caso a Karla. No quiero que el novio no llegue a la boda.

Me reí y me di media vuelta para encontrarme con Iván y empezar el día.

-

Y vaya día.

A partir de ahí todo fue un sube y baja de cosas. Una completa locura.

Mil personas de aquí para allá, caminando de un lado a otro, todos parecen estar ocupados en algo y eso me desconcierta.

—Iván...¿no se supone que tenemos que estar haciendo algo o algo así...?— le susurré.

Estamos en el sofá, ya me habían arreglado y explicado algunas cosas. Iván ya estaba listo también. Literalmente solo estábamos matando tiempo en la sala.

Iván se llevó una mano a la frente pensando. —¿Podríamos ir a la iglesia? Ya no falta mucho para la ceremonia.

Asentí un poco nervioso. Últimamente lo único que hago es ver el reloj. La boda es a las 12, y son casi las 11 ya.

Amor desde España | JustboggiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora