41. Italia III

3.1K 271 8
                                    

- ¿Debes marcharte? –Pregunta Alexa, luego de lograr controlar el llanto.

- Debí marcharme hace un par de semanas, ahora es demasiado tarde para cualquier cosa –Jerome desea tanto hacerle entender que para él no hay nada más importante que ese pequeño, pero no cree que sea el momento apropiado y tampoco sabe cómo hacerlo.

- ¿Tus negocios? –Intenta de nuevo ella, evadiendo la pregunta que realmente desea formular.

- Estarán bien, han estado bien sin mi antes –comenta él, dándose cuenta que ambos están dándole demasiadas vueltas a la cuestión real.

- ¿Tu esposa? –Alexa decide terminar con la tensión que se ha formado en aquella conversación. Jerome mira en dirección a la ventana y tarda unos segundos en responder– lo entiendo –añade Alexa, creyendo entender que lo que le preocupa es eso.

- No, no lo entiendes... -Lo mira expectante– Aquello terminó...

- ¿Qué? –Jerome eleva los hombros como respuesta y vuelve a desviar la mirada.

- Estaré con el bebé, ¿por qué no descansas un poco? Estoy seguro de que el viaje fue muy pesado –dice, mientras gira en dirección a la puerta.

- ¿Eso es todo? –Pregunta ella y él aprieta la perilla con fuerza, nunca pensó que Alexa deseara saber más– ¿me dices que te abandonó y te marchas?

- No esperaba que fuera de tu interés –responde, sin volverse y ella rueda los ojos, lo menos que esperaba era esa respuesta.

- Simple curiosidad –intenta restar valor a lo realmente interesada que está en conocer sus razones.

- Tal vez tu curiosidad desparezca después de descansar un poco –alega él y sale de la habitación– te veré más tarde –agrega, antes de cerrar la puerta.

- Ni siquiera me corregiste en que te abandonó... ¿así que fue decisión de ella? –Alexa sigue dando vueltas a la situación mientras busca el pijama entre el desastre que es su maleta.

Más tarde, Jerome da vueltas en la cocina con el pequeño en brazos, mientras charla animadamente con Nolita, va de aquí a allá siguiendo la conversación con la mujer y logrando hacer sonreír al bebé mientras juega con él.

- Es muy complicado Nolita –alega Jerome– ¿cierto Joyce? Cierto –dice después, con la típica voz que provocan los bebés en los adultos.

- No, no, no –sentencia Nolita– la pasta es lo más simple de preparar...

- Pero siempre te quedará mejor a ti –agrega Jerome y ambos ríen, sin notar la presencia de Alexa, quien recargada en la puerta de la cocina observa atenta la escena.

- Ah señora –Nolita la nota finalmente y Alexa borra de inmediato una sonrisa sincera que se había formado en sus labios– No creí que vendría a cenar.

- No... yo... -titubea, después de ser descubierta– vine por agua –inventa, esperando que suene creíble.

- Debes cenar algo –interviene Jerome, sin dejar de juguetear con el pequeño.

- Nolita, ordena que suban algo a mi habitación –dice y gira sobre sus talones para encaminarse nuevamente a la habitación.

- ¿Puede creerlo? –Pregunta la mujer, sin perder cuidado de lo que se cocina en la estufa– Ni siquiera se ha interesado por el pequeño... no debí insistir en que viniera –dice, el dolor que le causa la situación es palpable.

- No la juzgues tan duramente –pide Jerome, poniendo una mano sobre su hombro y ella niega, le parece evidente el nulo cariño hacia esa indefensa criatura– Nolita, Nolita... para ella es demasiado duro.

- No lo parece –dice Nolita, a quien le molesta demasiado la actitud de Alexa.

- Lo es, está aterrada, no tiene idea de cómo acercarse al pequeño o qué es lo que se espera de ella –Alexa, oculta cerca de la puerta se limpia un par de lágrimas, mientras para Nolita es imposible cambiar lo que piensa de ella– No seas tan dura, querida Nolita –Jerome intenta interceder por Alexa– Siempre estuve seguro de que Alexa no sería madre, porque teme a aquello que no puede controlar, a todo lo que se salga de sus manos, pero sobre todo tiene un inmenso temor a amar sin condiciones, sin esperar algo a cambio, a amar por amar... y Joyce... el pequeño... representa todas esas cosas para ella –Nolita libera un gran suspiro.

- ¿Pero qué puede hacer? Él ya está aquí y lo ha dejado por completo fuera de su vida, lo ha mantenido lejos de ella... no es correcto... -insiste la mujer y Jerome mira las pequeñas manitas que se aferran a él.

- Tal vez le tome un tiempo asimilar que él debe ser parte de su vida –Alexa niega, se coloca las manos sobre su rostro y se deja caer lentamente hasta llegar al suelo.

- Ay señor Jerome, usted es tan bueno, siempre ha de intentar ver cualidades en las personas, pero eso no quita que pueda estar equivocado y que a la señora poco le importe lo que pase con el niño –Jerome mira nuevamente al pequeño y suspira, seguro de que no está equivocado y que Alexa no es lo que siempre aparenta.

- Bueno, basta de charlas... déjame comenzar a poner la mesa –dice, intentando olvidar el tema.

- Una última cosa –Nolita interrumpe su camino, dando tiempo a que Alexa se ponga de pie– ¿Usted la ama? Es muy difícil para mí, entender por qué alguien sería tan bueno como usted lo es con el pequeño, sin otra razón –Alexa detiene de golpe la huida que estaba a punto de iniciar y espera atenta la respuesta de Jeorme.

- Nolita, Nolita, conoces perfectamente la respuesta ¿no? –La mujer niega– Claro que la amo, cada vez que ha aparecido en mi vida no he dudado en tirarlo todo por la borda, mis negocios, mi promesa de matrimonio a una mujer que estuvo conmigo por mucho tiempo, mis intereses... qué se yo...

- No debería, la señora no parece la clase de mujer que aprecie esa clase de sacrificios –Jerome sonríe con nostalgia y asiente.

- Yo también he cometido un par de errores, Nolita, no creas que soy tancorrecto como parezco –Nolita ríe y Alexa niega, sabiendo que los errores deJerome no son demasiado comparado con lo que ella ha hecho– Bueno, bueno, hayalgo que no voy a sacrificar esta vez... la cena –Nolita vuelve a reír y Alexa seencamina a su habitación.

¿Quién es el jefe?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora