Ya echaba de menos a Christian. Y eso que lo había visto ayer, pero me sentía muy mal por él.Ayer pasaron muchas cosas y me había enterado de otras tantas, que necesitaba pensar todo eso con Becket.
Necesitaba reflexionar de todo y soltar todos mis sentimientos con mi mejor amiga. Ella aún no estaba enterada de mucho. Solo de cosas sueltas, así que estaba muy intrigada y nerviosa.
Lo sabía porque no paraba de tocarse las puntas de su pelo y darle vueltas con sus dedos.
Estaba aquí en su casa, para contárselo todo. Y no solo eso, también había venido para hacer más cosas.
Hoy teníamos que analizar todas las cartas, notas, fotos y cualquier pista que nos había dado el anónimo.
Además, tenía que enseñarle la foto que ayer me dio Christian junto a la carta. Y analizar eso también.
Había muchas cosas por hacer y me estaba poniendo muy nerviosa.
Intentaría ir paso a paso.
—¿No sabes casi nada desde que yo fui al Instituto para dejar la foto, no? —le pregunté para saber por dónde comenzar.
—Exactamente —me respondió sin parar de tocarse el pelo.
—Pues prepárate, porque son muchas cosas y te va a costar analizar tanta información —declaré para que se preparara mentalmente.
—Empieza —me dijo una vez que estaba lista.
—Primero que todo, te voy a contar lo que pasó el jueves y después el viernes —le informé e intenté no saltarme nada de lo que pasó en esos dos días.
—Continúa —me dio permiso mi amiga con ganas de saberlo ya todo.
—Esto va a ser muy largo —pensé ordenando todo en mi cabeza.
—Mi plan fue todo un éxito, pude dejar la foto sin ningún problema. El problema llegó justo cuando me estaba yendo. Los del FBI me encontraron allí, más bien me estaban buscando antes para hacerme unas cuantas preguntas. Ellos me llevaron hasta su comisaría para poder realizar el interrogatorio allí —le empecé a contar pero ella me cortó a mitad de la frase.
—¿¡Cómo!? —exclamó con los ojos muy abiertos.
—No me interrumpas, sé que vas a tener muchas preguntas, pero déjalas para el final —le advertí sabiendo que todo esto era difícil de procesar, pero aún faltaba mucho por contar.
—Vale, continúa —mandó dándome permiso de nuevo.
—En el interrogatorio me preguntaron muchas cosas, pero sobre todo de Mike. Ellos piensan que él fue el asesino de Brittany —le comenté con un tono más serio.
—No puede ser —soltó incrédula y me hizo un gesto para que continuara.
—Y no solo eso, adivina quién creen los del FBI que sea la cómplice. ¡Yo! O sea, ¡se piensan que yo ayudé a Mike a matar a Brittany! ¿¡Sabes qué pasará cuando se entere el anónimo!? —exclamé poniéndome en tensión.
—¡El de los mensajes nos va a matar! —concluyó mi amiga muy preocupada.
Yo la miré incluso con miedo. Estábamos metidas en un lío tremendo.
—Efectivamente —contesté y seguí hablando—. Por último, me preguntaron por Brittany y me dejaron irme. Luego, me llevaron ellos a casa. Y una vez llegué, me llamó Christian para quedar conmigo al día siguiente, aunque eso tú ya lo sabías —le expliqué dejando un tiempo para que pudiera procesar toda la nueva información.
ESTÁS LEYENDO
Deja que cuide de ti
Novela Juvenil¿Qué es lo que harías si alguien totalmente desconocido cogiera las riendas de tu vida? ¿O si alguien anónimo empezara a mandarte mensajes y cartas en plan psicópata? Yo, Katherine Johnson, aún no tengo ni idea de qué hacer. Y mi mejor amiga, Becke...