—Hemos llegado —me dice Christian bajándose del coche.Yo hago lo mismo, observé el lugar y lo alto que era el edificio. Entramos y nos dirigimos hacia el ascensor que está justo al lado de la entrada.
El sitio la verdad que está muy bien y se nota que hay estudiantes, ya que se escucha música cuando entramos en el ascensor. Por suerte, se escucha muy poco cuando llegamos a la planta donde vive Christian.
Él saca una llave de su bolsillo y abre la puerta de su apartamento. Al entrar no me esperaba para nada que fuera así, no es muy grande pero pensaba que iba a ser más pequeña. Pues sí qué está muy bien.
—¿Te gusta? —pregunta refiriéndose a su casa.
—Sí, me gusta —le respondo con sinceridad.
Cuando entras ya se puede apreciar la cocina y el salón. Me encanta este diseño sencillo y clásico. Los colores oscuros le quedan muy bien al apartamento. La verdad que se ve todo espléndido. Tiene lo básico y necesario. ¡Me encanta!
Aunque lo único que le faltaría para ser perfecto, sería una estantería llena de libros, con los que poder pasar horas y horas leyendo. Ese si que sería mi sueño.
—Puedes sentarte dónde quieras. ¿Quieres que te traiga algo? —me pregunta Christian muy educado.
—No, gracias —le respondo yo de la misma forma educada, y sentándome en el sofá.
—¿Estás segura? —me pregunta por si cambio de opinión.
—No hace falta, gracias Christian —respondo lo mismo sin querer nada.
Lo único que sí quisiera ahora mismo es saber porque me ha querido traer a su casa.
Christian se sienta muy cerca de mí. Me mira a los ojos como si pudiera leerme a través de ellos. Pues espero que no note lo nerviosa que estoy.
—Eres hermosa —me dice sin apartar la mirada de mí.
Está muy cerca para mi pobre mente que está pensando en mil cosas como besarle ahora mismo y en mi pobre corazón que está súper acelerado por los nervios.
—Christian, ¿te puedo preguntar una cosa? —le pregunto a ver si me dice ya porque estamos aquí.
—Claro, lo que quieras —me responde sin moverse ni siquiera un poco de mí.
A ver cómo se lo digo sin que parezca que no quiero estar aquí. Porque quiero estar con él, pero precisamente en su casa no.
—¿Por qué me has traído aquí? Te lo pregunto por curiosidad nada más —respondo nerviosa y un poco mal por si piensa que no quiero estar con él.
—No, si te entiendo. Solo quería verte y hablar —me contesta y no sé qué pensar.
A lo mejor le estoy dando más vueltas de las que son y solo quería hablar y verme como él dice. Aunque me parezca extraño.
—Ah, pues dime, ¿de qué quieres hablar? —le pregunté cómo siempre dudando de él, ya que no le conozco mucho en realidad.
—¿Y tú? —me pregunta por sorpresa—¿De qué quieres hablar tú? —me vuelve a preguntar lo mismo que yo y cómo no se que decirle, le pregunto lo primero que se me viene a la mente.
—¿Cuál es tu color favorito? —le pregunté sabiendo que no se iba a esperar aquella pregunta.
—¿Mi color favorito? —pregunta extrañado.
—Sí, tú color favorito —afirmo a su pregunta queriendo que me diga cuál es.
—Verde, ¿y el tuyo? —me pregunta curioso.
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Deja que cuide de ti
Teen Fiction¿Qué es lo que harías si alguien totalmente desconocido cogiera las riendas de tu vida? ¿O si alguien anónimo empezara a mandarte mensajes y cartas en plan psicópata? Yo, Katherine Johnson, aún no tengo ni idea de qué hacer. Y mi mejor amiga, Becke...