- Hola, papá –saluda Alexa, llegando más temprano de lo habitual a la cena y tambaleándose un poco– ¿Qué hay de nuevo? –Se sienta junto a él en una de las pequeñas bancas que tienen como vista principal el enorme jardín.
- Jankovic va a dejar la sociedad –dice el hombre, con tranquilidad, ofreciéndole un puro.
- No gracias –susurra Alexa.
- Tómalo, cielo, prefiero que huelas a cenicero y no a cantina –Alexa toma el puro.
- ¿Por qué? –Pregunta después de encenderlo.
- Daven se lo ha pedido –Alexa asiente.
- ¿A pesar de nuestra actual posición de poder y todas las ganancias que eso le ha generado? –David Koch asiente.
- Lo han mantenido en prisión durante todo este tiempo y Daven, mejor que nadie, sabe perfectamente lo que hiciste –dice David padre, tratando de no actuar como el juez de Alexa.
- Él no debió intentar salir del país –sentencia ella, intentando hacer parecer que no le duele.
- Su hijo nació de manera prematura, querida, ¿qué esperabas? –regaña su padre, ante su fría reacción, y ella sigue sin entender su fanatismo por Daven.
- Jankovic pierde –suelta ella, inhalando profundamente.
- Tendremos que vender...
- ¿Qué dices? –Cuestiona incrédula– Todo tiene solución, padre.
- Sin el capital de Daven y su padre, va a ser demasiado complicado, lo sabes mejor que nadie –ella niega.
- Yo lo arreglo, probablemente terminen por dejar el capital en la empresa –dice Alexa, mientras él la mira fijamente.
- ¿Qué fue lo que pasó? –Cuestiona de la nada, David.
- Él no debió intentar salir del país, papá, estaría libre de no haberlo hecho –insiste Alexa.
- No me refiero a eso... entre ustedes ¿qué sucedió? –insiste el hombre y continúa mirándola con esa manera de regaño que, aún a su edad, le incomoda.
- ¿A qué viene esa pregunta? –Él toma su tiempo para explicarle.
- Daven no te detesta de una manera habitual –Alexa lo mira a los ojos, por primera vez desde que se negó a tomar el puro.
- ¿Qué dices? –Se interesa Alexa.
- Cuando su padre me llamó, para dejarme saber su decisión, decidí visitar a Daven, –la atención de Alexa se centra por completo en lo que dice su padre– y discúlpame, cielo, pero ese hombre te detesta.
- Sus malas decisiones, no son culpa mía...
- Y tú fuiste la peor de todas ¿no es así? –Alexa vuelve la mirada al jardín y niega.
- No te entiendo...
- Mera curiosidad.
- ¿Mera curiosidad? –Pregunta con molestia en la voz– Por mera curiosidad deberías preguntarme cuándo es la gala para que me premien o cómo va David en el trabajo... no acusarme de ser la peor decisión que tu admirable Daven haya tomado...
- No lo tomes de esa manera –ella niega, sin comprender a su padre, finalmente es todo lo que él siempre deseo en un hijo y sigue sin complacerle del todo.
- Nunca seré suficiente ¿es eso? –su padre fuma, con total calma, antes de decir cualquier cosa.
- Lo único que deseaba en esta vida, para ti, es que nunca sufrieras –Alexa suelta una sonora carcajada y se levanta de la banca, su padre la observa fijamente y ella camina en dirección a las enormes jardineras.
ESTÁS LEYENDO
¿Quién es el jefe?
RomanceAlexa Koch y Daven Jankovic, son un par de empresarios que cruzan sus caminos por azares del destino. Destino que ella maldice. porque él se ve obligado a colocarse a la cabeza del negocio al que ella le ha invertido su vida entera. ¿Será posible qu...