📅 Primeros de octubre
Maria llevaba ya casi 2 semanas en el Atlético de Madrid. Se había adaptado más rápido de lo que pensaba. Sobre todo porque tenía bastante trabajo. Algo que la mantenía distraída del hecho de que no había visto a Mario desde el día del helado. A él lo habían convocado con la selección española y hoy era el día que volvía de nuevo a los entrenamientos.
El primer día que llegó aquí a la Ciudad Deportiva, casi no salió del despacho ni de la zona de administración. Tuvo que ponerse al día con un montón de cosas y hacerse a su puesto de trabajo. Llegaba por la mañana y se iba a última hora del mediodía. María tenía también unas horas de teletrabajo que podía hacer cuando quisiera.
Así que era bastante improbable que viera a Mario, sobre todo porque sus horarios de entrenamiento coincidían con la mitad de su jornada laboral. Su trabajo era fascinante y le dejaba sobre todo que pudiera desarrollar su creatividad. Tenía tantas ideas que cuando se las contó al míster él sólo pudo sonreírle con aprobación. Últimamente, coincidía con él en el desayuno y acababa sentada a su lado hablando de todo lo que se le ocurría.
María entró en la cafetería más tarde de su hora habitual de desayuno. Pidió en la barra un café y medio mollete de tomate. No se dio cuenta de que algunos jugadores de la plantilla se encontraban allí desayunando, entre ellos Mario, el cual estaba sentado con Koke, Saúl, Joao Félix y Lemar. Cuando Mario vio entrar a María no pudo evitar erguirse en su silla y mirarla. Estaba demasiado guapa. Llevaba puesta una falda negra que le quedaba por la mitad del muslo y un jersey fino beige con escote redondo. Sus zapatos negros hacia que sus piernas lucieran más estilizadas y torneadas. Estaba embobado viéndola. Tenerla ahora tan cerca estaba resultando ser un verdadero suplicio porque ella le atraía muchísimo.
La chica se dio la vuelta en la barra sin dejar de mirar su móvil y se dirigió hacia una de las mesas vacías. Al pasar a su lado, no pudo evitar levantar la mirada y mirar a Mario sorprendida. Le sonrió con dulzura y siguió su camino. Koke miró a la chica y luego a Mario.
- Oye muro –le dijo Koke- ¿esa no es tu ligue del aparcamiento?
- No es mi ligue –le contestó Mario con malos modos
- ¿Pero es la tía del aparcamiento?
- Si, si lo es. ¿Qué pasa? –Mario miró a María la cual miraba su móvil mordiéndose los labios y sonriendo
- ¿Qué que coño hace aquí? –Koke sabía quién era. La había visto hacia unos días y había preguntado por ahí, pero, quería fastidiar a Mario
- Trabaja aquí, no es evidente
- Entonces, ¿es que la conoces?
- Algo así –Mario miró como el Cholo entraba en la cafetería y se sentaba con María en su mesa. Ella dejó su móvil y le sonrió
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No logro olvidarme de tu boca (Cross 5)
Любовные романыMario hermoso está cansado de que las mujeres lo utilicen. En su vida hace mucho tiempo que no hay sitio para el amor. Después de un matrimonio fallido, juró que jamás volvería a casarse y mucho menos entregarle su corazón a nadie. Aunque a la única...