》Capítulo 10 traición.《

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La traición nunca es fácil de manejar, y no hay forma correcta de aceptarla —Christine Feehan.

SALVATORE

—Ya llegué, voy a entrar —le digo a Francesca a través del teléfono.

—No hace falta, yo voy a bajar, necesito ir a un lugar.

—¿Segura?, puedo entrar si quieres, no tengo miedo.

—Estoy segura, dame cinco minutos y estoy abajo.

—Esta bien, te espero —sin agregar mas, cuelgo el teléfono.

¿Cinco minutos?, si claro... en idioma Francesca son como quince, suspiro resignado y me bajo de la camioneta para estirar las piernas, me apoyo en la puerta del piloto y comienzo a mirar mi teléfono de manera casual sin buscar algo en concreto, las puertas de seguridad se abren, pero sé que no es Francesca, ella sale por el portón pequeño ya que sale sin auto, no levanto la mirada, cualquiera de los imbéciles que vive aquí no merece mi atención, escucho tacones viniendo en mi dirección, ahora si pienso que es Francesca, pero no, en realidad son dos chicas y por como lucen apostaría que son chicas Prada, ambas son rubias, piel clara y ojos azules, son notoriamente mas altas que Francesca, de echo son unos pocos centímetros mas pequeñas que yo, bueno ellas tienen tacones, las chicas son realmente bonitas, si hay algo que no puedo negar es que esta familia tiene genes excelentes.

—¿Puedes correr tu tanque?, queremos salir y estorbas —dice la que tiene mas cara de perra.

Vaya, cuanta amabilidad en un solo ser, no por nada Francesca me dijo que su familia da asco.

—Si lo pides de manera amable quizá me corra —respondo neutral.

No voy a dejar que una niña rica y mimada me hable como se le de la gana.

—¿Oíste eso Val? —le pregunta a la otra chica—quiere amabilidad —dice burlonamente.

—Tiene razón Flo, deberías ser mas amable —dirige su atención a mi—. Hola, un gusto, me llamo Valentina y estoy encantada de decirte que si no mueves tu mugrosa camioneta que de seguro compraste en descuento o de segunda mano estaré encantada de volver a subirme a mi precioso jeep y atropellarte tantas veces hasta que quedes plano igual que una hoja de papel, ¿está bien ahí o necesitas mas amabilidad?

—¿Cual es su problema? —les pregunto molesto.

Yo ni las conozco, esta familia está loca.

—Realmente ninguno, no eres tan importante, un juguete mas de una Prada no me quita el sueño.

—¿Juguete? —enarco una ceja molesto.

—Si, espera... ¿creíste que le importas a Francesca? —suelta una carcajada burlesca junto a la otra chica—. No mi vida, no le importas, las mujeres a veces nos equivocamos, pero pronto volverá a ser la misma estúpida de siempre loca por Alec y no la culpo, ¿quién no volvería con un hombre como Alec?

—Francesca no va a volver con él, ella me lo dijo.

—Francesca dice muchas cosas querido, pero ¿crees que se va a quedar contigo?, no te ofendas, pero no eres la clase de chico que ella elegiría.

—Ustedes no la conocen.

—Tienes razón —se encoge de hombros despreocupadamente—. Pero si se algo, una regla universal —se acerca peligrosamente a mi quedado cara a cara—. En la vida hay dos tipos de hombres, con los que te casas y formas una familia y con los que te diviertes, Alec es de los hombres con los que te casas, de los hombres con los que ves un futuro, pero tú mi querido amigo, ¿qué tipo de hombre crees que eres?

La traición de Roma | [Roma #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora