》Capítulo 27 conociéndolo.《

6.7K 722 217
                                    

Si buscas la perfección nunca estarás contento —Anna Karenina.

FRANCESCA

Ayer lo pasé todo el día en mi habitación, mi padre en la tarde fue a dejarme mi maleta y a dejarme la cena, mamá entró antes cuando creyó que yo dormía, se sentó a mi lado y me acarició el brazo de manera imperceptible y fugaz para no despertarme, la sentí sollozar pero no hice nada, me quedé ahí como una maldita.

Hoy en la mañana le pedí a papá que me acompañara a comprar ropa de mi talla con la excusa de que mi ropa anterior me quedaba grande, lo cual es cierto pero necesito una excusa para salir y volver con el cabello rubio ya que no puedo usar el gorro de una sudadera toda mi vida, con la ropa que escogió María tengo para vestirme por meses sin repetir el atuendo pero eso no lo sabe mamá quien pidió acompañarnos pero rechacé su propuesta con indiferencia, veo que le duele que la trate así, pero no puedo mostrarme blanda.

—¿Que piensas hacer? —me pregunta papá mientras nos tomamos un helado para matar el tiempo.

—¿Con qué? —pregunto.

—Cuando encuentren a Alec, te veo muy tranquila con ese tema Francesca, Alec puede estar secuestrado o algo así, te dije que esa era una posibilidad.

—Lo sé —respondo neutral—. Pero decidí negarme ante ella, no voy a dejar que la ansiedad me gane.

El asiente —¿Todo bien hasta el momento?

—Eso creo, me dolió hablarle mal a Bruno, pero supongo que las próximas veces no dolerá tanto, aparte pretendo ignorarlo, así no demuestro interés.

—Recuerda, tú tienes el control, solo tienes que ser convincente.

—Creo que no voy mal en lo de ser una perra —comento.

—Te has puesto muy boca sucia últimamente —limpia su mano que tenía helado—. Antes no te pasabas.

—Si... bueno, antes mi vida no se había ido tan al carajo.

—Francesca... no había querido decir nada porque estaba mi padre, pero ¿como es eso de que te quieres ir?

—Que sea buena en esto no quiere decir que sea para mi y en el fondo de tu corazón sabías que esto no es para mi, no te reprocho nada porque gracias a todo esto conocí a Alec, pero ya estoy grande, tengo dieciocho y el diecinueve, ambos somos adultos y queremos tener una vida normal y tranquila.

—Soy tu padre, pero no soy tu dueño y por más que quiera que estés a mi lado toda la vida, tú a parecer ya elegiste un camino y me toca aceptarlo, siempre serás mi niña, pero sé que eres una mujer inteligente ante el resto y por eso y solo por eso te voy a advertir una cosa, conozco a mi padre y no creo que te deje ir tan fácil a pesar de su propuesta, Abramio Prada nunca pierde Francesca.

—¿A qué te refieres? —pregunto.

—Me refiero a que yo también renuncié a la mafia por amor, tu madre jamás quiso esto para ambos, hay cosas del pasado que es mejor que se queden ahí, solo te digo que yo también quise huir, pero soy el primogénito Francesca, mi padre sabe como retener a las personas a su lado, el siempre, pero siempre tiene una carta secreta bajo la manga, ten cuidado, sé que el no te haría daño, él realmente te quiere, pero su cariño es enfermizo, es posesivo, tú no eres Francesca Prada para él, eres su nieta, suya... no quiero que se repita la historia, ten cuidado con él, ¿si?

La traición de Roma | [Roma #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora