30. Perfume

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- Mira Daven, ¿no te hace ni tantita ilusión? –Pregunta Elizaneth mirando el pequeño feto en la pantalla, la medico los ha dejado solos por un momento.

- Es increíble, Eli –Daven no puede creer que le tomó 3 meses aceptar que sería padre, pero el escuchar el latido apenas perceptible de esa nueva vida, cambió por completo su perspectiva.

- Sabía que te enamorarías de inmediato –susurra ella, intentando enjugarse las lágrimas.

- Voy a ser papá –es la respuesta de él y ella sonríe ampliamente.

La boda fue un rotundo éxito, desde la perspectiva de Elizabeth, todo sucedió exactamente como lo planeo, la mala actitud de Daven fue algo que ignoró fácilmente, después de todo ya lo tenía. Más tarde, vino la luna de miel, donde él ni se atrevió a tocarla, de los 14 días estuvo sobrio 2 y a su regreso las cosas no fueron diferentes, ella anhelaba llevarlo a conocer a su pequeño y que ello cambiara por completo la situación.

- Debe llamarse Daven –comenta Elizabeth, ya en el auto, mientras él conduce de vuelta a casa.

- Seguramente será niña –es la respuesta de Daven.

- No seas pesimista –responde Elizabeth sin pensarlo.

- ¿Qué dices? –Daven mira por el retrovisor y los espejos laterales antes de incorporarse a una avenida, después centra su molestia en ella.

- Debe ser niño ¿quién llevará el nombre de la familia si no? –Él ríe como respuesta, ante la seriedad que parece invadir a la mujer.

- Algún hijo de Alison, seguro que alguno le da la vuelta y resulta todo un hombre de negocios –Elizabeth rueda los ojos.

- No bromees –Daven se centra en el camino, no puede creer lo que sale de la boca de esa mujer, tan bien que habían ido las cosas por 10 minutos.

Él ignora el parloteo banal de Elizabeth por el resto del camino, hizo oídos sordos después de escuchar algo sobre el heredero de toda la fortuna Jankovic – Morgan, finalmente estaciona frente a su casa y rápidamente baja del auto para abrirle la puerta, deshacerse de ella y regresar a la oficina.

- ¿No entras? –Se interesa de inmediato ella.

- Debo volver a la oficina...

- ¿Vendrás a cenar? –Insiste ella.

- Estaré en la oficina hasta tarde, no me esperes –es la respuesta del hombre mientras apresurado se dirige al auto.

- Seguro vas a estar con ella, esa es tu ocupación últimamente –susurra Elizabeth, entrando a la casa y cerrando la puerta tras de sí con furia.

Daven conduce a alta velocidad en dirección a la oficina, de pronto entra una llamada y la voz de una mujer inunda el auto– ¿Vas a venir? –Daven tarda unos segundos en recordar.

- No, tengo demasiado trabajo –es su respuesta.

- Detesto cuando me haces esto, sé qué lugar tengo en tu vida, pero...

- No es el momento Amanda, realmente no es un buen momento –responde tranquilo y ella saca aire.

- Siempre soy yo quien está en tus malos momentos, te espero en el lugar de siempre –cuelga sin dar tiempo de réplica.

- Sabías que no era buena idea –se recrimina Daven.

Intentando olvidar la llamada, el hombre llega finalmente al edificio, entra en el elevador y los segundos que tarda en llegar al piso de su oficina le parecen eternos.

- Pendientes –es el saludo a su asistente.

- Firmar los documentos que están en tu escritorio, son los contratos que pediste ayer; Domènec volvió, dijo haberte enviado varios documentos a tu correo personal, Amanda pidió reunirse contigo por la tarde...

¿Quién es el jefe?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora