》Capítulo 54 nunca, nunca.《

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Es una extraña pretensión del hombre querer que el amor conduzca a alguna parte —Victor Hugo.

ALEC

Las puertas del ascensor se cierran llevándose a Carla y Bruno rápidamente me mira de manera acusatoria.

—Dos cosas —comienza—. ¿Por qué mierda la haces llorar cuando no llevan ni veinticuatro horas juntos?, Y lo segundo, quiero una muy buena explicación sobre su cuello.

Lo miro ofendido —Es que cuando no estabas la arrastré por el suelo y le metí la cabeza en la licuadora —respondo irónicamente.

—No me vengas con mierdas, Alec —advierte.

—¡Tú no me vengas con mierdas!, estás insinuando una estupidez, yo jamás le tocaría un pelo a Carla, la única vez que nos enfrentamos fue la noche que llegó a Italia por ordenes de Abramio y te recuerdo que dejé que me golpeara y me partió la cara con un secador de cabello, hasta en los entrenamientos dejaba que me golpeara y yo solo le tiraba el cabello para molestarla, es estúpido que creas que yo le hice eso, el único que la a golpeado fuiste tú para sacarle la verdad.

—¿Que verdad? —pregunta Allison.

—Créeme que yo salí peor de esa pelea —murmura Bruno ignorando a Allison.

—No es el punto, el punto es que si hubiese dejado esas marcas en Carla lo más probable es que yo estuviese peor, Carla no dejaría que alguien la golpeara y menos yo, eso se lo hizo en la pelea de ayer y el tipo ya está muerto.

—Eso suena muy Francesca —dice en tono pensativo—. Tienes razón, lo siento, ahora lo de las lágrimas, ¿por qué la hiciste llorar?

—Deberías dejar de solo mirarla a ella —interviene Allison—. Alec también está mal, ¿acaso no lo ves?

—Lo que puedo ver es que estás opinando de algo que no tienes ni la menor idea —le responde Bruno—. Si solo conoces la mitad de la historia tu opinión no es objetiva.

—¿Acaso tú conoces ambas partes? —le pregunta Allison con molestia.

—Pues sí —responde Bruno cruzándose de brazos.

—¿Entonces por qué te inclinas para el lado de ella?

Uh, jaque mate.

—Chicos —suspiro—. Ya basta, esto es entre Carla y yo, claro que pueden opinar y aconsejarnos, pero las decisiones son de nosotros, las relaciones son de dos, no contaminen lo que tienen ustedes por peleas de nosotros.

—Tienes razón —dice Bruno—. Mira, no sé lo que pasó, pero si estoy seguro de algo es que en algo la cagaste, tienes el cerebro del porte de un maní asique vamos a sentarnos, nos calmamos y hablamos las cosas.

—Creo que es mejor ir con Carla.

—Alec, no la presiones, dale su espacio, si la asfixias va a colapsar, Francesca no es una chica con paciencia, no es perfecta como crees, el problema es que todo mundo la tenía en un pedestal y cuando se bajó de ese pedestal demostró que es humana y que la puede cagar igual que todos nosotros y en vez de entenderla la criticamos, mejor dale unos minutos para que respire y si ella cometió algún error al igual que tú deberías darle espacio de reflexión para que también medite lo que hizo mal.

La traición de Roma | [Roma #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora