- ¿Qué carajos estas diciendo? –Pregunta Alexa extremadamente molesta.
- Que no me interesa la presidencia –Responde David con la misma tranquilidad con que le anunció su decisión de renunciar a cualquier propuesta de su padre.
- No puedes... no debes...
- Mira Alex, no soy bueno en ello... nunca lo he sido, sólo seguía las ordenes de papá y las tuyas como un títere, todo este tiempo dentro de rehabilitación...
- No seas idiota David, ¿cómo te atreves? –David no sabe qué hacer– Es la única oportunidad que tenemos.
- Tomaré un trabajo menor –Alexa niega– mientras encuentro lo que realmente deseo hacer.
- Te estás portando como un idiota, esto no es lo que papá te enseñó...
- Basta Alex, no me interesa lo que papá desee de mí, esto es lo que soy por ahora... ¿Me consideras idiota, débil, poca cosa? Está bien, porque me estoy encontrando y te aseguro que no tengo nada que ver con el David que tomaría la presidencia porque eso estaba destinado a hacer... no me interesa competir contigo, no me interesa ser tu títere, Alex –se acerca a ella y ella se aleja de él instintivamente.
- No puedes hacerme esto –insiste.
- ¿Cuál es tu insistencia por deshacerte de Jancovik? –Alexa lo mira casi fulminándolo y controla las inmensas ganas que le inundan por abofetearlo.
- Está en el lugar que nos pertenece...
- ¿En serio, Alex? –Pregunta incrédulo y ella lo mira molesta nuevamente– No puedo creerte cuando dices "nos pertenece", eso es plural, querida y tú nunca compartes lo tuyo.
- Deja de cuestionarme sobre mis intenciones, siempre has tenido claro cuáles son ¿no es así? –él espera a que ella continúe, después de un breve silencio ella sigue– Claro que quiero y merezco la presidencia, mi vida ha girado en torno a eso desde que tengo memoria y lo sabes, pero si no puedo tenerla, que al menos esté al frente alguien que me escuche...
- No, Alex... no puedo hacerme esto. Perdona, sé que tus planes me incluían dentro de la empresa y por alguna razón, que honestamente no creo que estés revelando en lo absoluto, a Daven fuera, pero no puedo hacer demasiado –Alexa se talla el rostro, furiosa.
- ¿Siempre tienes que arruinarlo todo? –Lanza como daga y David se contiene, contiene el dolor que le causan las palabras de la hermana que ha admirado toda su vida.
- Si alguna vez me perdonas el no querer joderme la vida haciendo algo para lo que ni siquiera soy bueno, recuerda que yo si te quiero, sin importar lo que hagas... y estaré para ti –Alexa se encamina a la salida y cierra la puerta haciéndola sonar fuertemente– Estamos en tu oficina... -Susurra antes de dejarse caer en el sofá, cansado de las discusiones que comenzaron a su regreso y parecen no tener fin alguno.
Alexa sale furiosa de la oficina y Fred la observa, seguro que no debe preguntar cualquier cosa– avisa a mi padre que estoy camino a su casa –ordena y el asistente se pone a ello de inmediato.
- No me interesa discutir contigo las decisiones de tu hermano –es el saludo de su padre, en cuanto ella pone un pie dentro de su despacho y cierra la puerta.
- ¿Entonces qué haces aquí? –Pregunta, sin intentar parecer tranquila y recordándole que sus planes eran pasar un mes fuera del país.
- Quería dejar todo en orden antes de marcharme –dice tranquilo el hombre.
- Claro, David en la presidencia, ese es el orden que necesitamos –alega, Alexa, sentándose frente a su padre.
- ¿Ahora necesitamos a David en la presidencia? –Pregunta el padre con ironía palpable y ella intenta mantener la compostura.
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¿Quién es el jefe?
RomanceAlexa Koch y Daven Jankovic, son un par de empresarios que cruzan sus caminos por azares del destino. Destino que ella maldice. porque él se ve obligado a colocarse a la cabeza del negocio al que ella le ha invertido su vida entera. ¿Será posible qu...