- Debemos celebrar –anuncia Alexa, camino al auto que los espera fuera del edificio de la empresa de su familia materna.
- ¿Celebrar que han dicho que no? –Ella sonríe y se detiene frente a él, para acomodar su corbata.
- Han dicho que jamás tendrían tratos con los Koch –sonríe mirándolo a los ojos, demasiado cerca para los nervios de Daven, quien señala que el auto los espera.
- Exacto –suelta luego de abrir la puerta para ella.
- Después de esto, harán cualquier trato contigo, Daven Jankovic –remarca intencionalmente su apellido y él finalmente comprende su jugada.
- Joder –suelta mirando en dirección a la ventana con una sonrisa– eres increíble –sentencia finalmente.
- En más de una manera –agrega Alexa haciendo más pronunciado el escote de su camisa, para después mirarlo y sonreír.
- ¿Dónde quieres celebrar? –Pregunta Daven, luego de unos segundos.
- Tu habitación o la mía, no hay mucha diferencia –dice ella, sin reparar en la interpretación que pudiera haber de sus palabras.
- ¿Por qué no mejor algún bar? –Pregunta Daven, un poco nervioso por la naturalidad de la propuesta de Alexa.
- No te estoy pidiendo que te metas a mi cama –aclara ella, riendo, deseando que fuera de esa manera–, tan solo creo que no sería apropiado para nadie que nos vieran juntos en algún bar.
- Tu habitación tiene una mejor vista de la playa –concluye Daven, sin mirarla, fijando la vista en la fachada de su hotel, mientras el chofer estaciona.
- Te veo ahí, yo pago el vino –responde tranquila y sin esperar que abran la puerta por ella, baja presurosa.
Alexa camina en dirección a las escaleras, sin esperar a Daven, mira la pantalla del móvil y se detiene a mitad del segundo piso para devolver una de tantas llamadas a Jerome.
- ¿Cómo va todo? –Es el saludo del francés.
- Justo como quiero –responde ella, sin intentar ocultar su frialdad.
- Sé que estás ocupada con todo esto y en verdad me alegra que las cosas estén saliendo como lo deseas... pero tenemos que hablar...
- Ahora no tengo tiempo – interrumpe de golpe, creyendo que está a punto de mencionar a su prometida.
- Es importante, Al.
- No tanto como para mencionarlo hace un par de meses ¿no? –Jerome pasa saliva y tarda un poco en responder– ¿desde cuándo estás con ella?
- Yo debía decírtelo, no fue la manera para enterarte...
- No fue necesario que lo mencionaras, al parecer... era demasiado complicado decir "si, voy a follar contigo, pero estoy comprometido" –Alexa se recarga un poco en la pared y sonríe falsamente a alguien que le sonríe al pasar.
- Intenté decirlo, Al...
- Excelente...
- Escúchame, por favor...
- No, Jerome, todo está bastante claro... y si lo que realmente te preocupa es que haga algún tipo de escena y ella se entere, déjalo, ya no soy la chiquilla de nuestros inicios... tal vez te creí un par de cosas nuevamente, pero no, ya no tengo tiempo ni ánimos para recriminar o demostrar nada –Jerome se queda en silencio, buscando las palabras adecuadas para explicárselo todo.
- Todo fue real –Alexa ríe, sonoramente, con la intención de que Jerome se entere.
- Debo enfocarme en esto ¿de acuerdo? Mi futuro está nuevamente en manos de Daven y esta vez no puede arruinarse –sentencia Alexa, quitándole cualquier importancia a lo que Jerome tenga para decir.
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¿Quién es el jefe?
RomansaAlexa Koch y Daven Jankovic, son un par de empresarios que cruzan sus caminos por azares del destino. Destino que ella maldice. porque él se ve obligado a colocarse a la cabeza del negocio al que ella le ha invertido su vida entera. ¿Será posible qu...