31. Mateo

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Al día siguiente decidimos desayunar en el restaurante del hotel para después ir a la playa un rato.

—¿Cómo estás?— Boggi buscó mi mano y me la apretó suavemente en una seña reconfortante.

—Bien, todo bien.— Le sonreí levemente y seguimos comiendo.

Después a petición de Emilio que nos estaba apurando, fuimos a la playa. Todos ya traíamos nuestros trajes de baño.

Emilio fue el primero en meterse al mar. Seguido de Iván y Jimena. Boggi me tendió la mano y lo seguí, uniéndonos a los demás en el agua.

Me gustaba la playa. Solo no era mi cosa favorita en el mundo la verdad.

Estuvimos un buen rato jugando toda clase de juegos en el mar. Riéndonos y pasándola muy bien.

En eso se acercaron un par de chicas. —¡No me la creo! ¡Son ustedes! ¡Aquí están!

—¡Somos sus fans! ¡Hola! ¿Podemos tomarnos unas fotos? Es increíble.

Los gemelos les sonrieron encantados al igual que Boggi. —Obvio chicas, vamos.

Todos salimos del mar. Yo le pedí el celular a las chicas para hacer las fotos. Supongo que no querían que yo saliera.

—Maria, no, ¿Qué haces? ¡Vente! Tu también formas parte del team.

Miré a la chica agradecida por sus palabras. Era muy amable conmigo. Nos tomamos varias selfies en grupo. Y luego unas cada quien solos con cada una de ellas.

Me gustó mucho hacerlas sentir felices. Se veía que al final estaban muy emocionadas.

—Gracias chicos de verdad.

—Pásensela genial. ¡Adiós!

Se alejaron riéndose y gritando súper contentas como si se hubieran ganado la lotería.

Decidí recostarme un rato en un camastro que había ahí en la playa. Me puse unos lentes de sol y vi como los chicos jugaban en la playa.

—¿Ari?— Voltee a ver detrás de mi hombro de golpe. Solo una persona me decía así.

Y lo vi, parado enfrente mío con una expresión de sorpresa en sus ojos.

Vi a Mateo. El niño que había dejado atrás cuando huí de México sin ninguna explicación.

Se me escapó contar otro detalle. ¿Era mi ex? Bueno, es mi mejor amigo y después me confesó que sentía algo por mi. Le dije que podríamos intentarlo pero después pasó lo de mi padre y lo dejé. Supongo que nunca se dio.

—¿Qué-qué haces aquí? ¿Regresaste?

—Mati yo...aquí estoy.— Lo había extrañado mucho. Al fin y al cabo era mi mejor amigo del alma.

Pase mis brazos por su cuello y el me correspondió el abrazo mientras me daba una vuelta en el aire.

Me empecé a reír. —¡Mateo para!— Me dejó en el suelo.

—Ejemm...heyy.— Voltee hacia atrás. Boggi estaba ahí atrás mío, se había acercado.

—Mateo el es Boggi. Boggi, Mateo.— Se estrecharon las manos. Mateo le sonreía y Boggi solo se limitó a hacer una media sonrisa.

—Un gusto Boggi.— Boggi hizo una mueca.

—Me puedes decir Bog, un gusto también.

Mateo asintió lentamente y luego se dirigió hacia mi. —¿Cuando salimos? ¡Tenemos tantas cosas que hacer juntos!

Sonreí más de lo normal. De verdad lo extrañaba.

En eso sentí como alguien me pasaba un brazo por la cintura. Boggi me acercó hacia el.

Mateo notó el contacto y su sonrisa se debilitó un poco. Volteó a ver la mano de Boggi en mi cintura.

—Ustedes son-

Boggi lo interrumpió. —Si, somos pareja, Maria es mi novia.

Pude notar como cierta tensión se creó entre Boggi y Mateo. Mateo solo asintió lentamente.

—Oh ya veo...— En eso Jimena se acercó.

—Hey hey, ¿Qué está pasando por acá? ¿Quién es su nuevo amigo?

—Soy Mateo, el ex de Aria.— Abrí los ojos y lo voltee a ver. Boggi hizo una mueca al escuchar el apodo. Al escuchar el término en general.

—Ojo ojo chico, no se si cuentes como ex.— Le dije en una sonrisa alzando una ceja.

Mateo se rió un poco, volteó a ver a Boggi.

—Nah, solo somos mejores amigos. De toda la vida.— Lo decía con un tono de superioridad, pero no le di importancia.

Boggi tensó la mandíbula, no decía absolutamente nada.

Jimena trató de romper toda la tensión que se había creado en el ambiente.

—Bueno Mateo un placer, cualquier amigo de Mar es nuestro amigo. ¿Quieres unirte?

Mateo negó con la cabeza. —Nono está bien, solo me acerqué porque me pareció ver a Aria y hace meses que no la veía.—Dejó de ver a Boggi para voltear a ver a Jimena.

Después se dirigió hacia mi. —¿Podemos hablar?

Me separé de Boggi, no puso resistencia. Mateo me jalo un poquito hacia otro lado, donde no escucharan.

—Vaya, no te costó nada cambiarme eh.— Estaba viendo a Boggi, el cual a veces nos miraba de reojo.

—Menso sabes que no te cambie. Nunca lo haría.— Le di un golpecito en su hombro.

—Supongo que entonces quedamos como amigos.

—Si...lo siento.

—No me puedo enojar contigo loca. Me tuviste preocupado por días. Nadie sabía dónde estabas. Después Viviana nos dijo a todos que estabas bien aunque no dijo nada más.

—Si...le dije que les dijera a todos que me encontraba bien.

—No vuelvas a hacer algo así estúpida. ¿Me entendiste? No se que haría sin ti.

—Sisi lo siento. Solo tenía que huir de aquí.

—Tu padre...¿Verdad?— Asentí suspirando. Mateo era la única persona a la que le había contado todo esto desde que empezó a suceder.

—Bueno, cualquier cosa aquí me tienes. Usa tu CELULAR. Se que no te gusta o no se que clase de persona eres. Pero tienes mi contacto ahí, así nos COMUNICAMOS, digo por si no te había dado cuenta.

Resaltaba las palabras "burlándose" de mi. Le di un zape en la cabeza. —Ya se menso déjame.

—Ok, te dejo que tengo que hacer unas cosas.

Me jalo hacia el y nos dimos un abrazo.

—Estamos en contacto Ari. Hay que salir pronto.

—Sip Mati, vavava.

Mateo se fue y yo regresé a donde los chicos. Boggi seguía viendo la dirección en la que Mateo se había ido.

Lo abracé por la cintura. —Hola guapo, ¿Qué hacemos ahora?

Boggi devolvió su mirada a mi y me dedicó una sonrisa. Me rodeo con sus brazos y me dio un beso.

—Hola hermosa, lo que tú quieras.

Estuvimos un rato jugando en la playa y después nos subimos a la habitación, para cambiarnos y salir a pasear por la ciudad.

Amor desde España | JustboggiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora