Toda la vida he tenido lo que he querido.
Toda la vida he cumplido mis caprichos.
Durante todos mis años se han hecho realidad mis deseos.
Todas las órdenes que he dado se han realizado cómo yo he querido.
Nadie ha interferido en mi camino, absolutamente nadie.
Yo misma me he encargado de ello.
Tuve el privilegio de nacer en una de las familias de magos más respetadas y antiguas de Inglaterra.
Yo soy una Rosier.
Somos parte de los sagrados veintiocho, somos prácticamente los dueños del mundo mágico. Cuando el linaje Rosier se unió con el Black se multiplicó nuestro poder, además de nuestra influencia y posición en el mundo mágico.
Desde que entré en Hogwarts destaqué, mi padre Ethan Rosier, no estaba muy convencido de que mi hermano Félix y yo fuéramos a nuestra actual escuela. Temía de que nos obligarán a relacionarnos con traidores a la sangre y con sangres sucia.
Y eso fue así.
No era de extrañar que el sombrero me sorteara en Slytherin, toda mi familia ha asistido allí, yo no sería la excepción, tengo todas las características que Salazar buscaba dentro de sus estudiantes - astucia, determinación, ambición y autopreservación - además de un toque de malicia.
No necesitaba de mi apellido aquí en la escuela, siempre fui sobresaliente. No necesitaba tener el amparo de mi familia ni de mi hermano, es más, me molestaba cuando intentaba protegerme, ya que jamás lo necesité. Si bien aquí Félix era popular por ser guapo y codiciado entre las chicas por su cuerpo atlético y su título de capitán de Quidditch, yo me había decidido imponer de un modo mucho más notorio. El temor.
Nadie que siquiera pensara que podía hacerme daño, molestarme o intentar fastidiarme salía ileso, si llegaban a hacerme algo, me vengaba tarde o temprano, no me importaba sufrir las consecuencias de los regaños o los castigos ridículos que atemorizaban a todos aquí, me encargué de darme mi lugar y codearme sólo con los que estaban a mi altura, así me lo habían enseñado desde pequeña.
Una Rosier no puede esperar menos de lo que a una Rosier le pertenece. Ni siquiera si lo merece.
Más temprano que tarde comencé a tener problemas, sobretodo con dos seres en particular.
Los gemelos Weasley.
Nunca permitiría que ellos pasaran sobre mí, yo estaba muy por encima de ellos, de ellos y de toda su familia junta. Particularmente George tenía una obsesión con fastidiarme; los primeros años intentó gastarme un sinfín de tipos de bromas -más yo era hábil -no le resultaban. Pasó el tiempo y su estrategia cambió a tratar de inculparme de cosas que yo no había hecho, tampoco funcionó. Ahora cuando ya estabamos cursando sexto aprendió a mantenerse al margen y a usar el sarcasmo y las ironías.
En un principio no entendía porqué buscaba desgastar tanto tiempo en mí, hasta que ellos dejaron de ser una preocupación, ni siquiera merecían que pensara en ellos con fastidio, son unas comadrejas insignificantes al igual que toda la plaga de pelirrojos que tienen por hermanos.
Mi vida ha sido como la de una princesa y eso ha sacado ronchas en muchas de las personas que me han conocido, sólo he usado los privilegios que he tenido, no tengo que preguntar por algo que quiero, llego y lo tomo apenas lo deseo.
Y así seguirá siendo, así soy yo.
Así es la reina de hielo.
- ¿Qué demonios piensas tanto? - Daphne, una de las hermanas Greengrass me sacó de mis cavilaciones por un momento.
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𝐓𝐇𝐄 𝐈𝐂𝐄 𝐐𝐔𝐄𝐄𝐍¹ «𝐍𝐎 𝐒𝐀𝐁𝐄𝐒 𝐌𝐄𝐍𝐓𝐈𝐑» [G.Weasley/V.Krum]
أدب الهواة«Según la leyenda en la vida tenemos tres amores que definen nuestra existencia. El primero es infantil e inmaduro, no dura mucho pues estamos sumidos bajo nuestros deseos egoístas. El segundo es el amor imposible y hacemos hasta lo inhumano para q...