Al llegar al lugar, me encuentro en un sitio precioso. Se nota que es un sitio lleno de naturaleza y lleno de vida. Con mucha paz y tranquilidad. No me esperaba venir a este lugar para nada.Sí que había pasado por aquí alguna vez, pero para ir a otros lugares, no para quedarme en aquel sitio. Me adentre hacia el final por un pasillo hecho de plantas con muchas flores. Había flores de muchos colores: blancas, rosas, amarillas, moradas etc...
Me quedé impresionada con este lugar, nunca me imaginé estar en un sitio como este. Ni en mis mejores sueños.
El pasillo era un poco largo y no se veía muy bien lo que había al final. Pero estaba segura de que sería igual de impresionante y hermoso como este pasillo.
Parecía que estaba en un cuento de hadas, lo único que me faltaba era un vestido. Y una hada madrina que me lo proporcionará.
Saqué mi teléfono del bolso a ver si aún era temprano. Estaba a punto de llegar al final pero antes quería saber la hora a ver si llego yo antes, hay alguna sorpresa y la estropeo como siempre.
Espere solo cinco minutos más, ya que si esperaba más tiempo no iba a llegar puntual. Y entré a la sala del final del laberinto.
Como me imaginaba era hermosa también, con sus plantas y sus flores por todo el alrededor. En el medio había colocada una fuente y en cada una de las cuatro paredes, había cuatro bancos. En uno de ellos ví sentado a Christian.
Me encantó ver lo guapo que iba y lo bien que le quedaba esa camiseta negra y esos pantalones vaqueros grises. Estaba genial y yo estaba súper nerviosa por eso.
En mi posición, le podía estar mirando fijamente sin que él se percatara aún de que ya estaba allí. Así que aproveché para ver lo guapo que era y recordar el beso de la última vez.
No sabía qué era lo que quería este chico. Y esperaba que hoy habláramos más para conocernos y averiguar qué es lo que quiere de mí.
Me ponía muy nerviosa nada más verle y si ni siquiera sabía muy bien qué era lo que sentía yo por él, necesitaba al menos saber qué era lo que él sentía por mí. Ya que si el no sintiera algo, estaba perdiendo el tiempo con él. Y besarlo no me haría sentir nada bien conmigo misma.
Sé que es un lío pero necesito aclarar todo esto. Así que después de un minuto para aclarar mis ideas, por fin fui hacia donde estaba y me senté a su lado.
—Hola —le dije intentando que no se me notaran los nervios.
—Hola —me dijo muy alegre al ver que ya estaba allí—. ¿Te ha gustado el recorrido? —me pregunta con una chispa de emoción en los ojos.
—Sí, es precioso este lugar —le respondo con sinceridad.
—¿Habías estado aquí alguna vez? —me pregunta con curiosidad.
—No, no había estado aquí nunca. ¿Y tú? —le pregunté de vuelta también con curiosidad.
—Solo una vez con unos amigos. Queríamos recorrer sitios donde ninguno o solo uno había estado —me responde mirándome fijamente.
—Interesante, ¿y qué tenias pensado hacer aquí? Es un lugar hermoso y tranquilo —le pregunto sin saber qué es lo que tiene planeado.
—Es un lugar perfecto para una persona hermosa y tranquila —me dice mirándome intensamente.
Al no esperarme que me dijera algo así me sonrojo. Intento apartarme y mirar hacia otro lado para que él no se de cuenta. Pero si que se da cuenta y me coge suavemente de la barbilla para girarme la cara otra vez mirando hacia él.
ESTÁS LEYENDO
Deja que cuide de ti
Teen Fiction¿Qué es lo que harías si alguien totalmente desconocido cogiera las riendas de tu vida? ¿O si alguien anónimo empezara a mandarte mensajes y cartas en plan psicópata? Yo, Katherine Johnson, aún no tengo ni idea de qué hacer. Y mi mejor amiga, Becke...