58. Accidente

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Cuando salí de su habitación estaba hecha un desastre. De la nada me empezó a doler la cabeza y el pecho, sentía como me faltaba el aire y como la vista se me empezaba a nublar. Tenía ganas de vomitar.

Trastabille y casi me caigo al suelo, sentí como me faltaba el aire, no me sentía bien, apenas y logré sujetarme del barandal de las escaleras, de repente alguien me tomó del brazo con delicadeza.

—¿Maria?, ¡Maria! ¿Estás bien?— levante mi mirada. Apenas y lograba formar palabras, no tenía aire. No podía respirar.

Apenas pude ver como Boggi se acercaba a mi con un gesto de preocupación en su rostro.

—Maria respira, respira profundo, María, ¿Qué está pasando?— Podía escuchar la voz de Boggi y como me sostenía entre sus manos. Quería hablar pero apenas y me salían las palabras de la boca.

—Boggi yo- no puedo- —no tenía fuerzas. Podía sentir como mi vista se empezaba a tornar negra, apunto de perder la conciencia.

—Deja de hablar por ahora.— logré escuchar que me decía. Trate de hacerle caso.

—Solo mírame, escúchame y respira. Vamos Maria, estoy aquí contigo.— podía sentir que estaba asustado. Pero no podía verlo, parecía que mis sentidos se estaban apagando uno por uno.

Trate de seguir sus indicaciones pero me era imposible, las paredes se empezaron a cerrar sofocándome por completo, haciendo que todo se volviera negro.

Pov Boggi

Note como su cuerpo perdía vida en mis brazos. —Joder. ¡Emilio! ¡Emilio llama a una ambulancia!— grité, esperando que Emilio me oyera.

—Maria, ¡Maria respira!— no respiraba. Lágrimas empezaron a caer por mis mejillas. Emilio corrió, prácticamente voló las escaleras seguido de Jimena.

—¡¿Qué pasó?!— Emilio se quedó en shock observando la escena. Jimena se tapó la boca con sus manos, vi como también empezaba a llorar.

—¡Llama a una ambulancia por favor!— Emilio asintió mientras empezaba a teclear en el celular.

Jimena se acercó y se agachó a mi lado. Trataba de hablarme pero no le salían las palabras tampoco.

—¿Qu- qué pasó?— Negué con la cabeza mientras observaba a Maria.

—Yo...yo no lo sé...estaba bien y de...de repente se colapsó...yo- —las lágrimas impedían que siguiera hablando. Jimena estaba callada, parecía que estaba pensando.

—Ayúdame, pongámosla de lado. Con cuidado.

Asentí mientras ayudaba a Jimena. Maria seguía sin reaccionar. —Joder Emilio, ¡necesitamos la ambulancia!

—¡Lo sé! ¡Ya viene en camino!— regrese mi atención a Maria. Estaba pálida, de repente no era más que un cuerpo, sin vida.

Un celular empezó a sonar haciendo que me sobresaltara. No paraba de sonar. —¡¿Alguien puede callar el maldito teléfono?!— dije. Me empezaba a desesperar porque al parecer, el celular no era de nadie.

Jimena frunció el ceño. Vi como alargó su brazo y tanteó el pantalón de Maria. De ahí venía el ruido. Era su celular. Jimena lo sacó y lo apagó, sin molestarse en ver quién era.

No le puse mucha atención porque en todo en lo que podía pensar era en Maria.

Empecé a sacudirla levemente, con las esperanzas de que se despertara. —Maria, despierta...por favor...—dije entre sollozos. Las lágrimas continuaban cayendo cada vez con más fuerza.

Amor desde España | JustboggiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora