》Capítulo 49 dolor.《

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Quien sabe de dolor, todo lo sabe.
—Dante Alighieri.


FRANCESCA

—Francesca, Ahora.

—No puedo.

—Lo prometiste.

—Lo sé, supongo que nos veremos en el infierno.

—No lo creo.

—¿Listo?

—Siempre

¡PUM!

Los recuerdos de lo que hice esa madrugada azotan mi mente de manera invasiva... no puede ser, no me puede estar pasando, yo... yo maté a Marcelo, maté a Nicolás, maté al hermano de Salvatore.

La fotografía se desliza por mis dedos ocasionando que se rompa el vidrio estruendosamente, la acción alerta a Salvatore quien lo primero que hace es agacharse para sacudir mis zapatos.

Ver a Salvatore me hace despertar del transe en el que me encontraba y le tomo total peso a la situación.

—Perdón, perdón, perdón —pido una y otra vez a medida que mi barbilla tiembla—. Lo siento mucho, yo no quería hacerlo, discúlpame —comienzo a hiperventilarme y me ahogo en mis propias palabras.

Salvatore se pone de pie y me mira con preocupación.

—Oye preciosa, tranquila, solo es un marco, puedo comprar otro, la fotografía está intacta.

Lagrimas verdaderas comienzan a deslizarse por mis mejillas y siento una presión en el pecho terrible, me está quemando.

—Lo siento mucho —vuelvo a repetir desesperadamente.

—Francesca, dije que no hay problema, ¿tú estás bien?, ¿te cortaste?

No soy capaz de responderle nada porque no le estoy prestando atención a lo que dice, mi mente solo retiene una cosa, maté a su hermano.

—Y-yo... lo siento mucho —tartamudeo.

Salvatore me mira de manera preocupada y se agacha tocando mis piernas, en un inicio no entiendo que hace pero luego noto que está tanteando para ver si me corté, vuelve a sacudir mis zapatos pero estoy segura de que nada de vidrio saltó en ellos, él se vuelve a poner de pie y me abraza sutilmente intentando contenerme.

—¿Que te ocurre preciosa?, no pasa nada, no estoy enojado, lo juro, solo es un marco, lo material se recupera, realmente no estoy enojado, promesa de boy scout —intenta bromear para calmarme.

—Salvatore, juro que yo no quería hacerlo, él me lo pidió...

—Francesca, me estás asustando, no entiendo nada ¿que pasa?

—No quería hacerlo, Marcelo me lo pidió —sollozo.

El se separa de mi rápidamente y su rostro adquiere una expresión tensa.

—¿Marcelo? —pregunta.

—Nicolás —digo en susurro ahogado.

—Dijiste Marcelo, ese es el nombre que usó en su ultima misión, ¿lo conocías?, ¿conocías a mi hermano? —pregunta ansiosamente.

—Si...y-yo —mi corazón se acelera un por un segundo me olvido de como se respira.

—Francesca, ¿sabes quien mató a mi hermano? —pregunta firmemente.

—Si —logro susurrar.

—Francesca... preciosa, necesito que me digas quien fue... ¿fue un Prada?

La traición de Roma | [Roma #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora