- Maldición –se queja Jerome, antes de tomar el teléfono para responder–. Diga –suelta, aún adormilado y sin darse cuenta de que no está en su apartamento.
- ¿Jerome? –Pregunta su interlocutor y a él le parece una pregunta un tanto estúpida.
- Por supuesto –alega con cierto halo de ironía, que le permite la terrible resaca.
- Necesito hablar con Koch –Jerome no comprende, qué haría Alexa en su apartamento...
- Mierda –suelta, con su característico acento, al darse cuenta de que ha respondido el teléfono de Alexa– Al –la mueve un poco, sin volver a colocar el teléfono en su oído.
- ¿Qué? –Se queja Alexa.
- Jankovic –le tiende el teléfono y ella lo toma con tedio.
- ¿Qué? –Repite con el teléfono pegado al oído.
- 10:45 am –Dice lentamente Daven, mientras que a ella la lastima inhumanamente la luz que se cuela entre las persianas.
- ¿Quién es? –Pregunta molesta.
- Olvidalo, Koch...
- ¿10:45? ¿Qué? –Repite luego de que un muy molesto Daven terminara la llamada.
- ¡Mierda, Al! –Suelta Jerome al ver el reloj que dejó la noche anterior sobre la mesa de noche de Alexa– Es tarde –salta de la cama buscando su ropa por el suelo.
- Mi cabeza –se queja Alexa, antes de darse cuenta de que cuando Jerome dijo "tarde", era realmente "demasiado tarde"– ¿Cuánto tenemos para llegar a la reunión? –Pregunta ingenuamente.
- La reunión comenzó hace más de una hora –Alexa se levanta de golpe, causando que todo a su alrededor se mueva y la cabeza le punce aún más.
- No, no, no, no... maldita sea Jerome... no –dice mientras tambaleándose se dirige al baño a vomitar.
- Quizá sea mejor idea no pisar la empresa, por hoy –comenta el francés, con total calma y abriendo las llaves de la ducha.
- ¿Qué dices? –Alexa levanta la cabeza y lo observa entrar a la regadera– Te necesitan ahí, se están reuniendo con tus contactos.
- Lleva una hora con "mis contactos", ahora son suyos...
- Jerome, necesito llegar a esa reunión... No puedo permitirle tomar decisiones importantes sin mí –suelta Alexa, atándose el cabello en un moño alto y mojándose la cara.
- ¿Te viste en el espejo? –Ella lo mira mal– Ya no tenemos 20, Al, la resaca se nos nota a kilómetros... es preferible no llegar a la reunión a que nos vean en éste estado.
- Debo hacer una llamada...
- No te justifiques, no necesitas explicarle nada a nadie –le advierte Jerome y ella vuelve a mirarlo con enfado.
Sale de la habitación y se envuelve en la bata de seda que cuelga cerca de su cama, respira profundamente y mira la pantalla del teléfono por varios segundos antes de llamar.
- Responde, maldita sea –dice molesta, es la tercera llamada que realiza y que le han rechazado–, debemos hablar... fue un error, no soy irresponsable con mi trabajo... llámame –dice al contestador y se deja caer de espaldas en la cama.
Jerome sale del baño y se cubre con la ropa del día anterior, la observa unos segundos, tirada sobre la cama, como si nadada le importara, pero sabe que en el interior está un volcán que no tardará mucho en estallar.
- Al...
- Sólo vete Jerome –susurra y se lleva las manos al rostro.
- ¿Nos veremos pronto? –Ella se queda en silencio– Fuera de la empresa, me refiero.
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¿Quién es el jefe?
RomanceAlexa Koch y Daven Jankovic, son un par de empresarios que cruzan sus caminos por azares del destino. Destino que ella maldice. porque él se ve obligado a colocarse a la cabeza del negocio al que ella le ha invertido su vida entera. ¿Será posible qu...