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El candelabro de la sala de los Malfoy debía de tener unas cien lucecillas encendidas. Nadie estaba pendiente de eso claramente, todos yacían conversando en la larga mesa a la espera de que él apareciera.

El año escolar se había terminado y supuestamente todos intentaban hablar de los logros escolares de todos quienes habíamos salido de Hogwarts y quienes habían pasado de año. Habían enviado mis diplomas, certificados de aparición, sin mencionar mi informe de comportamiento.

«Irrespetuosa, rebelde y una vergüenza para la familia de alta cuna de la que proviene»

Intentaba pensar en eso y contar las velas que habían en el candelabro para no sumirme en la realidad que no hacía más que abrumar. Observé a Draco que tenía un semblante terrible, observé a Félix que parecía perdido y que no quería enfrentar mi mirada y por último a Gaspar, él estaba feliz; prácticamente se regocijaba en la situación.

El día de hoy se unirían a él.

Hoy les tatuarían la marca como prueba de la lealtad hacia Voldemort.

El sello del apoyo de las familias hacia el señor tenebroso.

El corazón me latía fuerte de sólo pensar que en este momento hace unos años probablemente estaría de la misma manera que Gaspar. Sin embargo ahora veía lo que implicaba.

Estar bajo el manto del señor tenebroso significaba el control absoluto de él para con nuestra familia y eso también tarde o temprano me implicaría a mí. Pronto él querría más y ahí estaba yo observando de forma inexpresiva fingiendo fastidio y que nada me importaba.

Mi mente me llevó a la conversación que había tenido la noche anterior con Félix.

«... —¿Por qué tienes que unirte, no puedes ir a París?

—Ellos me rastrearían y los terminaría conduciendo hacia Florence, no quiero; deseo mantenerla a salvo de ellos —dijo observando por la ventana con la mirada perdida—No quiero que la dañen por haberme involucrado con ella.

—¿Y qué hay de tí?

—Sabes que puedo soportarlo, es algo que siempre supimos que iba a pasar; yo siendo un mortífago, tú siendo una —aclaró — Es lo que pasaría por el hecho de ser de la familia, lo sabíamos.

—¿Qué hay de tí y Florence? ¿Ella lo sabe? ¿Lo sabrá?

—Sí y lo entiende.

—¿Qué entiende? No creo que ella vaya a apoyarte en esta locura.

—Pues no le pedí autorización, Sefi—declaró —Sabes creo que es algo que tú también harías ¿No es así? El unirte para mantenerte a salvo.

—Claro, pero no lo haría por alguien más; lo haría por mí y ni aún así estaría segura.

—Ya te lo dije, estando dentro es la única forma que tengo de protegerla, es la única manera de saber qué es lo que quieren, a quién buscan. — explicó —Por favor necesito que lo entiendas, debo salvarla. .  .»

No sé porqué ni hermano creía el hecho que podría estar seguro estando aquí, aquí me sentía expuesta; como si cualquier persona pudiera ver la ansiedad que denotaba mi rostro o que cualquiera podía sentir mis pensamientos.

Por eso decidí fijar mis ojos en las luces en el techo, ajena a lo que pronto sucedería a mi alrededor. Fue inevitable también no imaginar mi piel marcada, haciendo alusión a las palabras del señor tenebroso hace algunos meses atrás.

𝐓𝐇𝐄 𝐈𝐂𝐄 𝐐𝐔𝐄𝐄𝐍¹ «𝐍𝐎 𝐒𝐀𝐁𝐄𝐒 𝐌𝐄𝐍𝐓𝐈𝐑» [G.Weasley/V.Krum] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora