65. Reencuentro

1.1K 99 27
                                    

—¿Llevas un mes haciendo esto?— le pregunté con ternura y preocupación en mis ojos, mientras jugaba con mis dedos con la esquina de la manta. Boggi me lo había contado todo.

Yo le había contado de la voz que me había acompañado todos los días.

—No podía dejarte sola. No se que haría sin ti.

Sus palabras me llegaron al corazón. Yo tampoco se que haría sin el. Recargue mi cabeza en su pecho, pegándome más a él.

La doctora nos había dicho que me encontraba bien, y que me iba a recuperar poco a poco, que iba a ser algo difícil, pero que iba a salir adelante. Que no sabían como esto era posible.

Yo si sabía como es que era posible. Boggi. No se rindió, estuvo ahí. Siempre estuvo ahí.

Nunca había visto a Boggi tan feliz y aliviado por algo. No paraba de sonreír y no se apartaba de mi lado en ningún momento.

Incluso se había colado en mi cama y me sujetaba desde atrás, rodeándome con sus brazos en un símbolo protector. Extrañaba esta sensación.

—Gracias. No se que hice para merecerte.— le dije algo sentimental.

Sentí como apretaba el agarre de mi cintura y depositaba un beso en mi pelo. Sentir el calor de su cuerpo contra el mío me estaba haciendo sentir mucho mejor.

—Te extrañe muchísimo.— susurró. Hundiendo su cabeza en mi cabello. Acaricié su mano con mis dedos.

—Ya estoy aquí Boggi.— le susurré de vuelta, no quería que llorara. Ya había llorado mucho por mi, ahora quería hacer todo para verlo feliz.

Era mi turno de hacerlo feliz.

Muy lentamente me di la vuelta, para poder tenerlo de frente. Volvía a tener esos hermosos ojos verdes enfrente mío, me sostuvo la mirada unos segundos con una sonrisa.

Se acercó un poco y yo copié la acción. Nuestras frentes chocaron y nuestras narices se juntaron. Cerré los ojos y suspiré.

Sentía que habían pasado años desde la última vez que había sentido sus labios sobre los míos.

Boggi puso su mano en mi cintura y me acercó más a él con cuidado. Abrí mis ojos y mi mirada se fue directamente a sus labios.

—No tienes idea de cuánto tiempo estuve anhelando esto.— susurró. Sus palabras me hicieron sonreír y me acerqué a él.

—El estúpido tubo impedía que te diera un beso todos los días.— Ambos soltamos una pequeña risa mientras nos veíamos nuestros labios.

Boggi subió su mano de mi cintura a mi cuello, y mientras ladeaba su cabeza hacia un lado, colocó sus labios sobre los míos, dándome el más suave de los besos.

Fue un beso lento, precioso. Extrañaba sentir sus labios. Sentía como nuestras lenguas jugaban entre sí, como nuestros labios encajaban perfectamente, no quería que terminara nunca.

Nos separamos y ninguno pudo reprimir las sonrisas que se encontraban en nuestras caras.

—Por cierto, te queda muy bien este nuevo peinado.— dije, mientras tomaba un mechón de su pelo rubio con mi mano y se lo hacía a un lado, ya no tenía su peinado de Dora.

Algunas cosas habían cambiado en su persona, pero estaba igual de guapo, como siempre.

Boggi chasqueó la lengua. —El peinado de Dora ya estaba perdiendo el toque.— negué con la cabeza.

—¿Estás loco? ¡El peinado de Dora siempre será superior!— dije convencida, lo conocí con su peinado de cortina y para mi ese Boggi valía oro. Boggi río y me acercó a él para abrazarme.

Amor desde España | JustboggiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora