》Capítulo 55 ¿puedo?《

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Ven a dormir conmigo: no haremos el amor, él nos lo hará —Julio Cortázar.

FRANCESCA

Son las ocho de la mañana y ya estoy despierta, no he podido dormir una mierda pensando en toda la basura del funeral, aún no le he dicho a papá que no voy a ir, pero sé que debo hacerlo, entre más antes se lo diga, mejor, sé que anda merodeando por la sala o la cocina ya que escuché ruido y él es bastante madrugador asique opto por levantar mi humanidad de la cama e ir a hablar con él, de todos modos no es como que vaya a seguir durmiendo.

Al llegar a la cocina lo veo sentado en la barra con un tazón frente a él, me acerco por su espalda y lo abrazo rodeando su cuello con mis brazos, el me da unas palmaditas en el antebrazo a modo de saludo.

—¿Que haces despierta tan temprano? —pregunta—. Madrugar no va de la mano contigo.

—Ya lo sé, solo no tuve una buena noche y te sentí por aquí, ¿mamá está despierta?

—No lo sé, está en la habitación.

—¿Sigues durmiendo en el sofá? —pregunto aunque la verdadera pregunta que quiero hacer es si el divorcio sigue en pie.

—Si, prefiero seguir ahí para no incomodar a tu mamá.

—Papá, la cama de ustedes es gigante, no es necesario que duermas en el sofá, pueden poner una pared de almohadas o algo así.

Papá ríe amargamente —No tenemos quince años Francesca, no se trata del espacio en la cama, se trata del espacio personal y mental que le doy a tu madre.

—¿Aún se quiere separar de ti? —me atrevo a preguntar.

—Si, la ultima vez que hablamos fue ayer en la noche, los grandes nos reunimos y hablamos bastantes cosas, sabes que la muerte en este mundo se debe tomar como algo normal y sin importancia, así lo hicieron ya que no hay venganza que tomar ya que el asesino está muerto.

—¿Que hablaron?

—¿Tu mamá y yo o todos en general?

—Me importan una mierda el resto, hablo de mamá y tú.

—Básicamente me advirtió que ni se me ocurriera a nombrarte jefa si tú no querías, luego me habló sobre irse un tiempo.

—¡¿Irse?! —exclamo—. ¿A donde mierda quiere ir?

—Quiere volver a Estados Unidos y la vida campestre, pero me negué, aunque le joda y se enoje no la voy a dejar volver al mismo lugar, va a ser un blanco facilísimo.

—¿Entonces?

—Estuve averiguando sobre unas granjas en escocia, el idioma no sería un problema, pero de igual manera yo me tendría que ir con ella.

—No entiendo.

—No puedo dejarla Francesca, que quiera el divorcio no significa que pueda irse sola, créeme que no es de posesivo, incluso viviendo en el mismo lugar intento alejarme y darle su espacio, es por su seguridad, nada me garantiza que nos vuelvan a atacar, podemos vivir en la misma granja y con suerte vernos las caras.

—Es una mierda.

—Deja de decir groserías frente a mi, tu mamá va a pensar que yo te las enseñé.

Sonrío —¿De donde crees que las aprendí?

—Punto para ti.

—Papá, no quiero ir al funeral —suelto sin poder guardarlo.

La traición de Roma | [Roma #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora