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El día del baile de navidad llegó finalmente.

Desperté temprano ya que mis compañeras de habitación comenzaron a meter ruido desde prácticamente las siete de la mañana.
Honestamente no sabía para qué tanta antelación si estabamos citados a las nueve de la noche, pero por más que intenté cerrar los ojos y esconderme debajo de mis sábanas no pude volver a conciliar el sueño.

Me resigné y suspiré, la cama de Katherine estaba pulcramente tendida, sin duda había ido a dar un trote matutino, siempre solía hacerlo los fines de semana. La cama de Lena estaba deshecha y se sentía ruido en la regadera, por ende ella estaba dentro lo más probable y tardaría en salir. Con Helena las cosas estaban algo tensas, ella aún se encontraba molesta conmigo por el hecho de ir con las Beauxbatons a Hogsmeade, así era ella, rencorosa y bastante infantil y por más que quise hacerla entrar en razón se me había hecho bastante dificultoso hasta ahora.

Me quedé en la cama sin molestarme en salir de ella por un largo rato, luego de unos veinte minutos, sentí que el grifo se cerró y me senté en la cama. Abrí la mesita de noche y saqué una cajita, había decidido que una de las pulseras que compré sería para ella, siempre había estado conmigo y era mi mejor amiga. Creo que era momento de entregársela y que quedara atrás esta ridícula escena de celos por parte de ella.

La ví salir en toalla, también tenía una en el pelo, formando un turbante, y de repente solté una carcajada.

—¿Qué te sucede? —preguntó volviéndose hacia mí, con clara irritación.

— ¡Pues qué te has colocado en la cara! ¿Una poción? ¿No me digas que es un secreto de naturaleza, de esos que usan los muggles? —dije intentado reprimir la risa que sentía.

—¿Y si fuera qué? Por lo que veo ya no te molestan las cosas muggles, incluso eres amiga de una sucia impura—dejó escapar con rabia.

Me levanté de la cama y fuí hacia el tocador, que era donde ella estaba.
—No puedo creer que aún estés enfadada por eso— le acusé— Eres una celosa y resentida Lena.

—Te fuiste a Hogsmeade y me dejaste aquí, no me quedó de otra que vagar sola por el pueblo hasta que encontré a Montague y tomé un helado con él.

— ¿Y ahora irás con él al baile? Pues si es así deberías darme las gracias— enarqué una ceja— A menos que esperaras la invitación de mi hermano.

—¡Calla! Si quieres que te perdone, no te atrevas a hablar del idiota de Félix.

—Está bien, me disculpo por el hecho de que se haya generado todo este malentendido—hice una pausa— Pero quiero dejar en claro que tú lo ocasionaste.

— Solamente tú te disculpas así, culpando a la persona afectada.

Reí por el comentario y la hice que me mirara con todo y el betún que tenía en el rostro.

— Tengo algo para tí— dije y deposité la cajita en sus manos.— El día que supuestamente te abandoné y te olvidé, lo compré para tí.

Jugué con mis cejas hasta hacerla reír, no quería que ella estuviera enojada sabía que se sentía mal por estar alejada de mí y siendo sincera yo también la echaba de menos. Cuando lo abrió una sonrisita infantil surcó sus labios.

— Es preciosa Sefi, incluso combina con mi vestido— me comentó hablándome con ilusión, igual que una niña de seis. La pulsera de Lena tenía una piedrita de color negro, haciendo juego con el color de su vestimenta para la noche.

—Ves que no soy tan maldita.

—¿Estás comprándome?

—Pues el fin justifica los medios ¿No? — reí —eso lo aprendimos en primer año.

𝐓𝐇𝐄 𝐈𝐂𝐄 𝐐𝐔𝐄𝐄𝐍¹ «𝐍𝐎 𝐒𝐀𝐁𝐄𝐒 𝐌𝐄𝐍𝐓𝐈𝐑» [G.Weasley/V.Krum] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora