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Pov Boggi

Cuando la camilla entró, al principio no le di importancia. Cuando me di cuenta de quien era, sentí como el alma se me salía del cuerpo.

Emilio vio de quien se trataba y salió corriendo para ver que le había sucedido a su hermano. Todos le seguimos.

Cuando nos acercaremos lo suficiente, la escena me rompió el corazón.

Ivan estaba casi irreconocible, tenía golpes en todas partes y marcas en todo su cuerpo, estaba llorando y se retorcía en la camilla, no dejaba que nadie lo tocara o se le acercara.

Tenía muchos doctores a su alrededor que trataban de sujetarlo. Pero Iván se resistía y sollozaba, como si le fueran a hacer daño.—...no...no! por favor no... no me toques!...por favor...para!— Iván lloraba y temblaba, se rehusaba a que lo tocaran y con cada intento se ponía peor.

Tenía los ojos cerrados, y una expresión de terror en su rostro, se agitaba mucho.

Sentí como me congelaba en mi sitio. Nunca lo había visto así.

Vi como a Emilio también se le rompía el corazón al ver a su hermano de aquella manera. —¡Iván! ¡Iván!— Emilio trató de acercarse pero los doctores no le daban el paso.

—Joven neces-

—¡Es mi hermano!— Emilio se abrió pasó entre los enfermeros y se acercó a Iván. Iván seguía temblando y llorando en su sitio, hecho una bolita, como si se quisiera proteger de todos nosotros.

—Iván...soy yo...— Emilio trató de tocarle el hombro pero al sentir su mano Iván se agitó y se hizo para atrás, aún tenía los ojos cerrados, como si tuviera miedo de mirar.

—no...no me hagas daño...por favor...— eran apenas murmullos débiles los cuales emitía Iván. Emilio se hizo hacia atrás, con miedo de que estuviera lastimando a su hermano.

—Iván...no te haré daño...— Iván negaba con la cabeza asustado. Mientras sacudía su cabeza. —no...por favor no...vete...déjame...para! por favor para!— Iván seguía murmurando, mientras sacudía su cabeza, como si estuviera luchando contra alguien.

Emilio estaba llorando, nadie sabía que hacer pero no estaba dispuesto a dejar a su hermano.
Los doctores estaban viendo la escena, tratando de ver cómo reaccionaba Iván al oír una cara conocida.

Me acerqué a Emilio y le puse una mano en su hombro. —Tío...va a estar bien...vamos a hablar con los doctores...a ver que nos dicen.

Emilio asintió, aún sujetando la camilla de Iván con sus manos, sin tocarlo a él.

—Habla otra vez.— escuché como una doctora me dijo. La miré confundido. —¿Eh?

—Habla otra vez, háblale a Iván.— fruncí el ceño. Voltee a ver a Iván, perecía que se había relajado. Me acerqué con cuidado, con miedo a cómo iba a reaccionar.

—Iván...— Iván se agitó un poco. —Iván soy yo. Boggi...— Iván abrió los ojos y me vio. Justo cuando sus ojos conectaron con los míos, unos pitidos empezaron a sonar.

Los doctores me hicieron a un lado, al igual que a Emilio. —¡Lo estamos perdiendo! ¡Traigan el carro!

—¡Iván! No no no...¡Iván! ¡Vuelve Iván! Ponte bien Iván...porfa...Iván ¡Iván! Para para...¡Iván!— las palabras de Emilio solo hicieron que más lágrimas llegaran a mis ojos. Personas trataron de alejar a Emilio el cual estaba frenético, no estaba dispuesto a dejar a su hermano.

Sentí como el suelo bajo mis pies se sacudía. También estábamos perdiendo a Iván.

Unos doctores me hicieron para atrás, no opuse resistencia, en shock. Me faltaba el aire, podía escuchar que Emilio no quería dejar a Iván solo.