- Daven, por favor –suplica Alexa.
- No –es la respuesta de Daven y se recuesta junto a ella.
- Daven –insiste Alexa y él la toma salvaje por las mejillas para hacerla girar el rostro y besarla con furia.
- Desearía no querer hacerlo –susurra sobre sus labios –mientras su mano derecha destapa de golpe los pechos de Alexa–, desearía no anhelar hacerte estallar mientras gritas mi nombre –su mano continúa el recorrido hasta su entrepierna– desearía poder tener la fuerza para dejarte atada a esta cama y largarme –Alexa cierra las piernas con fuerza ante las palabras de Daven, pero los movimientos de su mano no cesan, se hacen más abruptos–. Te odio, te detesto Alexa –ella intenta detenerlo cruzando sus piernas, pero ante aquellas palabras pierde toda fuerza y le permite hacer, mientras las lágrimas que no logra absorber la corbata, recorren los costados de sus mejillas–, y a pesar de ello, te deseo, te deseo como nunca podré desear a nadie más –termina de decir Daven, un par de caricias después, Alexa estalla.
- Desátame –pide, cuando su cuerpo aún no se ha recuperado, la respuesta de Daven es un beso– desátame, Daven –insiste, cuando siente que se mueve a su lado–, quiero irme –agrega.
- ¿Qué pasa? –Pregunta seco– ¿Duele?
- Por favor, –suplica la mujer– déjame ir.
- ¿Tú me deseas, Alexa? –Pregunta y ella intenta zafarse por la fuerza de las esposas, logrando únicamente lastimarse y que la corbata caiga.
- ¿Por qué? –Pregunta, después y él la mira, esperando que complete la pregunta– ¿Por qué carajos me lastimas así? Yo... maldita sea, te confesé en esa estúpida carta que te amaba ¿es eso?
- Pero no me amas, lo único que sientes hacia mí es deseo ¿no es así? –Alexa no responde.
- Desátame –insiste, con un tono de voz diferente, con furia.
- ¿Vas a marcharte? –Cuestiona Daven, sin moverse, observando el cielorraso de su habitación.
- No –dice Alexa, segura, por lo que él se sorprende y gira el rostro para mirarla–, voy a follarte, voy a recordarte porque a pesar de odiarme, jamás vas a dejar de desearme –agrega, mirándolo directo a los ojos, ahogando las enormes ganas que tiene de echarse a llorar, al darse cuenta de que no podrá volver a tenerlo como antes, de que no podrá volver a sentirlo como esperaba.
Desde que perdió lo que más quería, lo único que deseaba era volver a sentir un poco y creyó que Daven, en una sola noche, le volvería hacer sentir todo, intensamente, no podía creer que ahora se lo quitaba con tan solo un par de palabras, llenas de rencor, dejándole saber que para él, solo era el recuerdo de algunas noches de buen sexo y únicamente podría verla como eso.
Daven la desata y ella soba un poco sus muñecas, después cubre su pecho y lleva sus manos al cierre del vestido para deslizarlo y comenzar a bajar el vestido desde sus hombros.
- Vete –suelta Daven, evitando que se quite el vestido.
- ¿No es lo que quieres? –Alexa sigue, desliza las tiras de sus hombros y deja caer el vestido a sus pies.
Daven se levanta y se encamina hacia ella– vete, –repite, tomándola por el cuello– vete antes de que te lastime de verdad –la mira a los ojos y Alexa nota que su juego ha terminado.
- Suéltame –pide y él la besa salvajemente como respuesta.
- Ven –tira de ella, mientras ella trata de resistirse, luego la arroja sobre la cama y detiene una de sus piernas entre las suyas, mientras se deshace de la camisa.
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¿Quién es el jefe?
RomanceAlexa Koch y Daven Jankovic, son un par de empresarios que cruzan sus caminos por azares del destino. Destino que ella maldice. porque él se ve obligado a colocarse a la cabeza del negocio al que ella le ha invertido su vida entera. ¿Será posible qu...