Capítulo 41: EL INTERROGATORIO (PARTE 2)

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—Usted lo sabe mejor que yo —contestó a mi pregunta frustrado por qué no le pudiese ayudar en nada.

—Qué quiere que le confiese si no sé nada —le expliqué a ver si por fin dejaba de preguntarme lo mismo.

Me miró de nuevo con frustración.

Llamaron a la puerta y pude ver cómo se asomaba un hombre de mediana edad. Thomas le dio una señal de espera y se giró hacia mí.

—Espérate un segundo, ahora vuelvo —me informó y lo noté mucho más calmado.

Escuché como cerró la puerta con llave como si tuviera intención de escaparme.

Al menos, pude estar un tiempo a solas y procesar todo el interrogatorio que habíamos tenido hasta ahora.

El agente Thomas me había llegado hasta asustar en algunas ocasiones. ¿Tan grave era el caso para que se pusiera así? Bueno, yo es que no tenía ni idea de cuál era el caso, a no ser que fuera el de Brittany.

Qué rabia no haber hecho nada malo y que no te crean. Y Mike, ¿Mike qué había hecho? Seguramente que nada.

Yo seguía pensando en que esto era un error o una equivocación y que no tenía nada que ver con nosotros.

Pasaron unos pocos minutos más y por fin volvió el agente.

Se quedó de pie mirándome de forma interrogante.

—¿Me va a decir ya por qué estoy aquí? —pregunté harta de tener que esperar tanto.

Pasó un tiempo en silencio pensando si me lo decía o no.

—Por cómplice de asesinato —me soltó dejándome boquiabierta.

Yo pensaba que me tenían como sospechosa de un crimen y ahora resulta que me tienen como algo mucho peor.

—¿Y quién es el asesino? —cuestioné esperando que me dijera quién era el de los mensajes.

—Mike Tyson —respondió y parecía muy convencido.

Sin querer se me escapó una risa burlona al pensar que Mike hubiese matado a alguien.

—Imposible —dije mucho más convencida que él.

—¿Es que acaso sabes quién es el culpable? ¿O lo estás defendiendo otra vez? —preguntó acercándose a mí.

Se sentó otra vez enfrente mía y me miró con curiosidad.

—No sé quién es, pero si sé que Mike es incapaz de hacer algo así —contesté confiando en mi amigo.

—Que sea tu amigo no significa que lo conozcas bien. A veces las personas no son lo que parece —me comentó como si eso me fuera a hacer cambiar de opinión.

El agente Thomas me estaba tomando el pelo, ¿verdad?

—Incluso, tenemos pruebas —informó haciendo que le mirara curiosa.

—¿Puedo verlas? —interrogué con muchas ganas.

—No, pero si puedes hablar con el testigo que le vió salir del instituto justo ese día —comentó de nuevo y le miré sin entender.

—¿Qué testigo? —ahora tenía mucha más curiosidad que antes.

—Ya lo sabrás, nos ha dicho que te conoce —me respondió y no tenía ni idea de quién podía ser.

—¿Y por qué no puedo ver las pruebas? —pregunté enfurruñada y con los brazos cruzados.

—Porque aún puedes ser cómplice y porque aunque no lo fueras aún eres sospechosa —contestó y volvió a mirarme interrogante.

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