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Alerta: El capítulo narrado a continuación contiene contenido sensible, violencia y abuso por lo que se recomienda discreción.

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Mis pasos eran seguros aunque realmente no lo eran tanto. 

Mi aspecto era el de una reina sin embargo llevaba el corazón sangrante. 

Podía desprender encanto pero mi mirada estaba apagada completamente y ni siquiera el más caro maquillaje iba a ocultarlo. Nada podía hacerme sentir mejor, trataba de ocultar como mis manos tiritaban al verme con el radiante vestido blanco puesto.

¿Cómo había llegado hasta aquí?

Observé desde mi habitación cómo el jardín comenzó a llenarse de los invitados que vestían para la ocasión, una supuesta fiesta que destellaba felicidad; cuando para mí era todo lo contrario. En ese momento comencé a hiperventilar pues no tenía nada más que hacer o cómo impedir esta situación sin tener que dejar de existir. 

Veía cómo mi padre saludaba a sus amigos y cómo mi madre iba de un lado para otro exhibiéndoles a todos, la cantidad de cosas que había comprado y mandado a hacer para la boda de su adorada hija.

Puedes hacerlo, maldita sea—me dije en voz alta apuntando a mi reflejo— Puedes hacerlo, no llorarás y mirarás con desprecio a todo el que se te cruce por delante, tal como lo hacías hace años, tal como cuando eras una perra que no sentía absolutamente nada.

A veces extrañaba a la Perséfone de antes, a esa que no sentía nada y que no padecía remordimiento alguno. 

A aquella que no le importaba si las personas sufrían. 

Al parecer ese era el costo de sentirse querida y de experimentar el amor, te iba volviendo sensible y débil ante el mundo que era frío y tóxico. Pues la chica parada frente al espejo no era ni la sombra de lo que se había convertido. Antes de haberme relacionado con George Weasley jamás hubiera pasado por mi cabeza sentir arrepentimiento por algo. Antes de conocer a Viktor jamás hubiera imaginado lo que era sentir una emoción tal de incondicionalidad y de afecto real. 

Ahora estaba rota, hundida y agónica como un animalillo que sabe que nadie salvará pero que lo desea fervientemente. 

Estás sola— me repetí— Debes volver a actuar como si estuvieras sola. 

La puerta sonó, era mi hermano. Le había evitado la mayoría del tiempo desde que supe lo de su situación. Sabía que él algo sospechaba, sin embargo no me podía permitir flaquear ahora, menos si estaba tan cerca de lograrlo. 

—Creo que ya es la hora, hermana—comentó alargando su mano para que yo no fuera a tropezar con el vestido y los tacones. Siendo sincera tropezar con los tacones en las escaleras sería muy útil pero demasiado fácil para Gaspar, quedarían impunes todas las cosas que ha hecho contra un sinfín de personas, contra Helena, contra mí y próximamente contra Florence y mi hermano y no, eso no sucedería.

—Vamos—mi respuesta no sonó para nada convincente, mi tono era salió sin fuerza, sin energía, con poca convicción. 

—¿Estás segura de que quieres hacer esto?

No, no,no mil veces no; Gaspar era la última persona en el planeta con la que me casaría.

—Sí, lo estoy— respondí— Quiero que este día se termine pronto.

𝐓𝐇𝐄 𝐈𝐂𝐄 𝐐𝐔𝐄𝐄𝐍¹ «𝐍𝐎 𝐒𝐀𝐁𝐄𝐒 𝐌𝐄𝐍𝐓𝐈𝐑» [G.Weasley/V.Krum] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora