88. Torre Eiffel

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Me levanté contenta, hace mucho tiempo que no me despertaba así, verdaderamente feliz. Giré mi rostro hacia un lado para ver al chico que tenía al lado.

Boggi seguía durmiendo, boca abajo, con un brazo debajo de la almohada y su otro brazo y pierna rodeándome, básicamente yo era su segunda almohada, y de hecho, me encantaba.

—Voy a ir por el desayuno, Boggi.— dije lentamente para no despertarlo por completo. Como pude logre salirme de su agarre y le dejé un beso en la frente, no sin antes acariciar un poco su cabello y despeinarlo un poco.

Me puse una sudadera de él que me quedaba gigantesca y salí de la habitación. Camine por los pasillos en silencio, todo estaba vacío, no había visto la hora, pero al parecer era todavía algo temprano.

Cuando llegue a la planta baja busque el restaurante del hotel con la mirada, y cuando di con el me acerqué al mostrador, una chica muy bonita estaba ahí, leyendo algo en una revista.

—Buenos días.— dije olvidando por completo que la gente aquí no habla español. La chica alzó la mirada de lo que estaba leyendo para verme.

—Bienvenida al Pullman Paris Tour Eiffel.— dijo de mala gana con un acento algo divertido. —¿Qué deseas pedir de desayuno?— me regalo una sonrisa falsa y yo me reí.

—Dios mío chica, no está siendo tu día, ¿o si?— pregunté alzando las cejas. La chica bufó y se talló los ojos. —Ni que los digas, este tío a las 3 de la mañana quería pedir sushi a domicilio, ¡a las tres de la mañana!

La miré un poco sorprendida, en parte por su historia y en parte por la forma tan graciosa en la que pronunciaba las "r". —Mierda, ¿3 de la mañana?— dije. La chica alzó las manos cansada. —¡Exacto! ¡Dios! Bueno, me llamo Camille. ¿Tú?

—María.

—¿Qué pides María?— preguntó sacando una pequeña tablet. Me encogí de hombros. —Lo que sea que haya en el menú de desayunos, para dos personas.

Camille asintió y tecleó unas cosas en el aparato que tenía en sus manos. —Vale, ¿los subimos a tu cuarto o...?

—Ok esta bien, mi habitación es... creo que la J15.— Camille alzó las cejas claramente sorprendida, y yo me llevé las manos a mi rostro.

—Dime por favor que no se gastó media vida en esa habitación.— Camille me dio un recibo y me sonrió. —Vale, es una de las suites, creeeo que si se gastó media vida.

A pesar de que una parte de mi se sentía culpable por hacerle gastar todo este dinero, sentía que mi corazón iba a estallar de felicidad en cualquier momento. Dios mío. Como amo a este hombre de verdad.

—Gracias Camille, ten un lindo día.— Camille me sonrió de vuelta. —Igual María, en un rato te suben la comida.

Regrese a la habitación dispuesta a comerme a Boggi a besos. Entre al cuarto y mis ojos se fueron a la cama, la cual estaba vacía. Supuse que se había levantado al baño así que camine hacia allí.

—Boggi, ¡ya pedí el desayuno!— Toque la puerta del baño pero nadie respondió así que la abrí.

—Boggi...— Me asome y entre al baño pero no había nadie así que me dispuse a dar media vuelta para salir a buscarlo. —¿Bog-

Unos fuertes brazos en mi cintura hicieron que casi diera un grito ahogado. —¡Puta madre Bogdan! ¡¿Me quieres matar del susto?!

Boggi se reía de mi mientras me llevaba a la cama. —No estabas cuando me desperté.— Me dejó caer en la cama y se puso encima mío sin ponerme todo su peso.

Amor desde España | JustboggiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora