Por fin ya era viernes. Acabábamos de salir del Instituto Becket y yo, y nos estábamos dirigiendo hacia mi casa. Mañana era el día del concierto y para poder arreglarnos juntas, ella se quedaría a dormir conmigo.
Íbamos a aprovechar hoy para estudiar juntas y luego hacer una sesión de películas, aunque acabáramos probablemente llorando con el final.
-Amiga, puedes dejar ya el libro -le ordené después de haber estado dos horas estudiando historia.
-¡Pero si aún no te lo sabes! -me gritó cabreada.
-Qué más dá, ya seguiré el domingo -respondí cansada.
-¿Segura? -me pregunta mi amiga dudosa.
-Segura, vamos a ver las películas ya, coño. -De verdad que estrés todo-. ¿Vamos o qué?
-Vamos, pero antes, te tengo que contar una cosa -me contestó muy misteriosamente.
-¿Qué te ocurre? -cuestioné- Amiga, me estás asustando.
Por dios, que no fuese para tanto. Estaba tan harta del instituto que algún día cogía y lo prendía todo.
-Te explico, cuando hemos estado hoy en la cafetería con Mike y Charlotte...
-Sí, como siempre -le corté porque estaba muy ansiosa y me estaba poniendo de los nervios.
-Por favor no me interrumpas, esto es serio -me dijo bastante nerviosa ella también.
-Vale, pero suéltalo ya y déjate de tanto secretismo -le contesté mientras vi lo pálida que estaba y me asusté aún más.
-Bueno, como iba diciendo, en la cafetería me ha llegado un mensaje anónimo -soltó con aires de misterio.
-¿Y qué decía? -le pregunté sin saber porque se ponía así por un mensaje.
-"Voy a por ti" -me respondió y yo la miré desconcertada.
-¿Y por eso tanto misterio? -interrogué pensando que no era para tanto.
Yo, la verdad, no entendía a esta chica a veces.
-Sí, amiga, sí -me respondió irritada y más nerviosa todavía.
-Pero eso podría tratarse de una simple broma amiga, o a lo mejor se han equivocado y no te lo querían enviar a ti -le expliqué con obviedad.
Definitivamente, no entendía a esta chica.
-¿Tú crees? -cuestionó mi amiga sin saber qué más decir sobre eso.
-Claro que sí, ¿quién quisiera ir a por ti? Ni que le hubieses hecho algo malo a alguien. Si a ti te quiere todo el mundo. Ni que tuvieras enemigos -le respondí con mucha sinceridad y sin dar crédito aún de porque se había puesto así.
-¿No sientes a veces que te espían? En plan, estás caminando y de repente sientes a alguien que te observa -me dijo con cierta curiosidad por oír mi respuesta.
-Amiga, aquí nadie te observa, ni va a por ti. Deja de ver películas de miedo que en la vida real esas cosas no pasan -contesté sabiendo que tenía razón y al igual pensando que si algo así me ocurría, probablemente me daría un ataque al corazón por los nervios.
-Como eres amiga, como eres -comenté riéndome de ella.
-Calla, que ahora tengo mucha intriga de quién puede ser y para quién será en realidad este mensaje -insistió muy intrigada.
-Anda y vamos a ver películas, pero de amor nada de miedo -le dije yendo muy en serio.
-¿Y qué hago con el mensaje entonces?
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Deja que cuide de ti
Teen Fiction¿Qué es lo que harías si alguien totalmente desconocido cogiera las riendas de tu vida? ¿O si alguien anónimo empezara a mandarte mensajes y cartas en plan psicópata? Yo, Katherine Johnson, aún no tengo ni idea de qué hacer. Y mi mejor amiga, Becke...