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George traía puestos unos jeans desgastados negros y una chaqueta de mezclilla, tenía el cabello algo despeinado que le otorgaba un aire despreocupado y divertido.

Tal como era él.

Se me quedó viendo unos momentos y luego de eso me ofreció su mano para empezar a caminar. No tenía idea a dónde quería ir, pues jamás hablamos de a dónde iríamos.

— ¿No quieres caminar a caso? Puedo cargarte — señaló soltando sus típicas bromas.

Negué con la cabeza y cogí la mano que me ofrecía; su tacto era suave, sus dedos eran delgados pero podía percibir la fuerza de su agarre, la temperatura de su piel era agradable.

— ¿A dónde iremos? — le interrogué de manera directa, no quería ir a cualquier lado tampoco.

— ¿Pues la idea de reunirnos fue tuya o mía? — contraatacó de inmediato.

— Tuya ¿Pero eso qué tiene que ver? — volví a formular otra interrogante.

— Pues si ha sido mi idea, haces lo que yo diga y sin protestar ¿Acaso yo te he preguntado porqué estás usando esas prendas tan poco comunes en tí?  Aunque debo admitir que ese vestido rosa pastel te queda sexy. — sonrió, sin la menor vergüenza ante su comentario.

Era evidente que ese vestido era muy lindo, pero para nada de mi estilo. No sabía de que Weasley era tan observador como para notarlo.

¿Cómo mencionaría de que mis vacaciones eran un real fastidio sin que quisiera saber más?

— No sabes los esfuerzos y maniobras que tuve que hacer para poder huír de casa. — farfullé algo avergonzada, ya era grande como para que me controlaran de esa manera.

Él se detuvo a mitad del paso y se volvió a mirarme de manera atenta y preocupada.

—¿Esa ropa no es tuya? ¿Qué sucede, acaso tuviste problemas en tu casa en las vacaciones?

Si supiera lo que en verdad habían sido mis vacaciones.

— Digamos que estuve castigada por mi reprochable conducta y comportamiento durante el año, por lo que es mejor que no sepas nada más, no quiero que el paseo se arruine ¿Puede ser?

Él asintió y apretó mi mano de manera más cariñosa. Comencé a mirar a mi alrededor debido a que jamás había caminado con tal libertad por las calles muggles –no estaba muy a gusto, claramente –pero entendía que no podíamos pasear como si nada por el Londres mágico sin que los rumores de nuestro salido se expandieran hasta llegar a oídos de nuestros padres.

— Dime algo George ¿Alguien sabe que estás aquí conmigo ? — le pregunté de manera juguetona mientras doblabamos a la esquina para tomar el que supuse era el tren subterráneo.

Tardó unos segundos en contestar, como si se estuviera debatiendo entre decir la verdad o mentir.

— Nadie lo sabe, sólo mencioné que volvería por la tarde, ya no soy un crío si es que no te haz dado cuenta.

Reí ante ese comentario de su parte.

— La verdad es que a veces no percibo eso — reí y me gané un apretón en mi mejilla de su parte. — ¡Te das cuenta lo infantil que eres! ¡Preguntaba porque quería saber! Te veo algo tenso, en mi caso, sabe Daphne y mi elfina, pues vendrá a recogerme.

Al parecer el que yo hubiera comentado a alguien de nuestra cita le sorprendió, pues no pudo evitar sonreír con ello. En cambio a mí no me impotaba en los más mínimo, mientras menos lo supieran era mejor.

— No tengo a muchas personas a quienes contarle, pero debo admitir que le hayas contado de tu fuga a tu amiga Slytherin ¿Qué dijo?¿Te entregará a tu padre, o se escandalizó por tu debilidad hacia mí?

𝐓𝐇𝐄 𝐈𝐂𝐄 𝐐𝐔𝐄𝐄𝐍¹ «𝐍𝐎 𝐒𝐀𝐁𝐄𝐒 𝐌𝐄𝐍𝐓𝐈𝐑» [G.Weasley/V.Krum] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora