》Capítulo 51 se acabó.《

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Me será muy difícil vengar a todos los que tienen que ser vengados, porque mi venganza no sería más que otra parte del mismo rito inexorable
—Isabel Allende.

ALEC

Golpeados, torturados, mutilados... me imaginé todo eso para nosotros, me imaginaba algo digno, algo dramático o doloroso, pero no, nos tienen aquí encerrados como animales, ¿podría ser peor?, definitivamente, pero no entiendo el punto, no entiendo el por qué de tenernos aquí como idiotas, llegamos; Bruno, Abramio, Mateo y yo hace más de una hora, nos encontramos con Piero y Stephano, quienes estaban aquí y al igual que nosotros estaban intactos, nos encerraron en una sala dentro de esta fabrica de mierda, nos esposaron y ya.

—Creo que nos van a pedir que tengamos sexo con ellos—comenta Mateo.

—Una orgía masiva, mi sueño —le responde Piero con aire soñador haciéndonos reír.

Llevamos haciendo comentarios al respecto todo este tiempo, no sé como se tratarán los secuestros en Rusia, pero si son así les aconsejo a todos los futuros secuestrados por un ruso andar con una almohada en el bolsillo porque estoy cayéndome del sueño.

—No sé como me siento al respecto —dice Bruno—. Tener sexo con un ruso no estaba en mi itinerario.

—Yo le miro el lado positivo —comento—. Por lo menos no moriré virgen.

Los chicos y yo comenzamos a soltar carcajadas como idiotas porque realmente no podemos tomarnos esto enserio, es que este hombre es el peor secuestrador de la historia.

—¿Pueden dejar de hablar estupideces por un segundo? —pregunta Abramio masajeándose las cienes.

—Uno —dice Mateo—. Pasó el segundo, bueno... ¿en qué estábamos?

—En que a Alec le llegó el indicado —dice Stephano.

Y así seguimos diciendo estupideces porque no pueden encerrar a cinco idiotas como nosotros y esperar que no hagamos nada.

—Al cabo que ni quería vivir —dice Piero resignándose.

—Veo que están de buen humor —irrumpe la voz de Vladimir.

Con los chicos dejamos de reír y miramos hasta la entrada con un semblante totalmente serio.

—No se corten por mi —dice sarcásticamente—. ¿Que es lo gracioso?

—Tu cara —le dice Mateo.

—No lo creo —interviene Piero en tono pensativo —. Yo diría que entre tu cara y tu frente.

—¿Acaso no es lo mismo? —pregunta Stephano—. Digo, no sé donde empieza tu cara, termina tu frente y vuelve comenzar tu cuero cabelludo, deberías hacerte una división con un plumón o algo.

—Llévenlos afuera —ordena Vladimir ignorándolos.

Unos tipos entran de mala gana y nos guían afuera de la sala dejándonos en la parte central de la fabrica, observo todo intentando buscar alguna salida, queriendo idear un plan pero nada viene a mi mente, solo hay cajas antiguas, muebles y fierros de metal, en algunas partes hay sillas y trozos de madera, quizá era una fabrica de mueblerías o algo así.

—Bueno, se preguntarán por qué están aquí —comienza Vladimir—. Este distinguido señor —señala a Abramio—. Podría explicárselos.

Abramio lo ignora glacialmente.

—No quiero ser descortés —anuncio—. Pero, ¿nos vas  matar o nos vas  dar una charla?

—Alec Belucci Kabacov —dice cantarinamente—. Eres igual que tu madre.

La traición de Roma | [Roma #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora