Capítulo 34: ARRIESGARSE NUNCA FUE UNA OPCIÓN

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Parecía un día normal de Instituto, la gente hablando por los pasillos, yendo de clase en clase o algunos sentados comiendo en la cafetería. Pero no era para nada así. La gente estaba súper preocupada y nerviosa por lo que le había pasado a aquella chica. Había visto muchos policías investigando y habían
"cerrado" la parte de las taquillas. Ya nadie podía guardar sus libros allí. Los teníamos que dejar siempre guardados en nuestras mochilas. Además, algunos tenían miedo por si volviese a ocurrir. Pero sería difícil con tanta policía por medio. Menos mal, que se iban temprano y por la tarde ya no estaban. Así que, era la hora perfecta para quedarme en el Instituto y meterme en la parte de las taquillas. Como la vez que nos escondimos debajo de las gradas, Becket, Charlotte y yo. Esa vez queríamos entrar en el despacho de la directora sin que nadie nos viera y sin que nadie fuese a pillarnos. Y al final, lo conseguimos. Así que, si lo había conseguido una vez, lo podía conseguir otra vez más. Me sentía súper nerviosa de que algún policía se quedase aquí. Tenía esperanzas de que no pasase algo así y que pudiese entrar en la parte de las taquillas sin ningún problema. No sabría como explicarle a un policía que es lo que hacía allí, justo en la taquilla donde estuvo apoyada la chica. Me entraron escalofríos por todo el cuerpo solo de recordar a aquella chica enfrente de mi taquilla, muerta.

Hoy podría confirmar si había sido el de los mensajes o no. Me sentiría culpable si hubiese sido él. Aunque no lo fuera, últimamente me sentía culpable de todo.

Becket me miraba con curiosidad. Como si supiera lo que estaba pensando. Le había contado mi plan de hoy y no paraba de decirme que si me surgía algún problema le llamara.

Me había ayudado con algunas informaciones valiosas que me servían como ayuda a mi plan.

—Este iba a ser mi segundo plan alumno —pensé recordando el momento en que le puse aquel nombre.

Todavía no me creía que del primer plan sólo hubiesen pasado, ¿cuánto?, ¿cuatro días? Se me había pasado como en un mes. Estaba agotada por tantas cosas, pero tenía que seguir con esto si quería que llegase a su fin.

Mi vida últimamente era peor que una montaña rusa.

Nos sentamos en una mesa distinta para hablar del plan, a solas. No queríamos que Charlotte se enterara de todo esto, ni que se sintiera más mal que antes. Ella ya tenía bastante con haber perdido a su amiga.

—Kathy, ¿estás segura del plan y de querer hacerlo? —me preguntó Becket preocupada.

—Segura —le respondí seria, mirándola fijamente.

Ya no me iba a echar para atrás. Y menos después de todo lo que me había estado pasando a lo largo de los días.

Quedaba muy poco para que todo el mundo se fuera del Instituto. Esta vez me iba a resultar más fácil. No había absolutamente nadie, ni siquiera el conserje. Después del lunes, se cogió unas vacaciones. O eso me contó Becket como información valiosa.

Creo que mi plan era perfecto y que no tendría ningún inconveniente. Aún así, estaba nerviosa, muy nerviosa. Y todo, por seguramente nada. Porque ni siquiera estábamos seguras de que el de los mensajes nos hubiese dejado algo.

Lo había estado pensando mucho y sabía que esto no se podía dejar como si nada. Tenía que hacer lo que fuera necesario, para que todo esto acabase. No podía morir nadie más.

Y si tenía que arriesgar mi vida, la arriesgaría. Pero no iba a seguir con esto nunca más.

Es que pasaron tantas cosas en poco más de un mes. En verdad, no había pasado tanto tiempo, pero ya no recordaba mi vida cuando era normal. Muchas cosas para solo casi un mes.

Deja que cuide de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora