—Sí, sé quién es —contesté poniéndome nervioso.—¿Y de qué lo conoces? —me preguntó mirándome ahora con curiosidad.
—Lo vi una vez saliendo del Instituto —respondí honestamente.
—¿Cuándo? —preguntó acercándose a mí.
—Hace una semana —contesté recordando que ese día también era jueves.
—¿Está seguro? —me preguntó dudoso.
—Sí —respondí a secas mostrando mucha seguridad.
—Ahora vuelvo —me dijo marchándose rápidamente de la sala.
Estaba inspeccionando la habitación para entretenerme y me fijé en el espejo grande y transparente.
Me sorprendió cuando ví que ya no estaba la habitación vacía.
Kathy estaba sentada en una silla como la mía, con las manos en los bolsillos de su pantalón y mirando a la nada pensativa.
Tuve que levantarme para poder observar mejor.
No sé si ella me podía ver a mí, pero parecía que no.
Estuve a punto de llamarla, pero entró de nuevo el agente.
—Señor Blake —me llamó desde la puerta—, ya puede marcharse.
—¿Ya puedo ver a mi amiga? —pregunté queriendo estar allí con ella.
—Ella aún no ha terminado, tendrá que esperar fuera —me contestó impaciente porque saliera ya por la puerta.
—¡Qué tenga un buen día, señor Blake! —me dijo antes de que yo saliera.
—¡Igualmente! —le dije educadamente.
Salí de aquel edificio tan grande y me quedé cerca de la puerta de entrada a esperar a Kathy.
Tenía que saber que estaba bien y también que le habían preguntado.
Saqué el móvil del bolsillo de mi chaqueta y empecé a mirar mis notificaciones de amigos y de ejercicios que tenía que entregar para la Universidad.
Estaba tan concentrado en las notificaciones, que alguien dejó una carta encima de mi móvil y tardé unos segundos en reaccionar.
Miré a la izquierda y lo que vi fue a una persona con una sudadera gris oscura, yendo rápido y con una capucha cubriéndose la cabeza.
—¡¿Pero qué coño?! —pensé totalmente anonadado.
Eché a correr tras él, loco por alcanzar a aquella persona y averiguar quién era.
—¿Y si era el chico de pelo castaño? —pensé en mi mente corriendo más rápido queriendo dar con él.
Estuve unos minutos corriendo, empujando a gente y pidiendo disculpas, girando por calles que ni conocía y pasando por carreteras peligrosamente, teniendo suerte que estaban todos los semáforos en verde.
Y cuando pensaba que lo alcanzaría, porque lo tenía muy cerca, esa persona desaparece metiéndose en un coche rojo y sin darme tiempo a observar la matrícula.
—¡Mierda! —grité mientras guardaba la carta en mi otro bolsillo.
Pero había algo que me lo impedía.
—Esto era una maldita broma —dije en voz alta sabiendo que no había ni un alma en esta calle.
No me podía creer lo que había dentro de mi bolsillo.
![](https://img.wattpad.com/cover/253268612-288-k372138.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Deja que cuide de ti
Novela Juvenil¿Qué es lo que harías si alguien totalmente desconocido cogiera las riendas de tu vida? ¿O si alguien anónimo empezara a mandarte mensajes y cartas en plan psicópata? Yo, Katherine Johnson, aún no tengo ni idea de qué hacer. Y mi mejor amiga, Becke...