59. Bajo mis órdenes

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- ¿No lo leíste? –Pregunta David padre a Alexa, con cierta preocupación reflejada en el rostro.

- ¿Para qué? –El hombre mira el suelo y luego a su hija.

- Para saber nuestro destino...

- Estarán bien, papá, lo que quiere es mi cabeza y en cuanto firme podrá despedirme a su gusto –él niega.

- Y todo queda en sus manos, se lo dejaste demasiado fácil –Alexa lo mira molesta.

- ¿Yo? –Pregunta indignada– Ustedes aceptaron y cuando perdí el negocio con escocia... tuvieron razón, no había otra opción.

- Perdón Alex, no debí untar alcohol en la herida –dice el hombre, dándose cuenta que ella ya tiene suficiente.

- Despedí a Amanda –Alexa decide cambiar el tema.

- ¿Qué? –Pregunta confundido.

- Ella fue quien le informó a Daven sobre los términos de nuestras negociaciones con Craig –afirma.

- ¿Qué dices?, Amanda ha sido tu amiga desde que iniciaste aquí...

- Y Daven la enredó –responde Alexa, con total naturalidad, a su padre le parece demasiado extraño que la Amanda que él conoce hubiera sido capaz de arruinar a Alexa de esa manera.

- ¿Hablaste con ella? –Se interesa David, seguro de que Amanda debe tener alguna explicación, Alexa niega.

- Era innecesario, yo básicamente le di la información que quería, por estúpida –el hombre respira y la mira con ternura.

- Déjalo ya –Alexa no comprende.

- ¿Qué parte? –Cuestiona.

- Todo Alex, todo... esta mierda se complicó demasiado y no lo vale, no tienes por qué ser una persona tan solitaria... -dice el hombre, pensando en los últimos meses de su hija, tan lejos de todo y todos.

- Yo lo labré de esa manera, padre, y no voy a negarlo, porque merezco todo lo que me ha sucedido, merezco la maldita soledad, las traiciones, la decepción que provoqué, lo merezco –afirma convencida y su padre no sabe qué hacer o cómo remediar la infelicidad de Alexa.

El teléfono interrumpe su silencio, Alexa lo toma de inmediato, con un nudo en el estómago, sabiendo que es el anuncio de que Daven está en la sala de juntas.

- ¿Qué pasa, Fred?

- Los esperan en la sala de juntas –anuncia el asistente.

- Gracias –responde Alexa y por su expresión, su padre sabe de qué se trata.

Ambos entran a la sala y encuentran a los miembros de la junta charlando animadamente con Daven, quien sonríe como si hubiera ganado el mejor de los premios, todos giran a mirarlos y Daven, sentado en el lugar de Alexa, les indica que se sienten en las sillas libres.

Daven mira insistentemente a una demacrada Alexa, quien hizo poco por ocultar sus ojeras, ella, en cambio, intenta por todos los medios evitar mirarlo, pero de pronto se vuelve imposible y sus ojos decaídos se clavan en los de él, fijamente por varios segundos.

- No creí verlo –saluda Daven a David, desviando la mirada de Alexa, y Koch se limita a sonreírle, falsamente.

- Supongo que siguen de acuerdo en esto –comenta Alexa, viendo directamente a Charles.

- Claro, la reunión fue mera formalidad –responde Joaquín, con la saña de siempre.

- La pluma –pide Alexa y su padre le tiende la suya.

¿Quién es el jefe?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora