Nunca entenderás realmente a una persona hasta que no consideres las cosas desde su punto de vista
—Harper Lee.8 MESES ATRÁS
Roma, Italia.FRANCESCA
Mi cuerpo se siente pesado, intento moverme pero fracaso rotundamente ¿estoy muerta?, definitivamente esto no se siente como estar en el cielo ni en el infierno, esperaba mas, quizá algún castigo por toda la mierda que he hecho, no lo sé... un pitido realmente molesto entra por mis oídos y se clava en mi cerebro como una jaqueca multiplicada por diez, el pitido va cesando poco a poco hasta regularizarse y voy sintiendo como partes de mi cuerpo reaccionan a pesar de no poder moverlas, lo primero en reaccionar es la zona lumbar y preferiría no sentirla ¿por qué me duele tanto?, las piernas no me responden y me desespero un poco, los pitidos se van acelerando, escucho algo parecido a una voz pero no distingo nada, ¿lo que oigo es mi corazón? Si, definitivamente es mi corazón, el no moverme me está jugando una mala pasada, finalmente mis ojos deciden responder a mis ordenes y se abren, un techo blanco es lo primero que veo, me desespera porque no es algo conocido y mi respiración sigue agitada
—Tranquila —dice una chica apareciendo en mi campo de visión.
Poco a poco me voy calmando y no porque quiera, es como si mi cuerpo me lo ordenara, escucho mas voces pero es como si fuese con eco, me concentro en la chica quien me habla.
—Mi nombre es Cordelia, soy enfermera de cuidados intensivos, estás en el hospital, ¿como te sientes?
Proceso todo lo que dice ¿como me siento?, la respuesta es fácil.
—De la mierda —respondo.
Mi voz se hoye extraña, algo grave y rasposa, me duele mover la mandíbula, trago saliva ya que mi boca se siente seca. La enfermera sonríe amablemente.
—Es normal, ¿sabes por qué estás aquí?
—No...—respondo con confusión.
Ella mira a alguien a los pies de la camilla y regresa su atención a mi.
—¿Recuerdas como te llamas?
—Ca... Francesca Prada.
—Perfecto, ¿cuantos años tienes Francesca?
—Diecisiete —respondo con algo de duda.
—Bien Francesca, ¿me podrías decir como se llaman tus padres?
—Mis padres se llaman... —en ese momento guardo silencio y mi mente comienza a recordar todo.
El atentado, las balas, Bruno, el chaleco.... Alec.
—¿Donde está Alec? —le pregunto alarmada.
La chica me mira confusa, la maquina encargada de monitorear mi ritmo cardiaco pitea mas rápido acoplándose a mis latidos.
—¿Donde está? —exijo con desesperación y rudeza.
Lo ultimo que recuerdo es el, yo estaba con el mientras me cantaba, el me estaba cantando...
ESTÁS LEYENDO
La traición de Roma | [Roma #2]
AksiTres palabras hicieron que Alec volviera a Roma para rencontrarse con su pasado y todo lo que dejó atrás, ahora debe enfrentarse a una cruda realidad, en seis meses todo puede cambiar. LIBRO 2 DE [ROMA] Se necesita leer Ante los ojos de Roma para en...